“Vamos a hacer operativos conjuntos con Uocra, a duplicar los esfuerzos. Si cada trabajador, cada delegado de salud y seguridad en una obra, toma este derecho, multiplicamos por miles los inspectores que hoy tenemos”, proclamó ayer el ministro de Trabajo de la provincia, Carlos Rodríguez. En controvertida posición por una sucesión de hechos con muertos y heridos en siniestros laborales del sector de la construcción y por una sorpresiva –y difundida– inspección de un área de la Nación –la Superintendencia de Riesgos del Trabajo– que controló 14 obras en Rosario y clausuró o suspendió 12, el funcionario puso el cuerpo y anunció una serie de directivas que llegaron a sorprender a los empresarios y hasta al gremio de la construcción. No sólo anticipó que se darán a conocer mes a mes, con sus direcciones, qué obras en construcción violan la normativa de higiene y seguridad poniendo en riesgo a los trabajadores, sino que tampoco descartó que se utilice como “herramienta” el escarnio público: “Si es necesario, el propio escrache, aunque esta sea una palabra dura en la voz de un ministro. Pero creo que es apropiada para el caso”, sostuvo Rodríguez .
“Ninguna muerte es aceptable y nadie puede perder la vida donde fue a buscar el pan”, advirtió el jefe de la cartera laboral. Rodríguez se reunió ayer con directivos del gremio de la construcción y de las cámaras empresarias del sector para poner coto a situaciones que se repiten pese a controles y presiones, pero que en las últimas semanas fueron determinantes en la muerte de trabajadores. Los hechos tuvieron enorme repercusión pública por la pérdida de vidas, pero también la presunción de que esas vidas se hubieran salvado sólo con usar elementos de protección y seguridad, que por otra parte son obligatorios.
Ante esa situación el ministro presentó lo que denominó como una “caja de herramientas” para prevenir siniestros laborales en la construcción –definiendo a estos como hechos evitables– y en hechos realmente accidentales, mitigar daños y salvar vidas. “En los últimos tres meses se hicieron unas 800 inspecciones en obras en construcción, y cerca de un 50 por ciento de ellas fueron suspendidas, lo que está indicando que este tema de la cultura de la prevención es un problema serio: las suspensiones no son por cualquier razón sino por faltas serias”, resumió el ministro.
Ante el diagnóstico, Rodríguez advirtió a empresarios y trabajadores que la “tolerancia cero” a ese tipo de faltas incluye el escrache. “Hay otra decisión políticamente fuerte que es la de, mensualmente, dar a conocer las direcciones de las obras que fueron suspendidas por faltas en materia de salud y seguridad”, dijo. Y continuó: “Como ustedes saben, por resolución de esta misma comisión hay un cartel en cada obra donde se identifica quiénes son los contratistas para saber quién cumple y quién no”.
Aunque las directivas parecían aludir directamente al sector empresario, el ministro también apuntó al sector de los trabajadores. “Lo que estamos viendo es que hay un déficit de cultura de la prevención, no sólo en Santa Fe sino en todo el país, y como consecuencia de este déficit suceden las cosas que suceden”, dijo.
“Estamos aconsejando algunas medidas técnicas que no podemos colocar por ley pero si aconsejarlas y hubo bastante acuerdo”, se esperanzó el ministro. “Una de ellas –explicó– es una medida que en el mundo ha sido una de las que mejor resultado ha dado para bajar la accidentalidad. Se llama «caja de herramientas» y se trata de identificar perfectamente las causas de riesgo operación por operación, máquina por máquina. Antes de hacer una operación, un trabajador tiene la obligación de discutir con el capataz cuál es la tarea que va a hacer y cuáles son las medidas de prevención que debe tomar. El capataz es una persona que influencia la seguridad, si controla como debe controlar muchos de los accidentes no sucederían”.
Rodríguez también esgrimió como herramienta “profundizar el Registro” en el sector. “Pensamos que en muy poco tiempo esté el Registro de todos aquellos que se dedican a la construcción y esto es importante para combatir al trabajo en negro y a todos los que no cumplen con preceptos mínimos”, explicó. En esa línea el ministro Rodríguez también apeló a una antigua figura legal, recordando que la provincia de Santa Fe fue pionera con ella, y que además ponía la última barrera en manos del trabajador liso y llano. “Hemos insistido –dijo– también en destacar un derecho que tienen los trabajadores santafesinos y que no tienen los trabajadores del resto del país. Muchos recordarán que la vieja ley de Contrato de Trabajo posibilitaba a los trabajadores a que paralizaran el trabajo frente a riesgos graves e inminentes, sin que esto influenciara con medidas disciplinarias ni tampoco su remuneración. La dictadura militar acabó con este derecho y nosotros lo incluimos nuevamente en la ley, queremos estimular, y lo hemos charlado mucho con Uocra, el ejercicio de este derecho, el derecho a defender el propio pellejo”.
“Es una herramienta que tenemos y que no estamos utilizando, tal vez por falta de difusión o por temor de los trabajadores, pero vamos a dar todas las garantías a todos estos trabajadores que no van a ser despedidos ni perder su salario por manifestarse. Si esto sucediera, al sector empresario le correspondería agradecer la parálisis del trabajo, y nosotros tomaríamos las medidas correspondientes”, concluyó.