La posibilidad de acceder a un terreno y una vivienda propia es un derecho cada vez más restrictivo para un amplio sector de la población. El suelo urbano es un patrimonio de todos y no de los que más tienen. Y en este sentido, los Estados hoy se enfrentan a un gran desafío: la tenencia de tierras aptas para urbanizar.
Esto implica un cambio de paradigma en las políticas de acceso a la tierra donde el Estado no puede estar presente solamente a través de la norma y la regularización. Se necesita un Estado que proyecte una política activa de tierras para los sectores más desprotegidos por el mercado.
En Arroyo Seco, el gobierno municipal cuenta con una herramienta valiosísima para hacerse de tierras aptas para urbanizar. La ordenanza de Reserva Fiscal, aprobada por la legislatura en el año 2013, obliga a los desarrolladores privados a ceder el 10 por ciento de la superficie del loteo al Estado municipal. Esta normativa permitió, con muchos escollos, que hoy el municipio cuente con tierras aptas para desplegar una política activa de acceso a la tierra con financiamiento público.
Este año, por decisión de la gestión de Nizar Esper, se concretó el programa “Mi Lote”, el primer loteo municipal de la ciudad de Arroyo Seco, diseñado para facilitar el acceso a la tierra de aquellos vecinos y vecinas que deseen construir su vivienda pero que no cuenten con ingresos suficientes para adquirir terrenos con infraestructura en el mercado inmobiliario local. El lote se financia íntegramente desde la municipalidad con una entrega inicial de 800 mil pesos y en cuotas muy por debajo del interés bancario. Además, con lo producido de la venta de los lotes, se generarán ingresos que permitan urbanizar nuevas tierras cedidas en concepto de reserva fiscal. Los lotes serán dotados de los servicios de energía, agua, cloacas, y apertura de calles.
Sorteo
El jueves 24 de noviembre se realizó la primera adjudicación del programa Mi Lote en el Complejo Integral Los Tiburones, donde 60 familias renovaron sus esperanzas del sueño de la casa propia. Una decisión política que cambió el destino de muchos vecinos y vecinas de la ciudad.
En un acto cargado de emoción, con abrazos fundidos en llantos de alegría, con las esperanzas renovadas en el proyecto de la casa propia, con la ilusión reconstruida en nuevas oportunidades.
“Se vivió a flor de piel ver a los vecinos emocionados. Uno no toma dimensión de la importancia que significa dar la posibilidad de tener un lote propio hasta que ve la emoción de los vecinos que pegaban un grito cuando salía su número. Esto se debe a nuestro Intendente Nizar Esper que apostó a esta política de facilitar a la gente el acceso a un lote. Seguiremos trabajando en esa misma línea y tenemos en el Concejo Municipal dos proyectos de ordenanzas más para seguir dándole a la gente más oportunidades. El vecino valora el trabajo realizado durante estos seis meses para que sea realidad. Estamos contentos, con el deber cumplido, y como funcionario uno siempre tiene que dejar algo para la ciudadanía. Y esto fue uno de los momentos más fuertes que viví como funcionario” expresó el Director de Hábitat Lucas Zanchetta.
En el mismo sentido, el Intendente Nizar Esper destacó que el programa Mi Lote es el puntapié inicial para profundizar esta política habitacional y llegar a más familias: “Estamos muy contentos por nuestros vecinos. Fue una lucha bastante ardua. Quiero agradecer a todo mi equipo de trabajo porque lograron en tiempo récord que 60 familias puedan acceder con financiamiento municipal a la posibilidad de un lote propio. Este fue, sin dudas, uno de los momentos más fuertes que viví en mi gestión. La respuesta de la gente, agradecida por esta posibilidad es lo que nos impulsa a seguir. Por eso apelo a que el Concejo pueda tratar los otros dos proyectos presentados en el mismo sentido para seguir trabajando en conjunto en y engrandecer a nuestra querida Arroyo Seco”.
Acompañar
Durante el sorteo, las familias adjudicadas no solo expresaron su agradecimiento a los funcionarios políticos. Rita Busiglio, empleada municipal, fue quien acompañó a los vecinos en la presentación de los documentos exigidos por el programa Mi Lote. Su nombre fue la representación de cada esperanza que se renovaba por el azar del bolillero.
Porque acompañar es tutelar el sueño de otros. Acompañar es empatizar con el otro, con su historia. Acompañar es fortalecer los lazos colectivos: “Es una de las experiencias más fuertes que transité. Mi primer trabajo fue en una inmobiliaria y hoy como empleada municipal, desde otro lugar, facilité los trámites para obtener el lote propio. Uno empezó a conocer la historia de cada uno de los que se presentaron. Uno se pone en el lugar del otro que no tiene un terreno, que tiene que alquilar, que le sale una fortuna y se tienen que mudar a otra vivienda más chica. La alegría de hoy y los abrazos que recibí, me llenaron el alma. Estoy muy emocionada por ellos. Hoy se fueron 60 familias felices y me voy muy feliz con eso”
Esta política pública generó sin dudas una esperanza que hacía tiempo no se vivía en Arroyo Seco. La posibilidad real y concreta de que el Estado municipal, a través de todas sus herramientas y sus áreas, pueda brindar soluciones posibles a problemas estructurales de la sociedad.
Un Estado que conoce las necesidades de la gente y la revierte en acciones transformadoras. Un Estado que trabaja en conjunto, coordinadamente, con un objetivo común. Y la devolución a esas políticas es incuestionable e invalorable.
Los nuevos dueños
“Estuve 47 años esperando la oportunidad que mi cuidad me dé la posibilidad de tener un lote propio. Fui muchas veces al banco para poder obtener un crédito y el trámite era cada vez más protocolar y nunca se llegaba a nada. Ahora estoy muy contento. Trabajo de mecánico en Dreyfus y tenemos que alquilar porque se hace imposible comprar una casa y este es el primer paso para la casa propia”. Javier Norberto Franco
“Es una alegría inmensa porque salimos después de muchas bolillas, así que lo transitamos con muchos nervios. Hoy en día, si no es con algo así, es imposible llegar a esto. Se me pone la piel de gallina. Trabajo en la EPE y este es el paso para el sueño en la casa propia. Siempre pensando en cómo hacer para construir. Uno vive al día, tratando de comprarse una casita. Ahorrando peso por peso para tener esa oportunidad algún día y hoy quiero agradecer a la municipalidad por la oportunidad que le dieron a la gente”. Fernando Martín Fiornabelli.
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