Un hombre de 34 años fue sentenciado a 20 años de prisión violar a su ex pareja, a quien mantuvo cautiva junto a sus dos hijos por más de un mes en una ladrillera de la zona norte de la capital provincial en 2016. El acusado fue declarado reincidente debido a que en 2013 fue condenado a 4 años de prisión por abusar de uno de los chicos que ahora mantuvo cautivo. El veredicto del tribunal – integrado por los jueces Gustavo Urdiales (presidente), Rosana Carrara y Leandro Lazzarini– fue por unanimidad y se conoció este viernes por la mañana en los Tribunales de Santa Fe. Además, el hombre cuenta con una condena a 11 de prisión de la Justicia Federal de Santa Fe de mayo pasado y que aún no está firme por trata de personas también en perjuicio de la mujer.
La fiscal del caso María Gabriela Arri, quien durante el juicio oral estuvo acompañada por la fiscal de la Unidad Fiscal Especial de Violencia de Género Familiar y Sexual (Gefas), Alejandra Del Río Ayala, describió que el miércoles 20 de julio de 2016 el acusado, identificado como Agustín Samuel Espíndola, de 34, interceptó a su ex pareja y a los dos menores cuando caminaban por la calle. Los amenazó con un arma y los obligó a ir a una ladrillera ubicada en Camino Viejo a Esperanza. “Durante este período, Espíndola utilizó la violencia y un arma de fuego para abusar sexualmente de su ex pareja en repetidas oportunidades, y también para mantener privados de su libertad a la mujer y a los niños”, explicaron las funcionarias judiciales para remarcar que “las amenazas y la violencia del condenado eran de tal magnitud que las víctimas no podían pedir ayuda por el terror que el condenado les infundía”.
En ese tiempo, la actual pareja de la mujer realizó una denuncia en la Fiscalía de Santa Fe luego de recibir un llamado de la víctima donde le contó que Espíndola la había golpeado y los tenían encerrados. El martes 31 de agosto de 2016, el personal del Centro de Orientación a la Víctima de Violencia Familiar logró rescatarlos. En el debate oral, las víctimas estuvieron representadas por las abogadas Vivian Galeano y Laura Gerard, del Centro de Asistencia Judicial (CAJ).
Terror y venganza
Arri también remarcó que Espíndola no sólo fue condenado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el uso de arma en perjuicio de la mujer que era su pareja, por la privación ilegítima de la libertad calificada en perjuicio de la misma mujer y de los dos hijos menores sino que también fue declarado reincidente a raíz de que en 2013 fue sentenciado a cuatro años de prisión como autor de abuso sexual agravado por el vínculo en perjuicio de uno de los hijos al que ahora tuvo privado de su libertad.
Las fiscales consideraron que con esta condena el tribunal confirmó la calificación de los hechos tal como lo habían planteado desde la Fiscalía. “Entendemos que pudimos demostrar el contexto de género en el que se concretaron los ilícitos. Y también quedó evidenciado el terror que le tenía el grupo familiar al condenado”, destacaron y agregaron que su accionar “se dio un marco de venganza del condenado hacia su familia, a raíz de la condena anterior que se le impuso por abusar de su hijo”.
Trata de personas
A principios de mayo pasado, el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe condenó a 11 años de prisión a Espíndola por el delito de trata de personas con fines de explotación sexual de una víctima que era menor de edad al momento de los hechos, agravado por mediar violencia, amenazas, abuso de la situación de vulnerabilidad de la víctima y por haber sido cometido por persona conviviente, según el portal Fiscales.gob.ar.
En el debate oral intervino el fiscal Martín Suárez Faisal y en la investigación que comenzó en septiembre de 2016 estuvo a cargo del fiscal federal Jorge Gustavo Onel. Los jueces consideraron que a lo largo del juicio quedó acreditado que el hombre captó y acogió a la víctima cuando tenía 16 años. En ese momento, el ahora condenado era amigo del hermano de la adolescente y frecuentaba la vivienda familiar. Fue así que comenzaron una relación que derivó en un concubinato y posteriormente dos embarazos. De a poco el vínculo fue tornándose cada vez más violento, con golpes y amenazas con armas de fuego, reconstruyó la investigación.
La joven detalló que Espíndola la drogaba y fue en ese contexto que en 2007 el imputado comenzó a obligarla a ejercer la prostitución en locales de las provincias de Entre Ríos y Santa Fe, cuyos dueños eran conocidos. En los prostíbulos era recibida por los encargados y solía permanecer allí por varios meses, en los cuales convivía con otras mujeres sin poder salir.
Esta situación persistió de forma ininterrumpida hasta, aproximadamente, enero de 2012, fecha en la cual el imputado abusó sexualmente de uno de sus hijos. Por ese hecho fue condenado en abril de 2013 a la pena de 4 años de prisión en la justicia provincial. Al respecto, la víctima expresó: “Un día llegué a mi casa y vi que mi hijo, que en ese momento tenía un año y ocho meses, estaba todo lastimado producto de una violación por parte de su padre. Entonces tomé la decisión de separarme de él pese a las constantes amenazas y denuncié lo que le había hecho a mi hijo”, dijo la víctima de acuerdo a lo publicado en el portal fiscales.gob.ar
En este juicio oral en el que declararon más de una decena de testigos y que terminó el 7 de mayo pasado, el fiscal Suárez Faisal también solicitó la unificación de la pena con la de cuatro años prisión que ya registraba el acusado por el abuso sexual de su hijo ocurrido en 2012.