Cuatro dirigentes sindicales, pertenecientes a gremios cuyos trabajadores están más expuestos al contagio del coronavirus por tratarse de personal esencial, dan cuenta de la dura realidad que atraviesa el país en un 1ero. de Mayo donde la llamada segunda ola de covid alcanza niveles temibles por la cantidad de contagios diarios y muertes y con un sistema sanitario a punto de colapsar en los centros urbanos más importantes. Estos referentes rescatan la tarea llevada a cabo por la totalidad de los trabajadores, que no han bajado los brazos ante tamaña calamidad, arrastrados además en el declive en que dejó el país la administración del gobierno anterior, con salarios diezmados y paralizadas o cercenadas una serie de conquistas laborales, y cuyos representantes son hoy los negacionistas de la pandemia que vapulean las campañas de vacunación y piden una riesgosa presencialidad en los espacios educativos sin importales las víctimas fatales provocadas por los contagios. Al mismo tiempo valoran significativamente la labor titánica de los trabajadores de salud, firmes en uno de los más ingratos frentes de batalla, y la de los docentes, que sostuvieron la educación y el conocimiento con estándares de calidad cuando era (y es) imposible la presencialidad en las escuelas. En este contexto extraordinario, la Secretaria general de Amsafe-Ctera, Sonia Alesso; el Secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, Alberto Botto; el Secretario general de la Seccional Rosario del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), Martín Lucero, y el Secretario general del Sindicato de Prensa Rosario (SPR), Edgardo Carmona saludan a todos lxs trabajadores convocándolos a no bajar los brazos y continuar la lucha para que los próximos 1eros. de Mayo los encuentren no solo enteros sino con más y mejores derechos en un marco de Justicia social.
Por una salida colectiva, con todas y todos adentro
Edgardo Carmona*
Nadie está preparado para recibir una pandemia y todos debimos asumir sobre la marcha acciones novedosas en defensa de la salud y del trabajo. Los trabajadorxs de prensa no fuimos la acepción. El mundo del trabajo fue y sigue siendo el más afectado por esta planetaria crisis sanitaria, en él convergen la necesidad de mantener las fuentes laborales mientras se cumplen los protocolos de cuidado contra el covid 19. Una tarea no siempre fácil porque las patronales, si bien no son todas iguales, aceptan normas de cuidado pero presionan por presencialidad, o minimizan los riesgos, o relajan los controles. La variante costo laboral es un clásico modelo de ajuste y que incide más aún en la resolución de las paritarias.
Estamos atravesados por una disputa política ideológica que se expresa en la miserable oposición a toda medida de resguardo de la vida de nuestros compatriotas, con dirigentes políticos que cuentan los muertos según sus intereses electorales. Estamos a la puerta de un colapso sanitario, exclaman desde el sector de la salud, y el gobierno nacional tomó medidas urgentes y necesarias, a las que desde los sindicatos y las centrales de trabajadores apoyamos.
Sabemos que ese es nuestro deber como representantes de las y los trabajadores, porque son ellas y ellos los que primero ponen su esfuerzo para sostener la producción y en nuestro caso la información esencial a la hora de tomar decisiones. Porque también son quienes tienen más limitadas las posibilidades para eludir el virus frente a los sectores más altos en concentración de riquezas y poder. Son justamente estos sectores los que en esta instancia de suma gravedad deberían hacer el mayor aporte para combatir la pandemia. Pero a contramano de lo que requiere la historia, son quienes, ya sea desde el dominio de medios de comunicación hegemónicos, desde la confabulación con el Poder Judicial y toda la derecha retrógrada, obstaculizan la política sanitaria en defensa de la salud y la vida de nuestro pueblo.
En contraposición, las y los trabajadores organizados apelamos a la solidaridad, damos muestra de ello todos los días, concientizamos sobre las medidas de cuidado, tejemos redes de fraternidad, acompañamos con el esfuerzo encomiable de nuestras obras sociales, apoyamos a los equipos de salud agotados y mal remunerados, al bienestar de los mayores y los más vulnerables. Y seguimos creyendo como siempre que la salida es colectiva. Con todas y todos adentro.
