El gobernador de la provincia, Antonio Bonfatti, en entrevista con El Ciudadano, hace referencia a los beneficios que las políticas de Estado pueden volcar a la comunidad.
Detalla los pormenores de la creación de la Agencia de Ciencia, Tecnología e innovación, el rol del sistema científico tecnológico de la provincia, la fortaleza y la potencialidad de las pymes de la región.
En el pasado mes de diciembre se otorgaron los financiamientos a los primeros proyectos seleccionados de innovación productiva y equipamiento de alta complejidad, haciendo posible la puesta en práctica del tan mencionado Triángulo de Sábato: un sistema científico tecnológico con capacidad de transferencia y divulgación de los desarrollos científicos, un sector productivo dinámico y creativo, demandante de innovación tecnológica, y un Estado atento, con un plan de desarrollo.
Dentro del Estado provincial existe un sistema científico tecnológico de nivel internacional, con laboratorios que funcionan en la órbita del Conicet, tres universidades nacionales: UNR, UNL y UTN; organismos nacionales descentralizados altamente calificados como Inta e Inti; alrededor de 20 mil pymes con emprendedores creativos y un Estado provincial que, atento a las demandas manifestadas en las Asambleas Ciudadanas, tomó la iniciativa de promover y financiar proyectos en todo el territorio provincial. Así surge la Agencia Santafesina de Ciencia, Tecnología e Innovación que acaba de hacer entrega de una cifra que supera los 30 millones de pesos.
“Treinta y dos millones de pesos”, se apresura en corregir Antonio Bonfatti, para aclarar: “Con el compromiso, para que el año que viene, de destinar 100 millones de pesos”.
—¿Cómo surgió la Agencia?
—Fue una idea de tres científicos rosarinos que me visitaron hace dos años. Me entusiasmé con la idea. Soy médico de profesión y vengo de una disciplina donde el rigor científico es su fundamento para producir avances. Busqué bibliografía. Reparé en el trabajo de una sociedad alemana que revolucionó la producción y la tecnología de ese país. Convoqué a David Asteggiano, secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia, y comenzamos a darle la forma a la idea. Todos sabemos lo que cuesta imponer una nueva idea que requiere cambiar la cultura, nada menos. Nos llevó un año la toma de conciencia, y la posterior aceptación de la idea. Hoy creo que queda un camino enorme ya que aspiro a que los pequeños y medianos empresarios de la provincia comprendan qué significa esto y puedan seguir avanzando, junto a investigadores y científicos. Santa Fe cuenta con cerca de 20 mil pymes, 365 localidades distribuidas en el territorio provincial, integrado en 5 nodos que operan a manera de descentralización administrativa. Tres universidades nacionales públicas, además de institutos nacionales descentralizados para el asesoramiento en áreas de producción y un centenar de laboratorios, dentro del sistema del Conicet, donde trabajan cientos de investigadores científicos.
—¿Quiénes la integran la Agencia?
—Liderada por el secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación, cuenta con un Comité Ejecutivo que integran dos empresarios y dos científicos; y un Consejo Asesor donde se incluye a todos los institutos de investigación científica; universidades públicas y privadas, además de las agencias del Inta e Inti, institutos dependientes del Conicet; y el sector productivo representado por las pymes de la provincia; en representación del campo, las cuatro entidades, y las asociaciones empresarias.
—¿Cómo se materializa esta articulación?
—Desde nuestro lugar, coordinamos y articulamos las potencialidades de todas las instituciones que integran la Agencia, sentamos las bases para el entendimiento y la comprensión. Y, por supuesto, aportamos una buena parte del financiamiento.
—¿Cómo se conforma el financiamiento?
—Desde el gobierno provincial propusimos un financiamiento mixto, como lo hacen los países desarrollados. Desde el Ejecutivo enviamos a la Legislatura provincial un proyecto sobre un impuesto “verde” que involucrara a las 80 empresas más importantes de la provincia, la mayoría de ellas multinacionales. Y allí, creo, faltó comprensión por parte de algunos legisladores; lo que nos obligó a avanzar con recursos propios del Estado provincial; aunque aspiramos que se comprenda que este tipo de iniciativas beneficia a todos.
—¿Cómo se instrumentó el proceso de selección de los proyectos?
