El veredicto en el juicio que se le sigue a Adalberto Cuello por el crimen de su exhijastro de 9 años, Tomás Dameno Santillán, cometido en noviembre de 2011 en la localidad bonaerense de Lincoln, se conocerá hoy en los tribunales de la ciudad de Junín.
Fuentes judiciales informaron a Télam que está previsto que la audiencia comience a las 12, en el edificio ubicado en Mayor López 2, esquina Bartolomé Mitre, de dicha ciudad del noroeste de la provincia de Buenos Aires.
Allí, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 de Junín, integrado por los jueces Miguel Angel Vilaseca Parisi, Karina Lorena Piegari y Claudia Beatriz Dana, resolverá si condena a Cuello (40), el único imputado del crimen.
Durante los alegatos de la semana pasada, el fiscal del juicio, Javier Ochoaizpuro, solicitó que el acusado sea condenado a «reclusión perpetua más accesorias legales» -la máxima pena prevista en el Código Penal- por el delito de «homicidio agravado por ensañamiento y alevosía».
Para el fiscal, a partir de los elementos analizados durante el debate, quedó «plenamente acreditada la responsabilidad penal» del acusado.
De la misma manera opinó el abogado del particular damnificado, Carlos Torrens, quien en representación de Susana Santillán -mamá de Tomás- adhirió al pedido de Ochoaizpuro.
En cambio, el defensor de Cuello, Gerardo Doyle, solicitó su absolución por falta de pruebas y, subsidiariamente, una condena por «homicidio simple», con pena prevista de 8 a 25 años de prisión, ya que consideró que no se probó ni el ensañamiento (sufrimiento excesivo) ni la alevosía (indefensión de la víctima).
Tomás desapareció el mediodía del 15 de noviembre de 2011, alrededor de las 12.15, cuando salió de la escuela rumbo a su casa, en la localidad de Lincoln, ubicada unos 300 kilómetros al oeste de esta Capital Federal.
Al no tener noticias suyas, su madre radicó una denuncia y, tras una intensa búsqueda, el cuerpo golpeado de Tomás fue hallado el 17 de noviembre en el predio rural «La Vieja», en las afueras de Lincoln.
Desde entonces, la pesquisa estuvo orientada a Cuello como principal sospechoso ya que abundaban testigos que indicaban que el hombre no tenía buena relación con el niño, al que responsabilizaba por la ruptura de la relación con su madre, de quien se había separado.
Entre los principales elementos que incriminan a Cuello se encuentra una pala de punta que el acusado -albañil- usaba para trabajar, que según la autopsia sería compatible con las heridas en el cráneo de Tomás y que fue hallada cerca de la escena del crimen, junto a la mochila y el guardapolvo del niño.
Además, fueron relevantes las declaraciones de un primo de Tomás, que a excepción del día de la desaparición solía regresar con él a la casa tras salir de la escuela, quien durante el debate contó que Cuello había comenzado a seguirlos 15 días antes y que esa situación les provocaba mucho miedo.
El primo de Tomás, de ocho años, dijo que cuando veían la camioneta de Cuello a «Tomi le daban ganas de hacer pis y le dolía la panza».
Uno de los peritajes más importantes realizados durante la pesquisa fue el que se efectuó sobre el auto Fiat Palio Weekend de la novia de Cuello, María Inés Márquez, que el acusado manejaba el día del crimen, en el que se encontraron rastros genéticos de Tomás en el asiento trasero del vehículo.
Según declaró la médica forense que hizo la autopsia sobre el cadáver del niño, Mirta Mollo, Tomás recibió tres golpes con un elemento contundente -probablemente la pala hallada en la escena del crimen- y estimó que el asesino era zurdo, como Cuello.