Para llevar adelante la estafa llamada el cuento del tío en su modalidad conocida como tocomocho hacen falta de tres personas. Dos serán las encargadas de ganarse la empatía y la confianza de la tercera para sacarle dinero. Esto fue lo que le pasó en mayo último a una jubilada cuando se encontró con dos mujeres más jóvenes en el centro de la ciudad. Una dijo haber ganado la lotería y suplicó por ayuda, ya que tenía miedo de que le entregaran plata falsa porque no reconocía las medidas de seguridad de los billetes, tanto pesos como dólares. Después apareció su cómplice, quien siempre simula ser una completa desconocida que se acerca con la pretendida intención de ayudar. Para esa altura, la jubilada ya había entrado en el juego: las invitó a su casa y les mostró los billetes. La víctima tenía sus ahorros en pesos y dólares dentro de una bolsa que quedó sólo unos minutos a mano de las estafadoras. Las invitadas no se quedaron mucho tiempo más y se retiraron muy agradecidas con la anfitriona.
La jubilada siguió con sus cosas hasta que unas horas más tarde revisó la bolsa con sus ahorros y se encontró con que en lugar de los 40 mil pesos y 9 mil dólares (otros 330 mil pesos) tenía fajos hechos con recortes de revistas y diarios.
Los meses pasaron hasta esta semana, cuando la víctima caminaba con su esposo por Mendoza y al llegar a Felipe Moré reconoció a una de las estafadoras. Fue este viernes cuando el hombre de 80 años llamó a la Policía y la mujer, identificada como Rosa Victoria B. G., de 49 años, quedó detenida. Los uniformados le secuestraron una bolsa verde con tres fajos con recortes de diarios y revistas como los que encontró en lugar de sus ahorros la jubilada y en un doble fondo de su cartera hallaron bandas elásticas, más de seis mil pesos junto a papeles con varias anotaciones.
El caso quedó a cargo de la Unidad Fiscal de Investigación y Juicio.
Un poco de historia
Cada vez que salen publicados estos casos en las crónicas policiales, los comentarios en las redes aseguran que este tipo de estafa existe desde siempre. No se sabe cuál fue el primero de los casos denunciados, pero hay registros que tienen más de cien años. Un ejemplo se remonta a 1913 cuando el gobierno de Italia publicó El Manual del Inmigrante Italiano que contenía consejos y advertencias para los ciudadanos que emigraban a la Argentina, incluyendo una descripción sobre la estafa: «Desconfíe de quien no tenga la ropa ni la autoridad para acercarse, no escuche ni historias maravillosas, ni casos piadosos y sosténgase por el momento incapaz de prestar la mínima ayuda a cualquiera. Sepa que existe un notable sistema para engañar al inmigrante que acaba de desembarcar; es el llamado «cuento del tío» y que en Italia se conoce como trufa all’americana. ¿Conoce el proverbio «hombre avisado, medio salvado»? ¡Atención entonces! Su natural desconfianza estará bien empleada en estos casos», advertía por entonces.