La joven argentina Camila Speziale fue acusada de “piratería” por la Justicia de Rusia, junto con otros activistas del grupo ecologista Greenpeace que participaron de una protesta contra una plataforma petrolera en la zona ártica de ese país.
Así lo confirmó el director de la filial argentina de la ONG, Martín Prieto, que dijo que aún no está claro si también será acusado por el mismo delito el otro argentino que integraba el grupo, Hernán Pérez Orsi, aunque sostuvo que “hay muchas posibilidades” de que así sea.
“Es una demostración de crueldad por parte del Estado ruso”, juzgó Prieto, quien sostuvo que la acción de los ecologistas no fue “un acto de piratería como el de los somalíes contra los barcos que navegan por el Índico o los actos de Al Qaeda”, sino una demostración pacífica.
El cargo de “piratería en banda organizada”, del cual fue notificada la joven de 21 años oriunda del barrio porteño de Caballito, implica para la Justicia de Rusia condenas de entre diez y quince años de prisión.
Junto con Speziale ya fueron también notificados del procesamiento un británico y una brasileña de la tripulación del rompehielos Arctic Sunrise con el cual los activistas de Greenpeace intentaron abordar días atrás una plataforma de exploración de hidrocarburos de la empresa Gazprom que opera en el mar Ártico, al norte del territorio ruso.
Cuatro rusos y veintiséis extranjeros de diecisiete países diferentes, entre los que se cuentan los argentinos y la brasileña Ana Paula Maciel, están detenidos desde el 19 de septiembre luego de que un guardacostas ruso interceptara al Arctic Sunrise en alta mar cuando los activistas de Greenpeace intentaban escalar la plataforma petrolera de Gazprom para denunciar el riesgo ecológico de la actividad petrolera.
El presidente ruso, Vladimir Putin, declaró la semana pasada que los militantes violaron “las normas de la ley internacional” pero “no son piratas”. Para la Justicia de su país sí.
El deber de sistencia
“No avalamos las políticas de Greenpeace pero es nuestro deber asistir a las víctimas y es lo que hacemos en todo el mundo con los argentinos que lo necesitan. Lo hicimos cuando (el escape radioactivo) Fukiyama, lo hicimos en Siria y en Egipto”, afirmó ayer el ministro de Relaciones Exteriores, Héctor Timerman, al explicar de qué manera el gobierno argentino sigue de cerca el caso de los activistas detenidos en Rusia y la asistencia que les presta. Al respecto indicó que “desde el primer día tras el arresto” de Camila Speziale y Hernán Pérez Orsi “Argentina estuvo en permanente contacto con la familia y envió un funcionario diplomático para tomar contacto con ellos”. Además fue contratado un abogado “no para que tome el caso sino para que estudie la causa y nos diga si los abogados que están a cargo de la misma la están llevando bien”.