Ese es el retrato que surge del décimo cuarto Dalai Lama, premio Nobel de la Paz 1989, de 76 años, nacido bajo el nombre de Tenzin Gyatso, en una larga entrevista con un periodista indio para una de las cadenas asiáticas de la CNN y que reproduce la agencia Ansa.
El líder del budismo tibetano cree que con el nuevo clima de democracia instalado entre sus seguidores «no es necesario un 15vo Dalai Lama» y, que si lo hubiera, tal vez se reencarnaría en una mujer «y atrayente».
Naturalmente, la noticia más «explosiva» es la de la posibilidad de su retiro. «Sí, creo que me retiraré en seis meses», afirmó.
«No puedo ser más preciso -agregó- porque debo hablar con el Parlamento en el exilio. Aunque ya adelanté mis intenciones brevemente a los dirigentes del movimiento».
En su retiro, explicó, no hay nada de dramático, porque desde 2001 el movimiento tibetano en el exilio cuenta con un mecanismo en base al cual las decisiones más importantes son asumidas por la dirigencia.
«Inclusive por esto mi posición es ya de casi jubilado y para que esta forma de democracia funcione lo mejor posible, pensé que me sentiría mejor si no estuviera más involucrado en estas actividades», añadió el Dalai.
Sobre la cuestión de su sucesor, el Dalai cree que «no hay apuro. Podría no ser necesario que me reencarnara en un 15vo Dalai Lama».
«Pero creo que si muriera en pocos años es probable que la mayor parte de la gente, incluidos los mongoles y las poblaciones budistas del Himalaya, querrían mantener esta institución».
Sobre este punto, el periodista consultó a Dalai si seguía creyendo, como ya había adelantado en 2007 en una entrevista con la revista Vanity Fair, que una mujer podría ser guía espiritual de los tibetanos.
«Claro que lo creo. Y lo digo hace muchos años. Las mujeres fruto de reencarnación son más eficientes, más útiles para alcanzar al Buddha Dharma (la Iluminiación). Por eso mi próxima reencarnación podría ser una mujer, y tal vez una muy atrayente».
