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De efluentes cloacales crearán etanol y plástico degradable

Por Claudio De Moya.- Santa Fe encabeza un proyecto pionero de la empresa social rosarina Mamagrande en colaboración con Totoras.

Los residuos urbanos suelen ser un problema ambiental y económico. ¿Tienen fatalmente que serlo? La Municipalidad de Totoras y la empresa social rosarina Mamagrande se aprestan a demostrar que no. Lo harán con un sistema pionero de tratamiento de efluentes cloacales que comenzará a funcionar en un par de meses: se clarifican las aguas servidas a partir de una variedad de planta acuática conocida como lenteja de agua, que tiene la capacidad de transformar con alta eficiencia los nutrientes contenidos por esos “desechos” en almidón. Con lo que se devuelve una materia prima para elaborar etanol o plástico biodegradable, hoy producidas a partir de alimentos como el maíz o recursos no renovables como el petróleo. Además, de estas transformaciones queda un pellet de proteínas que puede utilizarse como alimento de animales. El esquema, cuyo componente inédito es el proceso de colaboración entre las plantas y un “consorcio bacteriano” desarrollado por un biotecnólogo rosarino, es un ejemplo de cómo se puede emular a la naturaleza –para la que el concepto de basura no existe– aplicando la ciencia y la tecnología propias del hombre. No es poco: lo opuesto a una “confrontación” que aparece como una clave de los desafíos de sustentabilidad que enfrentan las sociedades contemporáneas.

Ni más ni menos que aprender de la naturaleza, pero no para proponer un regreso idílico a lo primitivo sino estudiar su lógica, en la que nada es desperdicio, y aplicarla aprovechando la tecnología que el hombre supo conseguir. Este es el planteo de Mamagrande, un grupo de emprendedores sociales formado en Rosario que entiende de otra forma la “economía”. La ciudad tiene mucho que ver con esta experiencia: el contacto entre la organización y la comuna se produjo en abril último durante el Foro latinoamericano de desarrollo sostenible Rosario hacia Río+20.

Del problema a la solución

“Lo de Totoras es el mejor ejemplo de lo que queremos hacer con Mamagrande: transformar lo que normalmente entendemos como un problema en parte de una solución. Y esto viene de una mirada biológica, no por el estudio de la biología sino por la lógica de la vida: en la naturaleza la basura no existe, es un invento humano. Deriva de pensar que, de todo un sistema, me interesa una sola cosa, con lo que el resto es considerado basura”. La descripción es de Eduardo Mercovich, uno de los fundadores de la empresa junto al “emprendedor serial” –como define a su colega– Federico Seineldín y al biotecnólogo Sebastián Lagorio.

La formación profesional de Mercovich, el único “extranjero” de Mamagrande, es la Biología. Pero desde hace casi 20 años se dedica, cuenta, a “diseñar sistemas que funcionen mejor para la gente en el contexto en que se encuentra”. Empezó con sistemas informáticos. “Luego amplié la mirada a lo que desde el primer momento tenía ganas de dedicarme: sistemas físicos y biológicos”, relata su historia.

“En la naturaleza no hay ninguna acumulación, todo lo que sale de un ser es utilizado como nutriente por otros. Los humanos tenemos entre los varios problemas de sustentabilidad serios la acumulación de aguas con contaminantes biológicos, por ejemplo la de efluentes cloacales. Y lo que hacemos es invertir muchos esfuerzos, tiempo y dinero para deshacernos de ellas de la manera menos mala posible. Pero eso, que tiene gran cantidad de nutrientes, en especial nitrógeno, hace falta en el campo, y hay gente que paga para obtener esto que sobra en los efluentes cloacales”.

Encuentro en Rosario

Hoy, Totoras procesa los desechos líquidos de sus 11 mil habitantes en dos piletones de una hectárea de extensión que se encuentran a unos 800 metros del casco urbano y a unos mil del arroyo Las Totoras, en el que se vuelcan las aguas servidas después de un proceso de decantación. Es un sistema aprobado, pero que insume gastos y no recupera nada. Y hubo problemas. En enero, una inspección del Enress labró un acta por mantenimiento deficiente del predio, aunque los análisis químicos no contradijeron las normas fijadas para estos tratamientos. Tres meses después, comenzó a gestarse el cambio. Fue cuando el abogado Uriel Bernardi, director de Protección Ambiental de Totoras, se contactó en Rosario con Lagorio, de Mamagrande, durante el Foro de desarrollo sostenible. “Vieron que el proyecto se adaptaba a las lagunas”, señala el funcionario. Para una segunda etapa,ya se piensa en la formación de cooperativas de productores para aprovechar los nutrientes que se recuperen en el proceso. Y en la convocatoria a profesionales locales, de la UNR y un grupo de investigadores incluidos en la “aceleradora de emprendimientos sociales” rosarina Njambre, más el Inti, para la elaboración de plásticos biodegradables y etanol a partir del almidón acumulado en las lentejas de agua de los piletones. “De esos procesos queda como residuo un pellet de proteína, similar a la de la soja, que sirve para alimento animal, que funciona muy bien”, añade Mercovich.

Todo a partir de un tipo autóctono de lemnas, el género de plantas acuáticas de libre flotación conocido popularmente como lentejas de agua, del que se conocen unas 500 especies. Su capacidad de transformar los nutrientes de las aguas cloacales en almidón –hasta un 50 por ciento de su peso, cuantifica Mercovich– es conocido, y se aprovecha en otros lugares. Lo novedoso del planteo local es su combinación con un  “consorcio bacteriano”: un grupo de bacterias de origen natural, no modificadas genéticamente e inocuas para el ser humano, que actúan en forma asociativa con las lentejas de agua ampliando la disponibilidad de nutrientes para ellas y mejorando su eficiencia. El desarrollo comenzó hace cuatro años, y es mérito de Lagorio.

Punta de lanza

A partir de los resultados obtenidos en la planta de efluentes de Totoras, Mamagrande se propone extender su proyecto. En especial a la industria alimenticia (y a los frigoríficos como prioridad), apunta Mercovich. Y a la producción pecuaria, agrega Lagorio en referencia al tratamiento del gran volumen de deyecciones vacunas que generan los problemáticos feed lots, en los que se “engorda” el ganado como alternativa al pastoreo tradicional desplazado por el avance de los cultivos transgénicos. De hecho, la participación de Federico Seineldín esta semana en las jornadas rosarinas organizadas por los impulsores de la siembra directa nucleados en Apreesid despertó interés sobre el tema.

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