Search

Cuatro mujeres denunciaron al “Monstruo de Las Heras” por abuso sexual

Además de la joven universitaria atacada el lunes, tres sobrinas menores de edad lo habían denunciado a través de sus padres y una asistente social en noviembre y diciembre. La Justicia había pedido su captura pero no lograron encontrarlo

Efectivos de Investigaciones intensificaron durante la jornada de este miércoles la búsqueda de Víctor Aníbal Rodríguez, de 50 años y conocido como el “Monstruo de Las Heras”, acusado de interceptar, secuestrar y abusar sexualmente de una joven universitaria de 20 años el lunes por la tarde en el distrito de El Borbollón. El caso, que conmocionó a la provincia, reveló un patrón criminal perturbador: Rodríguez acumulaba ya otros tres casos de abuso, todos contra menores de edad.

La primera alerta sobre sus presuntas conductas depredadoras surgió el 5 de noviembre del año pasado, cuando su cuñada presentó una denuncia a través de la Oficina Fiscal Virtual.

La mujer aseguró que sus dos hijas menores habían sido abusadas por Rodríguez en un domicilio del callejón Rivas de El Algarrobal. Citada posteriormente por el fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual Darío Nora, amplió su testimonio aportando detalles de los aberrantes hechos sufridos por las niñas.

El 14 de noviembre, las autoridades emitieron una orden de captura contra Rodríguez. Efectivos de la Unidad Investigativa departamental (UID) y de la División de Delitos contra la Integridad Sexual acudieron a detenerlo hasta su domicilio, pero el hombre ya había escapado luego de tomar contacto de la denuncia en su contra, iniciando una fuga que se extendería desde esa fecha.

Días después de la primera denuncia, surgió un tercer caso. Una asistente social se presentó ante la Justicia relatando la situación que había atravesado otra sobrina de Rodríguez.

La joven, actualmente de 17 años, reveló que cuando tenía entre 12 y 13 años también había sido víctima de abusos (tocamientos) por parte de su tío en el mismo domicilio del callejón Rivas. El fiscal Nora acumuló las causas y reforzó la búsqueda del acusado, pero cuando los detectives policiales lo fueron a buscar tampoco lo encontraron. Mientras esto se desarrollaban trabajos de campo para apresarlo, Rodríguez contrató a un abogado a fines del año pasado y presentó un mantenimiento de libertad ante el Ministerio Público. Sin embargo, el fiscal Nora rechazó el objetivo que tenía el sujeto de mantenerse en libertad mientras se desarrollaba la instrucción.

A pesar del pedido de captura vigente, el sujeto consiguió mantenerse en la clandestinidad, cambiando constantemente barrio siempre por Las Heras, durmiendo en casas de conocidos y evitando lugares públicos, ya que era trapito y lavaba autos en zona de calle Mitre de Las Heras.

También se movía por Guaymallén realizando “algunas changas” y tenía una lista importante de antecedentes de vieja dato, relacionados con delitos contra la propiedad y hurtos, y hasta un abuso deshonesto de 1995, tal como describieron fuentes consultadas por El Sol.

El accionar delictivo del “Monstruo de Las Heras” culminó en un cuarto ataque perpetrado este lunes contra una estudiante de la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo) que regresaba a su casa después de cursar.

Según el testimonio de esta última víctima, Rodríguez la abordó mientras caminaba, fingiendo necesitar ayuda para engañarla. Al acercarse, la agredió físicamente, tomándola del cuello y arrastrándola hasta una vivienda que alquilaba en calle San Ramón, cerca de la intersección con ruta 40, tal como reveló El Sol.

Un detalle perturbador del relato que realizó ante los investigadores sostiene que Rodríguez le colocó “botones” con pegamento en los ojos mientras la violaba. En un momento de vulnerabilidad emocional del captor, quien mencionó la reciente muerte de su padre, la joven lo manipuló psicológicamente para lograr lo que buscaba, escapar. Le suplicó que la dejara volver con su familia, argumentando que estarían buscándola desesperadamente y así logró convencer al hombre de 50 años.

Rodríguez accedió y la llevó hasta un descampado cerca de una cancha de fútbol de una unión vecinal pasadas las 20 horas, donde ella aprovechó para huir. La joven fue encontrada con lesiones visibles y en estado de shock luego de tomar bajarse de un colectivo, relatando entre lágrimas su terrible experiencia a su círculo íntimo, principalmente sus padres.

El caso fue inmediatamente derivado a la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual. El fiscal Gonzalo Marzal ordenó activar el protocolo correspondiente. La víctima fue trasladada al Cuerpo Médico Forense y recibió contención de un equipo interdisciplinario, además de recibir el kit para víctimas de abuso sexual en un hospital.

Simultáneamente, se desplegó un amplio operativo policial en la zona de San Ramón, con efectivos de Investigaciones, personal especializado en delitos sexuales, grupos especiales y policías locales, apoyados por perros adiestrados y drones.

La búsqueda se concentró en una propiedad ubicada en un domicilio interno, a pocos metros de la ruta 40, frecuentada por Rodríguez y supuestamente alquilaba desde hacía un par de meses.

La noticia del ataque desató la indignación de la comunidad de la zona. Familiares y amigos de la víctima realizaron una marcha exigiendo justicia, mientras algunos vecinos se acercaron a la propiedad donde se ocultó durante un tiempo el acusado y arrojaron cocteles molotov para prendarla fuego, siendo contenidos por efectivos de Infantería para evitar que los disturbios pasaran a mayores.

De acuerdo con las fuentes policiales y judiciales que hablaron con este diario, la investigación continuaba bajo reserva por tratarse de delitos de instancia privada.

El fiscal Marzal analizaba las pruebas, incorporaron y los efectivos de Delitos contra la Integridad Sexual profundizaron los trabajos de inteligencia para intentar encontrar al sujeto en algunos de los domicilios que frecuentaba.