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De cantar en un escenario hecho de fardo a Pasión de Sábado

Ayelén Beker es la primera cantante trans de Santa Fe. Hace poco cumplió el sueño que tenía de chica en Barrancas. Además de ensayar reparte su tiempo como trabajadora en el centro de día para la población LGBTI de San Luis al 1900

 

Ayelén Beker nació el 5 de octubre de 1989 en Barrancas al centro sur de Santa Fe. Pasó su infancia en el barrio 25 de mayo con sus tres hermanos. Las tías le pagaban para que cante y baile. A pesar de que siempre fue tímida supo armar un escenario con fardos de pasto del campo con sus primas. Allí demostraban sus dotes artísticos. Pero también sufrió discriminación y bullying y por eso dejó de estudiar. Soñaba cantar y actuar. Hace una semana la joven artista trans debutó en el programa Pasión de Sábado, el programa tropical de América Televisión en Buenos Aires. Cantó “Todos me miran”, un tema emblemático para visibilizar la diversidad sexual. Además, ella forma parte del Centro de Día Trans donde funcionan programas y políticas públicas de inclusión que contienen y atienden problemáticas de la comunidad LGTBI. “Estoy súper feliz. Esto recién empieza. Uno sueña y el universo conspira”, dijo con una sonrisa a El Ciudadano.

Su transición

A los 14 años empezó su cambio para ser mujer y también dejó el colegio secundario porque la hostigaban. “Siempre fui muy femenina y me confundían con una mujer. Mi mamá sospechaba de mi sexualidad, pero no hay peor ciego que el que no quiere ver”, resumió. Su madre Francisca, se fue a vivir a España y le prometió que en un año la vendría a buscar. Beker la esperó con su nueva identidad. La madre la aceptó. No pasó lo mismo con su hermano mayor y su papá que estuvieron algunos años sin dirigirle la palabra. A los 16 años empezó a estudiar peluquería. Ya había empezado los tratamientos hormonales para convertirse en mujer y aprovechó a ponerse extensiones en el pelo, entre otros retoques, para verse más femenina.

Entre el almacén y la noche

En la casa que vivía con su madre y sus hermanos abrieron un almacén de ramos generales que ella atendía. “Pasé por la misma vida que pasan la mayoría de las chicas trans: trabajé de noche y me codeé con las drogas. Lamentablemente, la sociedad no te da otra alternativa”, advirtió. También trabajó en algunos bares y desfiló en boliches. “Eran 12 horas y me pagaban 300 pesos por día. Una noche una amiga me fue a ver y empezó a gritar que no me baje sin cantar”, recordó y admitió que ella siempre llevó en su sangre la veta artística. En 2015 se anotó en el teatro El Círculo para tomar clases de comedias musicales. El primero año fue difícil porque cuando hacía los ejercicios nadie la elegía. Siempre quedaba última. “A fin de año hicimos la muestra, me felicitaron y hasta la directora me dijo que tenía talento”, contó.

De a poco Beker se sumergió en el mundo artístico. Grabó un cortometraje sobre diversidad sexual y también la convocaron para la Marcha del Orgullo Gay. Empezó a estudiar canto. Una amiga de la comunidad LGTBI que la había visto cantar le avisó que una productora de Buenos Aires buscaba chicas trans que canten. “Mandé un video y me llamaron”, rememoró. Desde hace unos meses Beker trabaja con la productora de Buenos Aires. La primera vez que audicionó cantó Seminare de Serú Giran. También hizo algunos covers de cumbia santafesina. Quedaron encantados al escucharla. Sus productores comenzaron a replicar el material y a partir de allí la convocaron para presentarse en el programa de televisión Pasión de Sábado.

El 25 de agosto pasado la joven de 28 años debutó en Buenos Aires con el tema “Todos me miran”, de la cantante mexicana Gloria Trevi. La letra de esa canción fue escrita y dedicada a un amigo gay de Trevi por el rechazo que vivió por parte de su familia. “Cuando canté ese sábado me solté. Estaba toda mi familia y parte del colectivo LGTBI apoyándome. La gente me pedía sacarse fotos conmigo, fueron muy cálidos. Las chicas trans me toman como ejemplo de lucha, es emocionante”, aseguró. Beker se ganó otros cuatro sábados en el programa de la movida tropical para hacer lo que le gusta: seguir cantando. “Me gustaría viajar y devolverle a mi familia todo el apoyo que me dio, terminar el secundario y abrir un hogar de día para chicas trans”, explicó la cantante.

 

Solidaria

Los días de Beker ya no son los mismos. Vive entre desafíos, grabaciones y el trabajo en el centro de día para la población trans. Desde hace unos meses ella forma parte del nuevo centro de día para población trans (San Luis 1946), donde se articulan programas y políticas públicas de inclusión que contienen y atienden problemáticas de la comunidad. Dan asesoramiento psicológico, acompañamiento para el acceso integral a la salud, y ayudan con los trámites que tienen que ver con el reconocimiento de la identidad de género y talleres, entre otras actividades. “En noviembre se va a hacer el Festival de Cumbia Santafesina. Me invitaron a participar y representar a la comunidad trans”, explicó.

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