«Kirchner fue uno de los presidentes que más temperamento demostró desde el comienzo de su gestión. Desde el principio tomó el poder con las dos manos y despertó muchos enconos, porque cuando la política toca intereses poderosos siempre genera antagonismos.
En cambio, la política que no genera antagonismos es la que se somete al poder», analizó el autor de «Filosofía y Nación».
«Político habilísimo, hombre fuerte como para estar dentro de la estructura del Partido Justicialista y sobre todo, muy bien casado. La muerte de Kirchner no se puede comparar de ningún modo con la muerte de Perón, que dejó detrás de sí a una inepta y a un criminal, como lo fueron Isabel y José López Rega», evaluó Feinmann.
El autor de obras como «Ultimas días de la víctima» o «La astucia de la razón» aseguró que en este caso «al frente del país queda una mujer brillante que va a crecer en la adversidad y que va a ser rodeada por lo mejor del Justicialismo y por muchos sectores de la oposición».
«Como figura política Kirchner deja un legado superior al de la tercera presidencia de Perón, que además de darle poder a un represor como José López Rega en su último tramo tomó partido directamente por la derecha, mientras que Kirchner siempre se inclinó por la unidad latinoamericana, por los derechos humanos y por una evidente centro izquierda. Su mejor legado, además, es Cristina Fernández», opinó Feinmann.
«Creo firmemente en el temperamento de Cristina y en su capacidad para gobernar el país. Ella va a seguir cumpliendo con los objetivos que inició Néstor al enfrentarse a los poderes más concentrados, pero además sé que seguirá unida a lo mejor de los gobiernos de América Latina», concluyó el escritor.