El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicó esta semana los resultados definitivos del Censo 2022, operativo nacional que se postergó dos años por la pandemia de coronavirus. El inmenso trabajo dibuja una radiografía profunda de toda la población en el territorio nacional y las condiciones que atraviesa, mapa que por concepción debería orientar como un timón las políticas públicas en marcha, y permitir la concepción y acuerdo de nuevas políticas de Estado, es decir que atraviesen gestiones de distinto signo partidario permaneciendo más allá de su orientación. “La información estadística que surge a partir del operativo sirve para diseñar políticas públicas esenciales en diversos ámbitos. También la utilizan las personas y empresas para investigar, planificar y llevar adelante proyectos basados en información oficial”, explica el sitio oficial censo.gob.ar. Los resultados definitivos del relevamiento, que abarcan el país, cada provincia y cada departamento provincial están disponibles en el apartado censo.gob.ar/index.php/datos_definitivos.
En esa línea, El Ciudadano presenta una síntesis de los principales indicadores en cuanto a población, del departamento Rosario: cuántos somos, cómo estamos, qué nos falta y otros interrogantes se pueden inferir de la información recolectada, tabulada y cotejada durante el último año en el descomunal trabajo del Indec.
En el departamento residen, según el relevamiento del año pasado, 155.120 personas más que en 2010, una variación del 13% entre ambos operativos. En números absolutos el Censo 2010 relevó 1.193.605 personas, y el Censo 2022 contabilizó 1.348.725 habitantes.
Cuestión de edad
Según los estándares internacionales vigentes, que también adoptó la Argentina, la población envejece cuando aumenta el porcentaje de personas de 60 años y más al tiempo que disminuyen el porcentaje de niños (menores de 15 años) y el de personas en edad de trabajar, que toma la franja de 15 a 59 años. Así, el “envejecimiento poblacional” genera grandes cambios sociales y económicos: “Influye en el crecimiento, el ahorro, las inversiones, el consumo, los mercados de trabajo y los sistemas de pensiones y jubilaciones. A nivel social influye en la composición familiar, en las formas de convivencia, en la demanda de viviendas y de servicios de atención de la salud”, define la Dirección Nacional de Población en su último reporte.
La previsión de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) es que en menos de dos décadas, hacia el año 2040, “el número de adultos mayores superará por primera vez al de niños”. En la región, registra el organismo de Naciones Unidas, la población menor de 15 años disminuyó de un 40% en 1950 (“estructura joven”) a un 28% en 2010.
La tendencia se ratificó en el Censo 2022 para el departamento Rosario con dos variaciones: la población de 0 a 15 años es el 20,2%. Las niñas y niños registrados al nacer de entre 0 y 4 años son 79.071 en el departamento; de 5 a 9 años son 98.406, y de 10 a 14 años, 95.556.
En las siguientes franjas, en el departamento Rosario se relevaron 93.129 personas de 15 a 19 años; 96.971 de 20 a 24 años; 106.251 de 25 a 29 años; 107.934 personas de entre 30 y 34 años; 103.997 de 35 a 39 años; 102.391 de 40 a 44 años, y 85.088 personas de 45 a 49 años.
Las, los y les mayores de 50 años totalizan 72.641 personas que tienen entre 50 y 54 años; 65.946 entre 55 y 59 años; 61.886 entre 60 y 64 años; 55.140 entre 65 y 69 años; 46.388 entre 70 y 74 años; 34.227 entre 75 y 79 años; 22.823 personas de 80 a 84 años, y 12.839 entre 85 y 89 años
Más de 90 años tienen en el departamento 5.982 personas (90 a 94 años), y 1.554 personas tienen entre 95 y 99 años. Y en el Censo se relevaron, además, 192 personas de 100 años o más: 164 mujeres y 28 varones.
Población y cuidado
La edad mediana de la población en el departamento es de 34 años. Y la población de 60 años o más totaliza 241.031 personas, el 17,9% de la población total, superando el 15% que la Cepal había previsto para Latinoamérica hacia 2025.
El comportamiento, que va de la mano de distintos y múltiples factores, como el aumento de la esperanza de vida, la disminución de la tasa de fecundidad, ambas impactadas por las condiciones sociales y materiales de vida.
