Dancing Mood está viajando por la Argentina mostrando On the Good Road, su nuevo disco. Se trata de un trabajo donde la banda que lidera Hugo Lobo, sigue apostándole a su estilo instrumental y en donde el mismo trompetista vuelve a la escritura con nueve de las once composiciones nacidas de su propia pluma. La banda se presenta esta viernes, desde las 21, en el Teatro Vórterix de Salta al 3500.
Al igual que en Ska Explosion (2015) apuestan a sus propias canciones dejando en claro que no es un grupo de covers y que, por tal caso, tampoco perdió el estilo y sonido que la caracterizó por casi dos décadas. “Estoy contento de mantener el estilo y que no haya sido un cambio brusco”, dijo Lobo quien además de ser el líder de la big band es su director y arreglador.
En el marco de una entrevista con El Ciudadano el trompetista repasó su presente con la música y confió algunos proyectos que se corren de ese lenguaje para explorar nuevos territorios: “Estoy escribiendo un libro de cuentos principalmente para niños”, contó.
—¿Cómo estás viviendo esta gira con el disco nuevo?
—Estoy contento. Es un disco importante. Todos los discos lo son pero éste, junto al anterior, lo sentimos más propio porque tiene composiciones propias: una decisión que tomé porque vi que el objetivo anterior ya estaba cumplido. La decisión no dejaba de ser un volantazo que podía tener su lado positivo o negativo. Ponerse a componer al lado de tantos temas que ya veníamos interpretando era un riesgo. Hoy pienso que lo logramos. Estoy contento de mantener el estilo y que no haya sido un cambio brusco; también de seguir sacando discos después de 18 años.
—Hay un rumor que anda dando vueltas por internet sobre que este disco es el último de la banda. ¿Qué hay de cierto en esa afirmación?
—No sé por qué se empezó a decir eso. Yo también lo vi escrito y un montón de gente me lo preguntó. Muy lejano a eso. No se entendió ese título. Yo en esa nota hablé de no sacar discos por un tiempo y sacar simples; no por el hecho de que los discos no existieran más sino por el desgaste que trae hacerlos. Porque ponés catorce canciones y te metés ocho en el orto. Por los tiempos y por como se escucha la música ahora. Los pibes ahora, aunque se bajen el disco completo, es muy difícil que lo escuchen entero. Van haciendo un “random”. Por eso me parece más positivo depositar la energía en sacar cuatro temas al año y que la gente esté más expectante y le dé más bola.
—¿Vos también consumís música en modo random?
—No, yo escucho vinilos; me fui para el otro extremo (risas). Y los discos tienen un orden de canciones: un lado A y un lado B, como una película o un libro. Uno no puede arrancar el libro en la página doscientos treinta y dos a no ser que sea Rayuela. Hay un concepto. Cuando pienso el orden de los temas es porque hay un orden conceptual. Y eso se perdió. Yo los vinilos los escucho enteros.
—¿Cómo estás conjugando tu carrera solista con estas casi dos décadas de la banda en un género que no llegó a su techo y, más aún, todavía está más cerca del piso?
—Totalmente. Creo que la banda está en su mejor momento, artísticamente, grupalmente y musicalmente nos estamos llevando mejor que nunca. Conjugar con mi carrera solista me es mucho más relajante y fácil que cuando laburaba de cesionistas con 20 mil proyectos que no dependían solamente de mí. Hoy, después de tantos años de carrera, tengo la suerte de elegir la música que quiero tocar, cuándo y con quienes. Y les doy prioridad a mis proyectos porque yo los manejo y eso es un privilegio.
—Tener varios proyectos te da la posibilidad de liberar tu gesto creativo en el sentido que quieras darle y decir artistísticamente lo que te surge con distintas búsquedas. ¿Te animarías a otros lenguajes, como la escritura?
—Justamente estoy escribiendo un libro de cuentos principalmente para niños; no sé cuando lo editaré. Yo leo mucho, me gusta. Además estoy filmando un corto. Pero a todo esto le pondré más énfasis el año que viene seguramente. Y veré qué hago, si tengo ganas de mostrarlo o no. Pero me estoy acercando a esas cosas: a escribir con respeto, y al cine que también me gusta mucho.