¿Cómo se crea en tiempos de coronavirus? La situación lleva a los artistas a estar encerrados en sus talleres. Pero no es lo mismo vivir y trabajar «encuarentenados». En el barrio La Florida, en la zona norte de la ciudad, el escultor Fabián Rucco le sigue dando rienda suelta a su inspiración e imaginación, a pesar de que se frenó la actividad por el aislamiento social, preventivo y obligatorio.
Rucco se define como un artista figurativo y expresionista: trabaja con figuras humanas. Es licenciado en Bellas Artes con especialización en escultura en la UNR, donde también es docente. Desde hace más de 15 años expone individual y colectivamente en museos, centros culturales y galerías de arte.
El escultor tiene el taller en su casa: allí pasa el mayor tiempo del día y asegura que la cuarentena para un artista es enriquecedora en cuanto a la producción.
«Trato de ponerle optimismo a esta pandemia. El arte es una forma de llevar la vida, hace bien, perdura y es un trabajo que me permite seguir en cuarentena. Estoy terminando obras que tenía empezadas y comencé nuevas», explicó.
El escultor contó que sigue trabajando con los «juegos unplugged», donde el objetivo es reivindicar juegos desenchufados. Es decir, que no tengan nada que ver con la tecnología. Y por otro lado, empezó con otro que lo llamó «estrategias de cuarentena».
Rucco contó que cuando descubrió la madera, que la intercala con hierros, metales y piedras, «se conectó de una forma especial y para siempre».
Pero claro que no todo es color de rosa. Desde que llegó la pandemia, Rucco tuvo que suspender viajes y compromisos con los que un escultor debe cumplir y que ahora está todo en veremos.
«Tenía exposiciones, una obra para Alemania que había quedado por un concurso que gané. También a nivel local y para un privado de una cadena internacional», explicó el artista.
Además, Rucco tuvo que suspender el viaje a Europa que hace anualmente. «Cuando se reactive retomaremos fuerza de nuevo. Ahora hay que seguir remándola», dice.
El escultor reparte su vida entre su taller y su carrera de docente en la UNR (ahora de manera virtual). «Mi trabajo es un 80 por ciento artista y el resto lo dedico a la docencia. Aunque dar clases on line cuesta más», señala.
La obras de Rucco están emplazadas en diferentes espacios públicos: en Alemania, Chile, Dinamarca, España, Francia, Holanda, Japón, Lituania, Perú, Tailandia y Uruguay.
El escultor dice que una obra de arte se evalúa a través de los premios y de la trayectoria del artista.
En la ciudad, una parte de su trabajo puede verse a cielo abierto en el Paseo Pichincha, ubicado en la Estación de Trenes Rosario Norte (Callao al fondo), donde instaló Instrucciones Para Volar.
«Son obras con madera de la poda de eucaliptos de ramas de un metro de diámetro. Son cinco esculturas que representan a un hombre y su comunicación con un ave. El personaje va mutando su fisonomía hasta que se transforma en un pájaro en vuelo», explicó el artista.
Rucco sabe que la cuarentena le va a pasar factura, pero apunta al tiempo que le puede dedicar a sus obras (no terminadas y nuevas). Eso es enriquecer desde todo punto de vista, dice.
A lo largo de su amplia trayectoria, tuvo importantes reconocimientos. El último fue como «Artista Distinguido» por el Concejo Municipal en 2016.
Para el o la que que quiera conocer un poco más las obras de Rucco, puede hacerlo a través de: ruccoesculturas.com.ar