Alarmados. Así se expresaron los funcionarios municipales encargados del operativo de seguridad dispuesto para el ya clásico Día de la Chupina: junto con los chicos referenciados en las escuelas, ayer asomaron grupos heterogéneos que concurrieron a los espacios públicos ya con logística para enfrentarse y dirimir mediante la violencia el dominio de espacios territoriales o simbólicos, en choques pactados de antemano personalmente o mediante las redes sociales de internet. Y así marcaron, inéditamente, una jornada que escapó al originario sustento estudiantil que se remonta a 1993. El saldo, antes de entrada la noche, fue de 60 menores detenidos y uno herido de bala, aunque no de gravedad, más el secuestro de un revólver, varias armas blancas y bebidas alcohólicas. El Ejecutivo local y la provincia dispusieron entre 250 y 300 agentes para prevenir y contener los excesos. Según las autoridades, varios choques entre adolescentes pudieron desactivarse apenas amagaban extenderse porque sus “preparativos” se detectaron a tiempo gracias a las cámaras de videovigilancia instaladas en la ciudad.
La concurrencia de los jóvenes a los espacios públicos para la singular celebración no superó la media de los últimos años: alrededor de 10 mil. Lo que sí se desmadró fue la violencia. Luis Baita, subsecretario de Prevención y Seguridad Ciudadana del municipio, admitió que ya desde el jueves había indicios, por las publicaciones en internet y referencias de terceros, de que se estaban pactando enfrentamientos. El funcionario remarcó que la composición heterogénea en cuanto a edades en los grupos que protagonizaron los choques de inusitada violencia permite inferir que no estaban referenciados en los colegios, sino más bien en barrios u otros espacios territoriales. Y en consecuencia lo que se dirimieron fueron rivalidades ajenas a las aulas. “Chicos de 15 y 16 años con facas, y revólveres, esto es atípico”, dijo con voz alarmada el funcionario.
Uno de los enfrentamientos más graves ocurrió en el Monumento a la Bandera, a las 16.30. Allí, la GUM y la Policía debieron esforzarse para contener la violencia. Hubo 30 detenidos y se secuestró un revólver calibre 22, además de armas blancas.
Otro incidente de gran magnitud tuvo por epicentro la zona de San Martín casi esquina Rioja. Dos grupos de unos 25 integrantes cada uno fueron abordados por la Policía y la GUM cuando era evidente que iban a protagonizar una pelea. Mientras los integrantes de ambas fuerzas procedían a palparlos de armas, se escuchó un disparo, que terminó impactando a uno de los chicos hiriéndolo levemente. “Ocurrió enfrente mismo de la Policía, y esto marca un alto grado de impunidad”, lamentó Baita. En ese sentido, señaló que se detectaron varios contingentes de menores que se volcaron al espacio público con una “logística” previa para la pelea: revólveres, armas blancas, facas y hasta destornilladores.
Otra de las zonas conflictivas fue la del parque de España, pero allí se pudieron minimizar las consecuencias porque la observación de las cámaras de videovigilancia permitió intervenir apenas se avizoraba la posibilidad de un enfrentamiento.
La peatonal Córdoba fue otro de los escenarios elegidos para dirimir disputas aprovechando la fecha. El epicentro fue en la cuadra que va de Laprida a Maipú, donde fueron detenidos otros cinco chicos.
“La presencia preventiva del Estado en estos festejos es fundamental y estuvo, pero esto lo excede y hay otras responsabilidades”, explicó Baita respecto a un fenómeno que –enfatizó– preocupa a las autoridades. La referencia iba dirigida a las familias de los chicos que salieron “artillados” de sus hogares hacia el espacio público.
Con los antecedentes de la tarde, al cierre de esta edición se estaba montando un reforzado operativo de seguridad para la “etapa” nocturna de un Día de la Chupina más que violento.
Comentarios