En la Argentina el indicador se expresa de forma común tomando la población de 65 años o más: en el departamento Rosario viene aumentando alrededor de 1 punto porcentual por década en los últimos cinco Censos, salvo en 2010: pasó del 10,3 por ciento en 1980 a 11% en 1991; midió 12,4% en 2001; cayó al 12,3 en el relevamiento de 2010 y arrojó 13,1 en el Censo 2022. De igual modo, el “índice de envejecimiento” que expresa el número de adultos de 65 años o más por cada 100 personas arrojó 39 en los Censos de 1980 y 1991; 51 en 2001; 58 en 2010 y 64 en 2022.
En ese marco, uno de los indicadores relevados en el Censo 2022 es el “indice de dependencia potencial”, que refleja (en términos numéricos generales, no en situaciones particulares) las situaciones de cuidado en el departamento Rosario.
El indicador suma la población total de personas de 0 a 14 años y de 65 años o más, considerando su “edad inactiva”, y la divide por la población en “edad activa” (de 15 a 64 años) por cada 100 personas. La relación es de la mitad, que a grueso modo sintetiza que por cada dos personas en edad laboral hay una que no la alcanzó aún o ya la superó. El indicador se mantiene estable a la baja: 58 personas en el Censo 1980, 64 en 1990, 58 en 2001, 50 en 2010 y 50 en el Censo 2022.
En la misma línea, otro indicador relavado es la relación de personas que tienen 80 años y más respecto de la franja que tiene de 50 a 64 años: se expresa como “índice de dependencia potencial de padres” por cada 100 personas. En el departamento Rosario se relevaron 20 adultos y adultas mayores, un número que se duplicó y estabilizó en las últimas tres décadas respecto de los 10 del Censo 1980.
Otro indicador poblacional que no ha tenido grandes variaciones es la mayor longevidad de mujeres: el “índice de feminidad de la población”, relevó 144 mujeres por cada 100 varones de 65 años o más en 1980; 154 en 1990; 163 en 2001, 161 en 2010 y 148 en el Censo 2022 para el departamento Rosario.
Techo propio, techo ajeno y sin techo
Uno de los aspectos que mayor atención capta en cada Censo es la situación habitacional de la población, reflejando los avances y retrocesos de las políticas públicas. La mayor parte de la población total del departamento Rosario reside en viviendas particulares: son 1.337.958 personas que viven en algún tipo de estructura familiar, en tanto que las restantes habitan en viviendas colectivas, que son las que se rigen por un régimen institucional, como cuarteles, internados, hogares religiosos, hogares de niñas, niños o adolescentes, hogares de personas mayores. Incluyendo a personas que fueron censadas en alojamientos temporarios, totalizaron 10.494, y 273 fueron relevadas sin techo, en situación de calle.
De ese total de residentes, 890.342 personas habitan en viviendas particulares propias, pero solamente el 61 por ciento (543.314 personas) posee la escritura, la situación ideal. Es decir, casi el 40 por ciento (347.028 personas) por algún motivo no cuenta con la documentación definitiva de la propiedad, aunque buena parte (167.248) dijo contar con boleto de compraventa, y 68.135 personas con otra documentación. Es un problema persistente: al día de hoy 111.645 personas, el 12,5% de quienes viven en casas particulares propias, no tiene documentación de la propiedad.
Y otra gran franja es la que alquila: 261.002 personas están directamente afectada por lo que pueda pasar de ahora en más con la ley de Alquileres, en particular con la visión del gobierno entrante de que los contratos se puedan pactar en y por cualquier moneda y plazo, y con reajustes sin regulación. El impacto de cualquier cambio modifica la vida de nada menos que el 29,1% de quienes viven habitan en viviendas particulares, que es el 19,3% de la población total: una de cada cinco personas.
Y dos franjas también atraviesan por una situación compleja: 81.139 personas, el 6 por ciento de toda la población, vive en propiedades prestadas, en tanto que el 7,3% del total (98.979 personas) reside en viviendas en otra situación que no responde a ninguna de las anteriores. Agrupando las diferentes situaciones, entre alquileres, viviendas prestadas, sin documentación o en situación precaria, se puede decir que más de medio millón de personas (552.765) atraviesa o puede atravesar problemas de vivienda: nada menos que el 41% de la población total del departamento Rosario.
Agua y convivencia
El Censo 2022 relevó condiciones edilicias, sanitarias, de energía, y más, como conectividad a internet en las viviendas, según cantidad de población. Son las condiciones sociales y económicas de vida reflejadas en indicadores como los materiales del piso según materiales del techos, combustible que se usa normalmente para cocinar, acceso a agua potable, cantidad y condición de baño.
