Cuatro personas murieron y 64 resultaron heridas de diversa consideración en un ataque contra una parada de ómnibus en la ciudad de Lieja, en el sur de Bélgica. Al parecer, un «kamikaze» de unos 40 años abrió fuego contra un grupo de personas y se suicidó poco después.
Otros testigos relataron que lanzó varias granadas. Entre las decenas de heridos hay varios graves: un niño de dos años se debate entre la vida y la muerte.
Los investigadores descartaron que se trate de un atentado terrorista y se especula con que el ataque esté relacionado con un juicio que se lleva a cabo en el palacio de Justicia, situado a pocos metros.
«Salimos fuera, a la plaza, frente al palacio de Justicia y vimos a una persona que estaba lanzando granadas de mano por todas partes. Todo fue tan rápido… Empezamos a correr para intentar salvarnos», aseguró Hervé Taverne, uno de los testigos oculares, en una entrevista radial.