Este martes 10 de diciembre, Madres de Plaza 25 de Mayo hizo su tradicional ronda para conmemorar dos aniversarios: el Día Internacional de los Derechos Humanos y los 41 años de democracia. Este jueves 12 a las 17 hacen la ronda de todas las semanas, desde 1977.
En este marco, militantes de organismos de derechos humanos de la ciudad se convocaron en la Plaza 25 de Mayo frente a la Municipalidad de Rosario y a la Catedral. Hicieron la tradicional ronda y Madres leyó un documento que hicieron para la fecha donde cuestionan la política de criminalización de la protesta y la recurrente violación de derechos elementales del último año.
Documento completo
«10 de diciembre indica dos aniversarios. El aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y el aniversario de que un presidente, elegido por el pueblo, comience a disipar el oscuro tiempo de la dictadura, del genocidio, de la censura.
Ambos aniversarios se hacen uno en un punto, pues en aquel 1983 ese retorno a la democracia significaba, además de las formas eleccionarias y con mayor libertad, la búsqueda de justicia ante tanto avasallamiento, ante tanta represión.
Hoy buscamos entonces los antecedentes de esa persona, de aquellas personas que permitieron ese paso, ese avance. Y no encontramos a alguna que haya marcado la diferencia. Tal vez porque son muchas y de distintas extracciones y de diversos pensamientos.
Fueron hombres y mujeres que venciendo el miedo tomaron plazas y rondaron haciendo historia. Visitaban cárceles y sostenían esperanzas. Escribían desde el margen o pintaban a escondidas y cantaban de improviso, desafiando amenazas. Hicieron huelgas y manifestaciones aunque los dispersaran a golpes.
Fue ese colectivo llamado pueblo, el que formaron sin nombre propio, que comenzó a resquebrajar poco a poco la dictadura. Que dio forma a las ganas de vivir distinto y alumbró el camino para recomponer lazos, buscar Justicia, sostener la Memoria y contar la Verdad.
Hoy, en este presente aciago, donde la derecha avanza devastando el país en lo económico, en lo político y en lo social. Ante los derechos que se pierden a diario, cuando nos muestran impunemente que las voluntades se compran y venden, cuando la mitad de la población está sumergida en la pobreza y criminalizan la protesta, es necesario encontrar aquella fuerza que fue capaz de quebrar la oscuridad. En necesario volver a construir aquel nosotros que con nuevos caminos y con diversas formas, sostengan los valores democráticos que conquistamos, para resguardar la memoria a la vez de asegurar la vigencia de los derechos que hoy nos quieren arrebatar.
No a la criminalización de la protesta.
No a la militarización de la ciudad.
No a la vulneración de Derechos.
No al vaciamiento de las Políticas Sociales y de DDHH.
Ni un paso atrás»