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De Bruno separó los hechos y destacó el compromiso

Por Franco Trillini.- El enganche de Central Córdoba expresó que “por más que uno intenta, a veces se hace imposible” separar el partido y “lo que pasó en la semana”. Valoró la entrega y sacrificio del plantel.


Sería una verdadera injusticia ponerse a analizar exclusivamente el rendimiento futbolístico de Central Córdoba en su debut ante Barracas sin tener también en consideración todo lo que atravesaron los jugadores en los días previos al primer compromiso oficial del año.

Y pasó de todo en la semana. Eso sí, casi nada bueno. Apenas 48 horas antes del partido con el Camionero, el arquero Juan Cruz Leguizamón amaneció con el auto baleado en la puerta de su casa, y o casualidad, justo horas después de que el plantel decretara un paro a raíz de los sueldos atrasados.

Bronca, impotencia, tristeza y para que negarlo, también temor. El mismo que sentiría cualquier ser humano en una situación similar como la que les tocó vivir a los futbolistas charrúas.

“Yo prefiero separar los hechos. Una cosa es el partido y otra lo que pasó durante la semana. Pero por más que uno intenta, a veces se hace imposible”, expresó Nicolás De Bruno luego del 3-3 ante Barracas Central.

Al igual que el resto de sus compañeros, el enganche también consideró el punto obtenido como un premio al esfuerzo y sacrificio que se viene realizando desde hace largo tiempo.

“Creo que se notó en los gritos que dimos las dos veces que empatamos. Se festejó con el alma, y a la vez, nos sacamos un poco de toda la angustia que teníamos acumulada”, opinó el autor del primer tanto charrúa en 2013.

Los 90 minutos que se jugaron el viernes en el Gabino Sosa reflejaron a la perfección el presente económico, social y futbolístico que atraviesa el club de barrio Tablada. Como una especia de antena que captó de manera exacta el irregular y ciclotímico andar del Charrúa en sus últimos años.

De la ilusión al desencanto, de la euforia a la decepción y del éxtasis a la calma. Así lo sintió el público en las tribunas y también el equipo dentro de la cancha.

“Cuando Paulo (Killer) marcó el 3-3 yo estaba en el banco y mientras me abrazaba con un compañero le dije: si gritamos así este empate, en un gol para ascender nos morimos todos adentro de la cancha”, relató el volante con sinceridad, revelando inconscientemente lo más valioso que tiene este plantel: sacrificio, humildad y por sobre todas las cosas, amor por el fútbol. Hacen lo que quieren y más importante aún, quieren lo que hacen.

“Entre nosotros siempre hablamos mucho del amateurismo que tiene este grupo. Hicimos un paro por los sueldos atrasados, es cierto, pero cuando entramos a la cancha nos desvivimos por hacer un buen papel”, aseguró el 10, conciente de que aún falta mucho para conocer el desenlace final de este capítulo 2012/13 del Charrúa en la Primera B Metropolitana y de que mantener la categoría no es una obligación, sino un privilegio.

“Al final demostramos lo comprometidos que estamos en defender esta camiseta. Y así lo vamos a seguir haciendo hasta el final del campeonato”, sentenció De Bruno.

Armani metió presión

“Con muchísimas ganas de volver a vestir la camiseta del glorioso charrúa y darle una mano a los chicos que la están peleando a full”. Con estas palabras se expresó ayer Leandro Armani a través de su cuenta en la red social Twitter, manifestando una vez más su deseo de jugar en Central Córdoba.

La novela por el Beto parece no tener fin, aunque de todas maneras se acerca a su desenlace, que tendría un cierre pronto y con saldo positivo para el Charrúa según todos los indicios.

“Me encanta que los jugadores jueguen donde le dicta su corazón. ¡Bienvenido Beto Armani! Ojalá nos vaya bien a todos juntos”, celebró Nicolás De Bruno, referente dentro del plantel que conduce Marcelo Vaquero.

Al cierre de esta edición, los directivos del Matador se encontraban ultimando detalles con sus pares de Tiro Federal para concluir de una vez por todas el regreso del artillero casildense.

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