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Cuando arrecia la necesidad de trabajo, la policía dejó sin show a La Banda de los Papafritas

Se trataba de una presentación a la gorra del grupo de clown y música, este domingo, en la Feria del Bulevar, en un contexto donde las y los artistas independientes locales no pueden hacer funciones con regularidad desde mediados de marzo cuando comenzó la cuarentena por el coronavirus

En medio de una serie de contradicciones que reviste la puesta en práctica de los protocolos sanitarios en distintos puntos para el regreso de los espectáculos presenciales, con algunos “grises” que a los mismos funcionarios les cuesta explicar, y cuando todo indica que las funciones al aire libre están permitidas, La Banda de los Papafritas no pudo presentarse este domingo en el predio de la Feria del Bulevar (Oroño y el río) y sus cuatro integrantes y sus seguidores vivieron un momento desagradable cuando fueron desalojados por la policía.

Este equipo artístico que mezcla la estética del clown con la música en vivo y que acredita una importante trayectoria, se iba a presentar a las 19 en la zona próxima al museo Macro donde funcionan la feria y el mercado, pero mientras armaban la puesta en escena del espectáculo, de manera intempestiva, irrumpió en principio la GUM y más tarde la policía montada.

Se trataba de una presentación a la gorra, en un contexto donde las y los artistas locales no pueden hacer funciones con regularidad desde mediados de marzo cuando comenzó la cuarentena y las pocas que se realizan en estas últimas semanas están dentro del marco del programa Soy Arte en Calle de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario que establece días y lugares determinados.

“Para presentarnos en espacios abiertos, las y los artistas tenemos que llenar un formulario online que se renueva cada quince días y para diferentes puntos de la ciudad ya establecidos; nos habíamos presentado en el Monumento a la Bandera, y cuando intenté sacarlo pare este domingo no pude completar el formulario”, explicó a EL Ciudadano el actor y músico Alejo Castillo, quien integra la agrupación junto con Julia Castillo, Lucas Cristofaro De Vincenti y Mauro Orizi.

“De todos modos –aclaró Castillo–, me comuniqué con la gente de Arte en Calle y me dijeron que no había entrado nuestra solicitud, y que tenía que esperar quince días más para volver a hacerlo. Fue así que decidimos intentar hacer nuestro show en algún espacio por fuera de los que comprende ese programa. Y la gente de la Feria del Bulevar siempre suma los fines de semana algún espectáculo o alguna banda tocando. De hecho, yo había tocado con una de esas bandas, así me contacté con la gente de la feria que se ocupaba del tema para no superponer agenda y quedamos para este domingo, porque está claro que necesitamos laburar”.

“Después –continuó–, nos enteramos que la Municipalidad no habilita ese lugar, entendemos que por el tema del covid, más allá de que es al aire libre y muy amplio. Por lo que vino después, suponemos que de manera aleatoria pasó alguien de la GUM o habrán visto el flyer que usamos para difundir el show en las redes, porque obviamente no tenemos nada que ocultar. Así cayeron cuando teníamos todo armado (alrededor de las 19), nos dijeron que no podíamos tocar, que no teníamos permiso, que no se puede porque se quejan los vecinos. Obviamente planteamos que hacía tiempo que los fines de semana había shows ahí. La respuesta fue que si tocábamos, nos labraban un acta. Eso podía implicar que no nos den el permiso por un par de meses para Arte en Calle. De todos modos, yo decidí que me hacía cargo de tocar más allá de esa supuesta contravención”.

Pero la cosa no quedo allí y finalmente no hubo show. Todo pasó en el contexto contradictorio de una ciudad, supuesta “capital de la cultura”, donde abundan las fiestas clandestinas, poco se respetan protocolos y distanciamientos en algunos espacios públicos, y la inseguridad debería ser la materia que concentre la atención de la policía y no un grupo de artistas independientes que busca su plato de comida en un parque un domingo por la tarde con un pequeño espectáculo pensado para la familia. “Cuando nos disponíamos a tocar, volvió la misma persona y nos dijo que si tocábamos, más allá del acta, se haría presente un fiscal y nos iban a retirar del lugar con la policía. Obviamente, la cosa cambió. Le expliqué lo que había pasado con la solicitud, dado que sostenía que teníamos permiso en otro lado y yo les aclaraba que no había ingresado a tiempo. Obviamente, apelamos a lo humano, pidiendo casi por favor que nos dejen actuar, porque lo necesitábamos, pero no hubo manera, más allá de que reconocíamos el error, no hubo forma”, dijo Castillo.

Y cerró: “Cuando estábamos empezando a desarmar los instrumentos, empezó a llegar la policía, incluso montada, con un nivel de prepotencia que nada tenía que ver con nuestra actitud dado que nos estábamos yendo en paz. Fue un mal momento, un mal trago, tener que ver a los policías a caballo enfrentados a cuatro músicos que ya les habíamos dicho que no íbamos a tocar. Al final pretendían hacernos firmar un papel como que allí no había pasado nada, cuando habíamos sido amedrentados sin saber por qué, porque el show no se hizo y las familias que estaban allí se quedaron con las ganas de vernos. Fue un momento muy feo. Están muy bien las reglas, pero no se contempla el factor humano y la necesidad de trabajo. No hace falta llegar a algo semejante; nos quedamos muy desilusionados”.

Soy Arte en Calle es un programa de la Secretaría de Cultura y Educación de la Municipalidad de Rosario que garantiza el derecho a trabajar artísticamente en diversos espacios urbanos de uso público. A las y los artistas callejeros que participan en el programa se les asignan de manera rotativa espacios a lo largo y ancho del mapa de la ciudad, para que todas y todos puedan trabajar de manera coordinada y bajo algunas pautas de volumen y sonido.

La Banda de los Papas Fritas está integrada por los talentosos Julia Castillo en acordeón, Lucas Cristofaro De Vincenti en guitarra, Alejo Castillo en teclado y Mauro Orizi en batería. La referida formación integra, además, la compañía cómica La Luna y el Bigote, que nació en Rosario en 2009 con el objetivo de “generar, a partir de espectáculos y de la pedagogía teatral, intercambios con diferentes personas y culturas y así construir un lenguaje propio”, según indican en su página web oficial en la que también es posible encontrar información de los otros espectáculos de la compañía.

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