Por caso el acceso a agua potable de la red pública está presente para la mayoría de la población residente en viviendas particulares, con una cobertura que alcanza al 92,8 por ciento, esto es 1.242.099 personas. Y si bien de ese total la mayor parte tiene acceso por cañería dentro de la vivienda, fueron relevadas en el departamento Rosario 46.876 personas, el equivalente a casi cinco ciudades enteras, que no cuentan con ese tipo de acceso: son 40.509 personas con una canilla conectada a la red que está fuera de sus viviendas, aunque dentro del terreno, y 6.367 personas que dependen de canillas que están fuera del lugar que ocupan. A ellas se suman otras realidades: 50.866 personas tiene agua por cañería en sus viviendas, pero de pozo: tienen una perforación con bomba a motor. Para 4.500 personas, el acceso es también con bomba a motor, pero afuera de la vivienda, y se relevaron 1.410 personas con acceso a una bomba a motor que está fuera de sus casas y terrenos.
Otras 4.280 personas dependen de pozos que tienen bomba manual, y de ellas 740 la tienen dentro de los terrenos y 433 afuera.
El Censo 2022 relevó además que 3.420 personas dependen de agua de pozo y no tienen bomba alguna, y 5.264 personas dependen de cisternas, almacenamientos de agua de lluvia o cursos de agua. El Censo también toma provisión de “otra procedencia”, sin especificar: se consideran allí 26.119 personas, por lo que se puede inferir que casi 96 mil personas del departamento Rosario enfrentan dificultades más o menos severas para acceder al agua potable, por el riesgo de napas contaminadas en el mejor de los casos, que es el de las personas que cuentan con perforaciones con bomba a motor y tendidos internos en sus viviendas.
Cómo se cocina
En considerable menos proporción que el acceso al agua potable está el acceso al gas natural, el combustible más utilizado en el departamento Rosario. Del total de 1.337.958 personas en viviendas particulares solamente 779.777, esto es el 58,3% de la población tienen acceso al gas por red, un servicio privatizado en la década de 1990 y que desde entonces sigue en manos de privados.
Es decir, el 41,7% de los habitantes debe valerse de otros combustibles para cocinar, y en su mayor parte depende de combustibles mucho más caros: 484.001 personas usan gas en garrafa; 40.697 personas, electricidad; 27.784 gas de tubo o a granel (zeppelin) y 3.673 cocinan con leña o carbón. Por último 2.026 personas utilizan otros combustibles.
Baños y descargas
Puesto hoy en debate desde concepciones ambientalistas –por la contaminación que produce y el despilfarro de agua potable que genera– e incluso técnicas –por la ausencia de plantas de tratamiento– el modelo que se impuso en la región siglos atrás y que tendrá predominancia por largo tiempo consiste en evacuar aguas negras con descarga de agua de red en viviendas particulares, y de redes cloacales a nivel poblaciones. En el departamento Rosario el Censo 2022 relevó las conexiones a la red pública (cloacas), sistema que tiene una cobertura para 911.719 personas de las 1.337.958 que residen en casas particulares, es decir al 68,1% de la población del departamento. El 31,9% restante se divide entre quienes poseen una instalación con cámara séptica y pozo ciego (170.550 personas), quienes tienen descarga sólo a pozo ciego (240.599 personas con una de las infraestructuras más contaminantes de napas), quienes descargan en pozos (8.123 personas tienen sólo excavaciones en la tierra) y 6.967 personas que no tienen nada de nada en sus viviendas.
Los cinco conjuntos abarcan, además otras desigualdades: de quienes tienen acceso a cloaca, 40.240 personas tienen inodoro sin descarga y deben apelar a baldes, y 1.386 personas no tienen inodoro sino pozo; entre quienes tienen cámara séptica y pozo ciego 16.644 personas deben manejarse a baldes y 808 no tienen inodoro. Y entre quienes tienen instalaciones que sólo cuentan con pozo ciego, 81.589 personas deben hacer descargas manuales con baldes. Entre quines utilizan hoyos o excavaciones, 3.111 personas utilizan inodoros con arrastre de agua; 4.540 inodoros con baldes de agua, y 472 no cuentan con inodoro adecuado.
En contrapartida, muchas viviendas, con distinto número de habitaciones, cuentan con dos o más baños. En ese conjunto 282.874 personas tienen acceso a dos baños y 83.587 personas a tres o más baños.