Un caso en la ciudad de Mar del Plata se convirtió en un emblema de las mujeres de todo el país que exigen partos respetados, el cese de la manipulación médica y el fin de prácticas de cesáreas cuando son innecesarias. Una joven embarazada buscaba un parto natural pero las autoridades médicas del Hospital Materno Infantil de la ciudad balnearia se lo negaron de forma polémica por considerar que se pondría en riesgo la vida de la madre y del bebé, incluso el tema llegó a la Justicia. Pero la mujer, contra viento y marea –y con el apoyo de organizaciones en defensa del derecho a parir en libertad– logró su cometido en la semana 40 de gestación un centro de salud privado donde dio a luz a un bebé de 3,800 kilogramos.
Luz Bres, quien reclamaba dar a luz por parto vaginal luego de dos cesáreas previas, alumbró durante la mañana de ayer a su tercer hijo de forma natural en el Hospital Privado de Comunidad, según publicó el portal Código Mar del Plata.
Caua Gael Gómez, pesó 3,800 kilogramos y tiene una talla de 50 centímetros y a diferencia de los dos hijos anteriores de Luz Bres no fue por una intervención de cesárea.
Pero no fue nada fácil. Y no por el estado de salud de la embarazada que era óptimo, sino por la presión con que el sistema de salud pública bonaerense le rechazó su derecho a peticionar un parto no quirúrgico, que derivó en una presentación judicial. Mientras transitaba su semana 40 de gestación la mujer tenía como única opción un centro de salud privado pero no contaba con el dinero suficiente.
Todo comenzó cuando en el Hospital Materno Infantil donde se atendía la mujer, le anunciaron la fecha de la cesárea programada para la semana 38 del embarazo. Bres, quien se encontraba en prefecto estado preguntó el por qué y recibió como respuesta que como había tenido dos cesáreas previas, aumentaba el riesgo de complicaciones.
“No hay nada más perjudicial que una cesárea programada”, explicó María Eva Ayala una socióloga que integra el grupo de madres por el parto natural. “Es muy importante seguir los dictados de la naturaleza y que el bebé nazca cuando se den las condiciones para hacerlo”, completó la profesional y activista de estas prácticas.
“No hay certezas de que los protocolos médicos que terminan con un parto inducido sean beneficiosos para la madre o el bebé, todo lo contrario. Además, la mayoría de las mujeres son llevadas a creer que si no se someten y cumplen las “normas” pondrán al bebé en peligro”, sostuvo María Eva Ayala.
Desde el Grupo Renaciendo, una red de mujeres por la humanización del parto y el nacimiento del bebé, asistieron a la mujer y a través de la red social Facebook se inició una campaña que en dos días logró recaudar 1.500 pesos. La práctica completa tuvo un costo de 5.800 pesos, por lo que familiares de la joven debieron pedir prestado para pagar la suma.
Según publicó el diario La Capital de Mar del Plata la mujer quería hacer valer su derecho, el que da la ley 25929 “Derecho de los padres e hijos durante el proceso del nacimiento”. Esta norma señala que la mujer tiene derecho a estar acompañada por la persona que ella desee durante el trabajo de parto, parto y posparto sea parto vaginal o por cesárea y que se espere a que el parto se desencadene solo sin acelerar el proceso con maniobras y medicación, en el caso que no se tenga evidencia de sufrimiento fetal y/o materno.
Así, el nacimiento de Caua fue considerado como un triunfo de distintas organizaciones que plantean el derecho al parto respetado y el fin de las prácticas medicas invasivas contra los bebés y su madre.