*Secretario general del Sindicato de Prensa Rosario
Por el trabajo, la Salud, y la Vida
Sonia Alesso*
Vivimos un período de tensiones múltiples y una gran inestabilidad con dinámicas que se entrelazan para generar crisis en nuestros países y a escala internacional. La coyuntura generada por la pandemia del covid-19 está instalando con mayor velocidad en la región una realidad dominada por características regresivas que profundiza y exacerba tendencias previas de deterioro de las condiciones de vida y trabajo de la mayoría de la población.
Tanto la dimensión y velocidad de la pandemia como la profundidad y generalización en todo el planeta de la crisis se presentan como el acontecimiento más significativo al cumplirse los primeros veinte años del siglo XXI.
Los impactos económicos, sociales, políticos y culturales de la mayor crisis en las últimas décadas son aún incalculables.
Por ello ante una nueva conmemoración del Día de las y los trabajadores, la lucha que enfrentamos está fuertemente vinculada a las políticas públicas que tiendan a cuidar el trabajo, la salud, y la vida de los trabajadores y trabajadoras.
Desde Amsafe y Ctera venimos reclamando el aumento del presupuesto educativo, una nueva ley de financiamiento nacional, para garantizar más y mejor educación, condiciones dignas y conectividad para nuestros estudiantes.
El aumento creciente de contagiados de covid, el incremento de ocupación de camas y muertes de argentinos y argentinos requieren medidas urgentes. Necesitamos que el gobierno nacional y los gobiernos provinciales apliquen fuertes medidas de restricción a la circulación para dar tiempo a la vacunación y a la baja de los casos.
Es preciso también que alimentos, y medidas de protección social y económica lleguen a los sectores más vulnerables. En este contexto llevaremos adelante este 1 de Mayo en Argentina. Nuestro homenaje a las y los Trabajadores de la Salud, que en este momento tan difícil están poniendo el cuerpo para enfrentar esta pandemia.
Nuestro homenaje también a todas las y los docentes que han trabajado durante 2020 y 2021 en las escuelas para garantizar el derecho a la educación, de mil maneras distintas, pero que también cuidan la salud y la vida por sobre todas las cosas.
*Secretaria General AMSAFE-CTERA
Junto a los trabajadores siempre
Alberto Botto*
Por segundo año consecutivo, lamentablemente, debemos vivir el Día del Trabajador en el marco de una pandemia mundial que causa estragos no solo en la salud física y psicológica de las personas, sino en la economía.
Los trabajadores, todos sin excepción, han padecido y siguen padeciendo los efectos de un virus que no solo los afecta en el aspecto sanitario, sino también económico, pues la retracción del consumo y la consecuente restricción productiva siguen afectando a las fuentes de trabajo.
En todos los países del mundo, incluso en las economías más desarrolladas y pujantes, se advierte este fenómeno. Desde luego que la situación es más proverbial y aguda en aquellas sociedades signadas por una economía malherida, arrastre de políticas mezquinas de un neoliberalismo que estuvo siempre al servicio de sectores privilegiados y minoritarios y jamás tuvo en cuenta al mundo del trabajo.
La crítica situación de la pequeña y mediana empresa y del comercio en general, provoca el efecto de pérdida de puestos de trabajos, congelamiento de salarios y numerosas circunstancias adversas a los trabajadores. Trabajadores que, no obstante esta situación, han puesto y siguen poniendo todo de sí para impedir un descalabro económico financiero mayor y más grave.
Por otra parte, miles de trabajadores que pertenecen a ramas que brindan servicios esenciales, arriesgan cotidianamente su vida con el loable propósito de servir al prójimo. En este sentido, cabe resaltar la tarea de médicos, enfermeros, todo el personal de la salud, maestros, docentes en general, trabajadores estatales, de la alimentación, transportistas, periodistas y tantos otros de diversas ramas, que siguen comprometidos en el trabajo a pesar de los riesgos que ello conlleva.
Este esfuerzo laboral, reclama justamente la consideración de los gobernantes y de la sociedad en general, de un compromiso en procura de mitigar los efectos de esta nueva arremetida del covid que, todo así lo indica, es más virulenta, contagiosa, y que ocasiona una preocupante y peligrosa saturación de la infraestructura sanitaria.
