Los líderes de la Unión Europea (UE) redoblaron ayer su presión sobre el primer ministro británico, David Cameron, para que inicie de inmediato el proceso de divorcio del bloque europeo y así poner fin al caos político y económico derivado del referéndum británico en todo el mundo, sobre todo en Europa.
Al inicio de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE, la mayoría de los socios europeos se mostraron partidarios de que el Reino Unido active cuanto antes el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece el mecanismo para que un país abandone el club comunitario.
Cameron ratificó que se tomará su tiempo, por lo que buscan apurar al todavía primer ministro –renunció tras el referéndum, pero dejará su cargo en octubre– para que los plazos que establece el artículo comiencen a correr de inmediato y evitar la estrategia británica de ganar tiempo con negociaciones “informales” antes de activar el proceso de salida formal, fijado en dos años.
Al llegar a la cumbre en Bruselas, la canciller alemana Angela Merkel reiteró que no habrá negociaciones “ni formales, ni informales” hasta que Londres no dé inicio al procedimiento de salida y opinó que no pueden pretender sólo “cosechar las cerezas” de la UE, sin hacerse cargo de las responsabilidades.
Asimismo, el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, prohibió a los comisarios y directores generales de la institución establecer conversaciones privadas o secretas sobre el denominado “brexit” con representantes británicos.
En tanto, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció que propondrá mañana a los jefes de Estado y de gobierno de la UE celebrar una cumbre informal sin el Reino Unido en septiembre, en Bratislava, para hablar del futuro del proyecto europeo tras la salida de Londres.
Por su parte, el presidente de Francia Francois Hollande, quien también reclamó la activación del artículo 50, consideró que es “una suerte” estar en Europa si se tiene en cuenta la situación en la que está el Reino Unido tras el referéndum celebrado el jueves pasado en el que el 51 por ciento de los británicos eligió abandonar el bloque.