En el nordeste bonaerense, en la localidad de Otamendi, el cérvido más grande que habita Sudamérica, el Ciervo de los Pantanos, es el mamífero protagonista del Parque Nacional homónimo, un área protegida ubicada a pocos kilómetros de la ciudad de Buenos Aires, ideal para conectarse con la naturaleza.
Los parques nacionales Campos del Tuyú y Ciervo de los Pantanos son los únicos emplazados en el territorio bonaerense y este último el único habilitado, por estos días, para recibir visitas.
Ciervo de los Pantanos, que fue declarado reserva natural en 1990 y parque nacional en 2018, está ubicado a 13km de Campana, a 22km de Zárate, y a unos 77km de la Capital Federal.
«El Ciervo de los Pantanos es la especie emblema que se protege en el Parque Nacional», indicó Francisco Giménez, del Departamento de Uso Público, quien además indicó que «hay 956 especies registradas en el lugar, 49 de ellas están amenazadas, 103 especies de vertebrados de valor especial y 845 especies nativas registradas».
El ciervo de los pantanos es el cérvido más grande de Sudamérica y en la Argentina se lo encuentra principalmente en los Esteros del Iberá (Corrientes), y en el delta del Paraná (Buenos Aires y Entre Ríos).
Esta especie, que es uno de los pocos cérvidos anfibios del mundo, puede llegar a pesar unos 150 kilogramos, a alcanzar unos 2 metros desde la cabeza a la cola y una altura de hasta 1,30 metros a nivel de la cruz; tienen pelaje pardo rojizo y negro en las patas.
La destrucción de su hábitat y la caza son las principales amenazas que enfrentan sus poblaciones por lo que en nuestro país este animal se encuentra catalogado como en peligro de extinción.
Además del protagonista estrella, en este Parque Nacional es común ver zorros grises, carpinchos, hurones, coipos, varios tipos de ratones y reptiles, peces y unas trescientas especies de aves.
En el lugar, los visitantes pueden visitar dos salas de interpretación con información del área protegida y de los demás Parques Nacionales de nuestro país, y recorrer senderos autoguiados, con carteles interpretativos y señalizados.
Durante el paseo aparecerá el sendero «Recuperando lo Nuestro», donde se descubren especies nativas; «Historias del pastizal», que atraviesa área conocida como pastizal de la Pampa ondulada y donde se describen los orígenes del lugar; «Guardianes de la Barranca», que permite conocer el bosque ribereño y sus desniveles inundables.
«Los senderos recorren el pastizal pampeano y talar de barranca hasta llegar a dos miradores que son un balcón al humedal, con vistas únicas hacia el corazón del Parque Nacional, la Laguna Grande, el lugar de mayor biodiversidad del área protegida», destacó Giménez.
El lugar es considerado «Humedal de Importancia Internacional» y un Área Importante para la Conservación de las Aves (AICA).
El paisaje del pastizal está dominado por cortaderas o cola de zorro, flechillas, carquejas y chilcas; la barranca por los bosques naturales de talas, acompañados de sauco, ombúes y espinillos; y en los bajos inundables por la serrucheta, los espartillos, totoras y paja brava.
El Parque Nacional cuenta con dos áreas de picnic, sanitarios y el segundo fin de semana de cada mes y los fines de semana largos se realiza una Eco Feria de productores locales, con expendio de bebidas y minutas.
Además, durante todo el año se reciben y guían a escuelas de toda la provincia y Ciudad de Buenos Aires.