El esfuerzo del Estado debe estar enfocado en no permitir que se pierdan fuentes de trabajo, a proteger el salario y la salud de los trabajadores no solo activos, sino también jubilados, a quienes se les debe especial consideración, y debe adoptar todas aquellas medidas tendientes a asegurar la protección de la estructura productiva, especialmente aquella que pertenece a la pequeña y mediana empresa, hoy en crisis y fuente principal de trabajo.
A la oposición política, en tanto, como parte de ese Estado que debe erigirse protector especialmente en estos momentos, se le reclama grandeza y no confrontación política especulativa. La situación social, delicada en muchos aspectos, demanda actitudes responsables.
A todos los trabajadores, en actividad y jubilados, en especial a nuestros compañeros y compañeras de Luz y Fuerza, en este día de tiempos difíciles, les decimos ¡gracias! y los exhortamos a no claudicar en la defensa de la justicia social y la dignidad laboral. Junto a ustedes siempre.
*Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario
Pandemia en casa: no cualquiera puede ser docente.
Martín Lucero*
La pandemia nos deja una experiencia que marcará nuestra vida, sociedad, cultura y las representaciones que teníamos sobre el futuro. En el mismo contexto es inevitable asumir que la educación y el trabajo no serán lo que fueron antes de la explosión global del covid 19.
De manera obligada el sistema educativo se tuvo que adaptar a las clases no presenciales. Una modalidad educativa que hoy es denostada por algunos sectores sociales empujados por fuerte discursos políticos y mediáticos pero que, en medio de la emergencia de la cuarentena, fue la forma que logró llevar, con dificultades y problemas, la educación a la casa de millones de alumnos y alumnas de la Argentina.
Quedarán para los académicos y los analistas “del día después”, los impactos y las derivaciones del ciclo lectivo 2020 (y su continuidad en 2021).
Pero en medio de la coyuntura y la urgencia hay situaciones que son insoslayables: la docencia argentina se puso el sistema educativo al hombro y en 72 hs reorganizó el esquema de clases adaptando, con las herramientas que tenía a su alcance, una propuesta pedagógica para cada comunidad educativa.
Nadie mejor que la maestra, conocedora del aula y las realidades que la habitan, para encontrar una solución para llegar a cada alumno o alumna.
Hay miles de historias que erizan la piel que cuentan las cosas que hizo la docencia argentina por sostener el vínculo pedagógico. Ya son parte de la Épica educativa.
En el medio la realidad cambia. La virtualidad exigió adaptar modalidades, formas, normas y consensos laborales que permitieran llevar adelante la tarea. Como en los momentos fundacionales del derecho del trabajo en Argentina, en paritarias se debatieron la jornada laboral, las horas de descanso, formación profesional, el uso de las herramientas propias, las patologías emergentes de las nuevas modalidades laborales y un extenso catálogo de derechos que surgieron en el marco de la necesidad y van a perfeccionarse de acuerdo a los nuevos lineamientos sociales.
El desafío de los sindicatos docentes en particular, y del movimiento obrero en general es que la pandemia no nos haga perder conquistas, sino que, por el contrario, en la formulación de las nuevas relaciones de trabajo y producción se consoliden mejores derechos. Como muchas veces se ha repetido: en las conquistas sociales “Nunca Menos”
Se podrían ensayar miles de conclusiones sobre el impacto de la pandemia en el trabajo docente. Parece un intento muy presuntuoso cuando aún la pelea contra el virus sigue. Solo nos animamos a compartir un pensamiento.
El rol irremplazable de la docencia como “trabajadores/as de la educación y el conocimiento” quedó como nunca evidenciado cuando, durante la cuarentena en casa, las familias no pudieron suplantar la praxis profesional del magisterio.
En otras palabras: no cualquiera puede ser maestra (aunque muchas veces cualquiera se sienta con derecho a opinar de la docencia)
Ojalá que la pandemia nos deje en claro como comunidad la importancia del Magisterio, la trascendencia de su trabajo, la obligación de su cuidado y la importancia de su reconocimiento.
Una sociedad que valora a sus docentes, es una sociedad que apuesta por un futuro mejor.
*Secretario General de la Seccional Rosario del Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop)