Juan Pablo Sarkissian
Antes de finalizar 2019 se presentó, en el marco de la Semana Nacional de la Economía Social y Solidaria y organizado por el Observatorio de Políticas Públicas de Economía Social, Popular y Solidaria, radicado en la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Exteriores de la Universidad Nacional de Rosario, el libro Bajo sospecha. Debates urgentes sobre las clases trabajadoras en Argentina.
La referencia viene a cuento porque en su presentación pública se señalaba que el texto estaba (y está) pensado como un “instrumento para la acción”.
La irrupción de la pandemia del covid-19 alteró y modificó todos y cada uno de los planes establecidos y el recorrido del libro no tuvo el debate (como se señala desde su titulo) que merecía, tan necesario e indispensable tras la pandemia anterior: el gobierno que condujo Mauricio Macri.
Como sea, el texto es producto del trabajo de las y los investigadores del Instituto de Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), que integran el Programa de Antropología en co-labor para el fortalecimiento de organizaciones de trabajadores y trabajadoras.
En el libro escriben María Inés Fernández Álvarez (directora del programa), Sandra Wolanski, Dolores Señorans, Florencia Pacífico, Carmina Pederiva, María Paz Laurens, Silvana Sciortino, Santiago Sorroche, María Victoria Taruselli y Cecilia Cavigliasso, quienes son además docentes de las universidades nacionales de Buenos Aires, La Plata, Rosario, Arturo Jauretche y Lomas de Zamora.
Desde su comienzo las autoras plantean que el objetivo principal es contribuir al debate social respecto de “las imágenes moralizantes que deslegitiman las experiencias, las prácticas y los modos de organización política de los denominados sectores populares, asiduamente condenados como ilegales y delictivos”.
La característica –y la potencialidad– de la publicación reside en su fundamentación epistemológica, esto es, plantear como punto de partida una mirada sobre “lo colectivo” que constituye la forma de construir conocimiento con y junto a las y los sujetos que encarnan los procesos sociales.
Desde esa concepción el libro recupera debates sobre la clase trabajadora en la Argentina, reconstruyendo escenas cotidianas, experiencias de vida y diálogos mantenidos junto a integrantes de organizaciones de trabajadores y trabajadoras (cartoneros, feriantes, ex presos, indígenas urbanos, trabajadores costureros, vendedores ambulantes, organizaciones sindicales, trabajadoras de cuidado) que protagonizan prácticas y procesos de organización y trabajo popular.
Desarticular afirmaciones y miradas que deslegitiman las formas de organización colectiva
El sentido el texto se propone desarticular afirmaciones y miradas que deslegitiman las formas de organización colectiva de estos sectores y las reducen bajo un mismo manto de sospecha: la acusación de ser falsos, inauténticos, impuros.
Por el contrario, se busca focalizar en su contracara: el enaltecimiento de experiencias individuales y colectivas de sacrificio que suponen, a su vez, una construcción de formas de conocimiento.
Así, en el análisis se observan la existencia de dinámicas de organización colectiva que cuestionan la división entre trabajadores formales e informales, o entre movimientos sociales y movimiento obrero.
“Empezamos a pensar el libro a principios de 2018, en un momento en el cual las medidas de feroz ajuste económico implementadas por el macrismo estaban mostrando sus consecuencias más dramáticas: el deterioro de las condiciones generales de vida de las clases trabajadoras y el recrudecimiento de las acciones represivas frente a la protesta social.
Se tornaba visible que el ajuste sólo era posible de la mano de un igualmente violento proceso de represión, persecución y encarcelamiento de dirigentes, pero también a partir de una violencia capilar, menos explícita y más cotidiana, difundida a través de términos peyorativos para calificar a las clases trabajadoras, que requirió perfeccionar y poner en juego un discurso sobrecargado de imágenes morales sobre las mismas.
Veíamos que, más allá de la heterogeneidad de las organizaciones con las que trabajamos, en su conjunto quienes integran estos espacios venían siendo objeto de miradas moralizantes que los calificaban a partir de términos sumamente peyorativos, como “ilegales”, “mafiosos”, “planeros”, “asistidos”, “usurpadores”, “delincuentes”, “violentos”, entre otros, señalan las integrantes del equipo trabajo.
Y agregan: “Si bien esas no eran formas novedosas de designar a las clases populares, percibíamos que se hacían presentes cada vez con más fuerza en las explicaciones que buscaban legitimar acciones regresivas y represivas, sobre todo a la hora de calificar prácticas y acciones colectivas. El libro surge entonces como una apuesta a desarmar aquellos discursos y miradas que estigmatizan a las clases trabajadoras, ponen en tela de juicio lo colectivo, impugnan la militancia y la participación política, instalan la sospecha sobre la representatividad de les líderes o referentes y califican como violentas o mafiosas a las prácticas de organización colectiva”.
Relatos manipulados y falsos en su mediatización que romantizan los sacrificios individuales
En efecto, el estudio pone el foco en la construcción e identificación de estereotipos que se utilizan para calificar los sujetos y sus organizaciones.
En este sentido, el texto desarticula la construcción de una imagen estigmatizadora de los sectores populares y pone en evidencia “un relato romántico y sacrificado” donde se engrandecen las vidas de quienes superar las dificultades de forma individual con tenacidad sin que nadie “les regale nada”.
La mediatización de los relatos nos recuerda escenas de niñxs caminando kilómetros para llegar a la escuela, artistas o personas con ideas innovadoras que encuentran su cauce en contextos sumamente hostiles. La celebración y exaltación de estos ejemplos de sacrificio, siempre como experiencias individuales y exitosas, son desarticuladas porque encierran el germen de las sospechas y las miradas acusatorias.
El texto logra su objetivo de mostrar aquello que las miradas morales estereotipadas, tanto en su versión negativa como romántica, desestiman, simplifican y ocultan.
Y este encubrimiento no hace más que reforzar los mecanismos represivos necesarios para disciplinar y aplicar políticas de ajuste al tiempo que producen condiciones para que esas miradas se incorporen a las prácticas de las relaciones humanas, creando las condiciones para el enfrentamiento entre pares.
Un instrumento de acción política de una vitalidad singular
En el libro, además, se enfatiza la idea de la pluralidad y heterogeneidad de clase, con la idea de tender puentes entre sectores que suelen ser vistos como partes de conjuntos dicotómicos como movimiento obrero/movimientos sociales; trabajadores formales/trabajadores informales, clase obrera/clase popular.
Aquí la calve es contribuir a pensar la heterogeneidad que compone en la actualidad la clase trabajadora, reconocer su diversidad, las dispares experiencias que la componen y aprender de sus formas de organización que fueron y son sustantivas para sostener la vida en el sentido más amplio.
El texto, como producto de una exhaustiva investigación, es también, por esencia y definición, un instrumento de acción política de una vitalidad singular, porque da cuenta de una problemática que nos impone su abordaje, al tiempo que nos ofrece una hoja de ruta para la tarea instrumental.
Bajo sospecha. Debates urgentes sobre las clases trabajadoras en Argentina, fue publicado por Editorial Callao Cooperativa Cultural y el texto forma parte de la biblioteca Economía de los trabajadores que reúne una serie de libros que abordan los problemas y experiencias de la autogestión obrera (en especial las empresas recuperadas por los trabajadores) y cuestiones relacionadas con las luchas de la clase trabajadora en el contexto del capitalismo globalizado bajo la hegemonía neoliberal.