—Participaron 20 expertos de fuera de la provincia, 4 de ellos trabajaron con premios Nobel. El objetivo central apuntaba a que los proyectos llevaran un alto grado de innovación; además de incorporar aquellos que apuntaran a la adquisición de tecnología de última generación que no estuviera incorporada al país; con lo cual dábamos respuesta a inquietudes de los diferentes sectores productivos de la provincia que aspiraban a reformular su matriz productiva.
—¿Qué vinculación tiene la agencia con la descentralización administrativa con la que hoy cuenta la provincia?
—Lo que pretendíamos es que, en cada una de los cinco nodos, se presentaran proyectos que cumplieran con los requisitos exigidos. Debo decir que hubo un proceso de comprensión dispar. Una región con alto grado de desarrollo industrial, paradojalmente, fue la que menos se involucró con la ciencia y la investigación; mientras que, en pequeñas localidades, con gente ávida de este tipo de innovaciones, se presentaron proyectos que fueron seleccionados. Pretendemos que todas las regiones estén comprendidas. Porque las regiones tienen distintos modos productivos, lo que hace necesario articular en cada región el rol de la investigación científica, los adelantos tecnológicos, con la producción. Si aspiramos a tener una provincia equilibrada, cada región debe tener representatividad. De lo contrario las grandes ciudades avanzan sobre el resto y generando la profundización de desigualdades y un crecimiento deforme que lleva inexorablemente al hacinamiento, a la desigualdad y a la violencia.
—¿Nos puede decir qué relación le atribuye a este proyecto con el Plan Estratégico Provincial?
—Tiene mucho que ver. Hay un punto en el Plan Estratégico Provincial que se refiere a la matriz productiva. Además, en algún momento, en algunas de las algo más de 80 Asambleas Ciudadanas se llegó a plantear qué tipo de economía y qué tipo de desarrollo se vislumbraba para una economía sustentable en el futuro inmediato y a mediano plazo.
—¿Pensar en políticas para el país al que se aspira?
—Se trata de políticas de Estado. Entendemos por políticas de Estado aquellas a las que se llega mediante un acuerdo entre Estado y Sociedad. Son políticas que persisten en el tiempo, a pesar de los gobiernos.
—¿Qué lo llevó a pensar que la matriz productiva de la provincia necesitaba de renovación?
—El hecho que cuando uno mira los grandes avances que se hacen en el mundo, por contraste, podemos ver que nuestros pequeños y medianos empresarios carecen de recursos económicos y de tiempo para llevar adelante investigaciones que les reporten nuevos conocimientos para aplicarlos a tecnologías que multipliquen su capacidad productiva. Tiene creatividad. Avanzan, pero muchas veces sin método, lo que les hace perder tiempo y despilfarrar recursos. Por eso de esas innovaciones se hacen cargo las grandes multinacionales. A quienes debemos pagar royalties. Nosotros, como Estado, tenemos que asumir el rol de ser quienes ayudemos a desarrollar esa creatividad, apoyando proyectos de los medianos y pequeños productores para que cambien su matriz productiva y aumenten su eficiencia y productividad; con lo cual un mayor desarrollo económico también empujará a un mayor desarrollo social.
—¿En qué matriz se funden los proyectos de desarrollo de infraestructura y desarrollo humano que ha encarado su gobierno?
—De una forma muy sencilla. Tomé la costumbre de visitar una empresa cada semana. No hace mucho me encontré en una empresa que envasa arvejas y lentejas. El dueño de la empresa me muestra una lata y me dice que el costo mayor es el del envase. Si a alguien se le ocurriera un envase de algún material reciclable, biológico que no contamine y que resguarde las propiedades de la arveja, con un costo de 1 o 2 pesos, daríamos un salto de calidad y ahorro fundamental, revolucionando la producción ya que alcanzaríamos un costo tan bajo que nos haría competitivos en el mundo. Es agregarle originalidad a nuestra manera de pensar y proyectar. Pasa todo por el conocimiento nuevo. Y allí surge el trabajo del Estado que ensambla creatividad con investigación para que quien esté en la práctica aporte su experiencia y absorba la innovación. La incorpore. Y encuentre las fuentes de financiamiento y promoción.
—¿Cómo juzga el nivel de la investigación científica en el país y en la provincia?
—Reconozco que el país ha tenido un avance en la materia, a partir de Lino Barañao. Sus decisiones han tenido que ver con prioridades: la repatriación de investigadores y el desarrollo de la divulgación científica. En consonancia, nosotros creamos la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación con rango ministerial. Desde allí tratamos de cumplir uno de los roles del Estado: invitar a todos los actores y trabajar mancomunadamente.