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Cuba tiene un nuevo líder

Raúl Castro reemplazó a Fidel como primer secretario del Partido Comunista de la isla con la promesa de impedir el regreso de su país al sistema capitalista y el anuncio de la necesidad de renovar cuadros.

El VI Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) concluyó ayer con la promesa del presidente, Raúl Castro, de impedir el “regreso del régimen capitalista”, tras ser elegido nuevo líder partidario en reemplazo de su hermano Fidel, quien, visiblemente emocionado, le levantó el brazo mientras los participantes cantaban La Internacional.

“Asumo mi última tarea, con la firme convicción y compromiso de honor de que el primer secretario del comité central del Partido Comunista de Cuba tiene como misión principal y sentido de su vida defender, preservar y proseguir perfeccionando el socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista”, afirmó Raúl Castro, de 79 años, en la clausura del congreso.

El nuevo comité central del PCC, de 115 miembros y elegido el lunes último, designó también un nuevo buró político de 14 hombres y una mujer, quienes constituyen la máxima instancia ideológica del país.

De ellos sólo tres son nuevos. El “número dos” del gobierno y jefe de Organización del PCC, José Ramón Machado, de 80 años, relevó a Raúl Castro como segundo secretario.

Fidel Castro, quien no pronunció ningún discurso durante la ceremonia de clausura y tomó notas mientras hablaba su hermano Raúl, recibió una larga ovación de los delegados, reseñó la agencia de noticias alemana DPA.

En el discurso de clausura, Raúl Castro dijo que “Fidel es Fidel y no precisa de cargo alguno para ocupar siempre un lugar cimero en la historia, en el presente y en el futuro de la nación cubana”, informó por su parte la agencia italiana Ansa.

El presidente de Cuba afirmó en diciembre pasado, que este congreso, el primero que se celebra desde 1997 y que fue inaugurado el pasado sábado, “debe ser, por ley de vida”, el último de la mayoría de los que integran la “generación histórica” de la revolución.

Entre las más de 300 medidas aprobadas por el congreso para “actualizar” y hacer “irreversible” el socialismo en Cuba, figuran el recorte de “plantillas infladas” de personal en el Estado, una mayor autogestión de las empresas públicas, la eliminación de subsidios, el fomento de los pequeños negocios privados y las cooperativas, la descentralización del control estatal y la creación de una cultura tributaria.

Ya en la apertura del congreso, Raúl Castro afirmó que se encuentra “en fase avanzada” la elaboración de leyes para autorizar la compraventa de viviendas y automóviles entre particulares.

También reiteró que será eliminada paulatinamente la libreta de abastecimiento, con la que los cubanos pueden adquirir desde 1963 una canasta básica de alimentos a precios mínimos.

Castro, que propuso y logró que se apruebe que todos los cargos se ocupen sólo por dos períodos (un máximo de diez años) señaló: “El principal enemigo está en nuestras propias deficiencias y por tanto, en tarea de tamaña dimensión para el futuro de la patria no renunciaremos a hacer los cambios que hagan falta, como indicó Fidel y al ritmo demandado por las circunstancias objetivas”.

“Siempre con el apoyo y comprensión de la ciudadanía, sin poner en riesgo la unidad en torno a la Revolución y a su programa”, dijo, citado por la agencia cubana Prensa Latina.

Raúl Castro reconoció el sábado que el partido y el gobierno carecen de una “reserva de sustitutos” y aseguró que la búsqueda e incorporación de nuevos dirigentes comenzará de inmediato.