El líder laborista, Gordon Brown, dejó de ser ayer el primer ministro británico tras presentar su renuncia a la reina Isabel II, quien la aceptó y luego autorizó la designación del conservador David Cameron. Así, después de cinco días de incertidumbre política, los conservadores thatcheristas vuelven al poder después de 13 años en la oposición, luego de un acuerdo alcanzado con los liberales demócratas de Nick Clegg con quienes conformarán una coalición de gobierno.
Cameron, el nuevo primer ministro conservador británico, anunció ayer su intención de formar un gobierno de coalición con los liberaldemócratas de Clegg, poco después de que la reina Isabel II lo nombrara en el cargo.
“La reina me ha invitado a formar gobierno y he aceptado”, declaró a su llegada al 10 de Downing Street, procedente del Palacio de Buckingham.
“Tengo el objetivo de formar una completa y verdadera coalición entre los conservadores y los liberal demócratas”, dijo en su primer discurso como primer ministro.
“Creo que es la manera correcta de proporcionar a este país el gobierno fuerte, estable, bueno y decente que necesitamos tanto”, agregó Cameron, quien iba acompañado de su esposa Samantha.
La designación ocurrió luego de cinco días de negociaciones entre partidos tras las elecciones sin un claro ganador del jueves último, aunque con una leve ventaja para los conservadores.
El nombramiento de Cameron fue posible tras la renuncia a su cargo del premier Brown y el pacto alcanzado entre tories y liberales demócratas para gobernar juntos, según informó la BBC.
El ahora ex primer ministro Brown había informado a primeras horas de la tarde de ayer al Palacio Real que era su intención presentar su renuncia como premier a la reina Isabel II y pedirle que llame a Cameron, cuyo partido fue el más votado, a formar gobierno. “Deseo lo mejor al próximo primer ministro”, dijo Brown en breves declaraciones en su residencia oficial, desde donde se dirigió al Palacio de Buckingham para presentar la dimisión.