El arribo de Ariel Ortega al Parque Independencia, a mediados de 2004, fue un cimbronazo que sacudió al fútbol argentino. Es que llegó a Newell’s tras su fallido paso por el certamen turco, donde estuvo dos años en el Fenerbahce, uno de los equipos más poderosos de aquel país, pero donde no pudo mostrar su talento. Todo lo que sucedió después es historia conocida: la Lepra se consagró campeón del Torneo Apertura de aquel año y el jujeño fue una de las figuras del equipo que comandaba tácticamente el Tolo, Américo Rubén Gallego.
Pero uno de los momentos más recordados del paso de Ortega por Rosario cumplirá este viernes 15 años. Fue la tarde en la que el Burrito le marcó por primera vez un gol a River, club en el que se formó y del cual era ídolo, en un partido que el Rojinegro remontó tras ir perdiendo 2-0 y lo terminó ganando 4-2 en la lluviosa tarde del Parque Independencia, en el marco de la octava fecha del Torneo Clausura 2005.
Era la primera ocasión en la que enfrentaba al club del que había surgido, cuando entró al campo fue ovacionado por ambas tribunas, saludó uno por uno a los integrantes del banco millonario, se abrazó con Marcelo Gallardo y cuando selló el gol de la remontada de Newell’s (perdía 2-0 y se impuso 4-2 ) se limitó a una celebración entre medida y pudorosa.
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“Fue una sensación normal, de respeto hacia el hincha de River, jugué mucho tiempo ahí. Por eso no lo festejé, pero la verdad es que quería hacer un gol. Llevaba mucho sin hacer un gol, estoy feliz”, declaró un rato.
Aquella tarde, el Millonario, que dirigía Leonardo Astrada, se imponía 2-0 a los 13 minutos del primer tiempo gracias a un doblete de Ernesto Farías. A los 43, el arquero rojinegro Justo Villar le tapó un penal a Marcelo Gallardo.
Pero en el arranque del complemento, los dirigidos por Arsenio Ribeca dieron una muestra de carácter al dar vuelta la historia. A los 5 minutos, Fernando Belluschi descontó y a los 8 Rubén Capria lo empató. Y a los 21 llegó el hombre de la película. Ariel Ortega cambió por gol el penal que Costanzo le cometió a Belluschi y que había sancionado el árbitro Gabriel Brazenas. El festejo del jujeño fue respetuoso, sin gritarlo. A los 45, Belluschi sentenció la historia y puso el 4-2 definitivo para la Lepra, algo impensado al final de la etapa inicial.
Newell’s formó con: Justo Villar; Luciano Vella, Julián Maidana, Nicolás Spolli y Germán Ré; Ariel Rosada, Ariel Zapata y Fernando Belluschi; Rubén Capria; Ariel Ortega e Ignacio Scocco. Luego ingresaron Adrián Lucero, Gustavo Rodas y Damián Steinert por Spolli, Capria y Scocco, respectivamente.
River alistó a: Franco Costanzo; Carlos Diogo, Horacio Ameli, Fernando Crosa y Federico Domínguez; Luis González, Javier Mascherano y Víctor Zapata; Marcelo Gallardo; Gastón Fernández y Ernesto Farías. En el segundo tiempo saltaron a la cancha José Sand, Rubens Sambueza y Jairo Patiño.
A River le convirtió tres veces
El 10 de abril de 2005 fue la primera vez que Ortega le anotó a River. Fue en Rosario y meses después en la cancha de Vélez mediante un gran remate tras un tiro libre y en febrero de 2006 nuevamente en el Parque Independencia, pero esta vez con festejo inopinado y polémico.
Cuando selló el 3-1 para Newell’s con un golazo que se coló en el ángulo del arquero Franco Costanzo, sacó la camiseta, se la puso sobre la cabeza, se arrodillo y una vez reincorporado hizo el típico ademán de golpear los nudillos de una mano en la palma de la otra. Aquel “pongan la plata” tenía como destinataria a la comisión directiva que presidía José María Aguilar, por entonces no del todo convencida de recuperar al jujeño tras su transferencia a la Superliga turca en 2002.
Fue el tercer gran ídolo millonario que había provocado un sinsabor a sus hinchas. Es que en el campeonato Metropolitano de 1982 el mismísimo Norberto Alonso había señalado un gol a River, para Vélez; y el 22 de diciembre de 1990, en el último partido de su carrera, Ubaldo Matildo Fillol, también para Vélez, cumplió una actuación brillante en el Monumental, atajó un penal a Rubén Da Silva y evitó que River sostuviera las chances de coronar, cetro que quedó en manos del Newell’s de Marcelo Bielsa.