La Asociación Empleados de Comercio (AEC) de Rosario renovó este miércoles su denuncia pública por “el desamparo que sufren los trabajadores” de las aplicaciones de delivery, en su mayoría registrados como monotributistas y no reconocidos bajo ningún tipo de convenio como en relación de dependencia, al cumplirse dos meses de la instalación de una carpa para brindarles un lugar, comida y baños y “visibilizar el conflicto” del sector.
“El primer objetivo de la carpa en ese lugar tiene que ver con visibilizar el conflicto y también poner el énfasis en que plena pandemia, estas empresas multinacionales están ocupando espacios públicos sin pagar ningún impuesto y tiene desamparados a sus trabajadores”, denunció el secretario Acción Gremial del sindicato mercantil, Juan Gómez.
La Asociación de Empleados de Comercio montó hace dos meses en la plaza San Martín, frente a la sede de Gobernación de la provincia, la “Carpa de la dignidad laboral”, donde brinda atención a los trabajadores de aplicaciones de delivery.
Gómez explicó que creen que existen unas 2 mil personas que prestan servicios para empresas como PedidosYa, Rappi y Glovo, que no les reconocen la relación de dependencia ni les brindan un espacio físico donde esperar los pedidos, por lo que lo hacen “en los espacios públicos de la ciudad”.
Al ser monotributistas, “es muy difícil saber el número real”, explicó el dirigente de los mercantiles de Rosario.
De ellos, unos son 65 empleados registrados de PedidosYa, que los reconoció como trabajadores y están afiliados al gremio, aunque otro número incierto de trabajadores de la misma aplicación prestan servicio como autónomos.
“Si PedidosYa puede tener a los trabajadores bajo condiciones laborales de acuerdo al convenio, ¿por qué las otras no lo pueden hacer?”, se preguntó el dirigente del gremio mercantil. Y recordó que se trata de “empresas multinacionales que no pagan tributos en el país ni en la ciudad”.
Gómez explicó que los “trabajadores aplicativos”, como los llamaban, “utilizan los espacios públicos para poder trabajar, no están ahí porque quieren, es el lugar que les asigna la empresa”.
“Tienen que repartir a una cantidad de cuadras a la redonda, sino no les ingresan los pedidos, y tiene que cumplir ahí el horario. Hay una relación laboral probada”, sostuvo.
A la vez, explicó que si bien al inicio del vínculo las empresas les plantean que pueden realizar la tarea sin horarios, “si no toman los pedidos son sancionados bajándolos en el ranking”.
“Cuando más «eficientes» son, es decir si están doce horas en una moto, más suben de categoría”, precisó el dirigente.
A través de un documento, la AEC recordó que los trabajadores de las aplicaciones deben registrarse y pagar el monotributo e invertir unos 3 mil pesos en la ropa y la caja que los identifica con la empresa, así como proveerse el teléfono móvil y el medio de transporte y reparto.
“Cuando se lastiman o los asaltan se tiene que hacer cargo de la atención de su salud”, abundó Gómez, y explicó que desde la organización gremial trabajan con concejales locales en la aprobación de una regulación que iguale a las aplicaciones “con cualquier comercio de Rosario”.
Es decir, que se inscriban en el municipio, abonen las tasas vinculadas a la actividad comercial y reconozcan los derechos laborales de sus empleados.