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Cupo Laboral Trans: «Las leyes están, falta voluntad política para la implementación»

La activista y militante trans, Pamela Rocchi, considero que el desafío para este 2021 es conseguir que las normativas vigentes se concreten con el ingreso de personas trans en los distintos niveles del Estado

Pamela Rocchi es activista y militante trans de la provincia de Santa Fe. Nacida en Alcorta y asentada en Rosario, desde hace años recorre el territorio con la ampliación de derechos para el colectivo travesti-trans como norte. De cara a este 8M, la ex Coordinadora Territorial de la Subsecretaría de Políticas de Diversidad Sexual de la provincia habló con El Ciudadano y analizó el escenario de la implementación de las normativas que establecen un Cupo Laboral Trans en los distintos niveles del Estado. “Las leyes están, necesitamos más voluntad política para la implementación”, remarcó.

 

—Venimos de un año en que se reglamentó la ley de Cupo Laboral Trans en Santa Fe después de muchos años de lucha. ¿Cómo viene la implementación?

—Hoy estamos con todas la pilas puestas en que el gobernador Omar Perotti implemente con urgencia el cupo laboral trans. Este 8 de marzo se cumplen 494 días desde que se aprobó la ley en la provincia de Santa Fe, que tuvimos el “sí” de las Cámaras de Diputados y Senadores. El 3 de diciembre de 2019 el ex gobernador Miguel Lifschitz la promulgó. Después pasó casi un año hasta el 7 de septiembre de 2020, cuando se reglamentó después de una pandemia que nos afectó a todas y a todos, principalmente a la población trans. El 3 de diciembre pasado abrieron la convocatoria para la inscripción en el registro, y hoy todavía estamos a la espera de que ingrese alguien, pero todavía no ocurrió. Hay un silencio sobre el tema y no hay un acercamiento con la población trans, o por lo menos con la mayoría de la población trans. El 15 de enero cerró la inscripción al registro. Ya pasaron casi dos meses y todavía no llamaron a nadie, no armaron una mesa de diálogo para ver cómo va a ser el proceso de selección. ¿Cómo va a ser esa selección? ¿Quién va a estar sentado en la mesa? ¿Cuándo lo van a hacer? ¿Cuántas personas van a entrar?

En la provincia deberían ingresar el 5 por ciento de la cantidad de cambios registrales, de personas con cambio de identidad de género en toda Santa Fe. Deberían entrar 70 personas este año, porque 2020 ya está perdido. Lo cierto es que hoy casi nadie ingresa al cupo laboral trans. Hay 14 ciudades en la provincia con cupo laboral trans, pero solamente la ciudad  de Santa Fe viene al día.

—Rosario cuenta con su ordenanza desde 2016. ¿Cómo está la situación?

—En Rosario está bastante bien. El intendente Pablo Javkin el año pasado ingresó a las cinco personas que correspondían. En 2017 y 2018 también se cumplió, pero todavía está la deuda de diez personas más, que son las de 2016 y 2019. La ordenanza establece que deben ingresar cinco personas trans por año.

—¿Cómo está la situación a nivel nacional?

—A nivel nacional, con las compañeras y compañeros vimos con asombro y con gran alegría que el presidente Alberto Fernández por un DNU haya implementado el cupo laboral trans. Yo creo que los tiempos administrativos a nivel nacional son un poco más rigurosos, pero estoy convencida de que en el corto plazo de este año se van a efectivizar los ingresos. Ahora, obviamente tiene que ser Ley, y por eso se está discutiendo en la Cámara de Diputados, pero yo creo que hay una decisión política a nivel nacional de que se implemente. Va a llevar un tiempo, pero va a ser una realidad porque el presidente sabe que hay una organización trans en toda la Argentina. El banderazo del otro día (en el Congreso Nacional y en 18 ciudades del país, entre ellas Rosario) fue para eso: apurar a los senadores y diputados para que aprueben esta ley que es tan importante.

—Este 2021 se cumplen 9 años de la sanción de la ley de Identidad de Género. ¿Qué balance podés hacer de estos años respecto de la consecución de derechos para el colectivo travesti-trans?

—Esto es un proceso que lleva 9 años, la ley de identidad de género nos dio una identidad, fue la primera vez en la historia que el Estado nacional legisló para las personas trans. Y en 2021 salió el Cupo Laboral Trans. Pero después, ningún gobierno nacional puso plata para estas políticas, el Estado nunca legisló para las personas trans. Fue una lucha y un gran logro, y lo festejamos. Pero también es una ley que ya nos quedó vieja, porque hoy tenemos nuevas identidades que no son contempladas por la ley de Identidad de Género. El balance siempre es positivo, porque son políticas que nos vienen a dar derechos, pero falta muchísimo, porque las compañeras siguen viviendo en asentamientos, siguen paradas en las esquinas con el trabajo sexual como única opción. Tenemos documento pero no tenemos un plato de comida.

—¿Cómo transitaron el año de pandemia desde el colectivo?

—El año de pandemia las compañeras y los compañeros vivieron y sobrevivieron gracias a la voluntad de los activistas y militantes trans. Se hicieron ollas populares, se repartió mercadería, porque en muchos lugares el estado provincial y municipal estuvo ausente. Sólo se recibió alimento por parte de Estado y muy pocas ayudas sociales. La pandemia fue terrible. Santiago Quizamás, que es el presidente de la Asociación de Varones Trans, por ejemplo, estuvo 200 días llevando comida.

—¿Cuáles crees que van a ser los desafíos para el colectivo en este 2021?

—El desafío principal de este año es luchar para que se implementen correctamente todos los cupos laborales trans y para que el Senado provincial sancione la Ley Integral Trans, que viene a acompañar a las  infancias y a reparar a las compañeras y los compañeros trans mayores de 40 años que fueron castigados por el Estado hasta el 2010. Nos hemos reunido con varios Senadores, hay bastante interés por aprobarla, esperamos este 2021 poder conseguir esta ley.

La realidad es que hoy tenemos cupos laborales en muchos lugares, pero no son realidades. Estamos para la foto, para aplaudir, todo el tiempo, pero después falta esa voluntad política de decir: ahora vamos a implementarlo. ¿Qué pasa? ¿Qué abismo hay? ¿Cuál es el problema desde la aprobación hasta la implementación? Voluntad política, no creo que haya otra palabra.

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