Centro de Investigación especializado. Problemáticas filosófico-políticas contemporáneas. UNR
Los obituarios que dejó la muerte de Carlos Pedro Tadeo Blaquier, uno más fúnebre que otro, son paradójicamente la muestra viva de los pactos que conforman los sectores políticos, económicos, eclesiásticos y judiciales de la impunidad.
Allí quedaron impresas con letras de molde las declaraciones de tristeza y condolencia, en el acompañamiento a una familia cuya historia trasciende el mundo de lo privado, haciendo público un dolor que atraviesa los rostros y discursos más hidalgos de Argentina; es lógico considerar que todos esos dolientes seres suscriben, abrazan y celebran el recorrido del muerto, es decir: su herencia.
La sucesión entonces alcanza a: Consejos Empresariales, fundaciones de diverso objeto, periodistas al servicio del terror, Uniones Industriales, Círculo de Armas (que despide con honores a su socio vitalicio), Jockey Club, empresarios (como el CEO italo-argentino de Techint, Paolo Rocca, o bien Cristiano Santiago Argentino Ratazzi CEO de FIAT Argentina, entre otros).
Bolsas de Comercio, Estudios Jurídicos, Universidades privadas, organizaciones académicas (entre las cuales destacamos el mensaje correspondiente a la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas por la participación que en ella tienen académicos locales como: Horacio Rosatti, actual ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, designado durante el gobierno de Mauricio Macri, y Hugo Quiroga, valga la controversia, un agudo pensador del consenso democrático y activo promotor del Congreso Nacional e Internacional sobre Democracia de la Universidad Nacional de Rosario UNR).
Y figuras políticas de toda talla y trayectoria como: Domingo Felipe Cavallo, emérito ministro de Economía del gobierno de Carlos Saúl Menem y de Fernando de la Rúa, devenido en panelista del prime time local.
También hizo su propia mención personal Horacio Antonio Rodríguez Larreta, actual jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Caba) y en campaña por disputar las próximas presidenciales, asimismo manifestó su dolor y su emoción M Mauricio Macri, como a la vez lo hizo la familia Martínez de Hoz, sucesora de quien fuere ministro de Economía de la última dictadura cívico-militar-eclesiástica argentina, entre tantos nombres propios y corporativos.
En la historia de nuestro país quienes se ufanan de haberlo fundado, “los dueños de todas las cosas” como los denominaba Rodolfo Walsh en el Periódico de la CGT de los Argentinos, nunca pagaron por los crímenes y atrocidades cometidos.
Antes operaban de manera reservada, al resguardo del silencio de los salones de sus palacetes estilo europeo, al interior de los casinos de oficiales, en el casco de alguna estancia, o bajo la confesión piadosa de la fe católica.
La sangre derramada, siempre fue un costo calculado y silenciado, necesario para los fines de su empresa.
Así su conciencia inmaculada justifica el gesto de eximirse a dar respuesta. Somos nosotrxs, lxs condenadxs, lxs que estamos en deuda con ellos por sus patriadas.
Ese gesto sigue intacto, pero parce haber cambiado su carácter, hoy dicha impunidad no debe someterse a la prueba de la publicidad, hoy el terror no es clandestino, sale en los diarios y es acompañado públicamente por el clamor de hombres y mujeres de reconocida trayectoria en la vida política, económica, académica y corporativa.
Y esto, no nos engañemos, es muestra de su poder y de su legitimidad para no tener que responder de sus actos.
Mientras que recordamos 40 años de derechos civiles y políticos, quienes subscriben los obituarios, parecen estar festejando siete años de dictadura y 40 años de postdictadura.
La vergüenza que en otros tiempos hubiese reprimido las condolencias públicas hacia una de las familias que representa el terror oligárquico, aparece desplazada por el orgullo de inscribirse y ser aceptados en la historia infame de la élite argentina, emparentándose así con la radicalización de los actuales discursos mortíferos de la derecha argentina.
A 40 años de la recuperación de la democracia, no celebramos, no olvidamos, no perdonamos, no nos reconciliamos.
El terror oligárquico se despidió a toda pompa y nosotrxs seguimos reclamando por nuestrxs 30.000 compañerxs detenidxs-desaparecidxs.
Sabemos quiénes son y cuántos son: 188 avisos, con nombre y apellido.