La firma señaló que el valor de esos daños representa entre el 10 y el 15% del Producto Interior Bruto (PIB) de Chile.
Más de la mitad de los daños registrados conciernen a la región de la capital, Santiago, una zona muy urbanizada.
A pesar de que el sismo de magnitud 8,8, que provocó más de 300 muertos, constituye una catástrofe, el hecho de que Chile haya adoptado y puesto en vigor normas de construcción antisísmicas, «disminuyó el potencial destructivo» del terremoto, observa EQECAT.