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De las semillas de marihuana, en Rosario germinó un libro

Por Laura Hintze. Se presentó en la UNR una edición sobre la historia de la planta en el país. Regalarán ejemplares a jueces y funcionarios. La Asociación Rosarina de Estudios Culturales, de donde surgió la publicación, considera “imperativo” cambiar las leyes.

marihuana-dentroCuatro autores, 99 páginas, 140 citas. Todos reproducidos 500 veces, en 500 ejemplares, con un mismo fin: generar una nueva herramienta para difundir y pensar el cannabis. “Historia de la marihuana en Argentina” es un libro escrito y editado en Rosario, el primero del país en la temática y desarrolla aspectos referidos a la historia de las leyes sobre drogas, la dosificación y usos terapéuticos del cannabis, su potencial para su cultivo como fuente de fibras, aceites, biocombustible y su aplicación para la industria. La mayoría de estos libros se repartirá gratuitamente a jueces, fiscales y legisladores para profundizar el sustento a la hora de pensar regulaciones en políticas de droga y cannabis específicamente. El libro fue promovido, escrito y editado por la Asociación Rosarina de Estudios Culturales (Arec) y se presentó esta semana en la sede de gobierno de la Universidad Nacional de Rosario.

En Rosario se pelea contra el narcotráfico desde todos los frentes y para todos los gustos. Hay policías federales, gendarmes y guardacostas allanando búnkers; maquinarias municipales y provinciales tumbándolos, y vecinos que hacen justicia por mano de sus propias mazas y cortafierros. Pero también charlas abiertas, actividades culturales, discusiones mediáticas que ponen en cuestión la política de “ley seca” frente a algunos consumos, recordando que su aplicación respecto del alcohol en Estados Unidos no sólo no lo frenó sino que llenó de millones de dólares a las mafias que encontraron nueva salida laboral en su producción y venta clandestinas.

Desde esa arista también hay propuestas como estas: un libro, el fruto de años de militancia por una nueva ley y política de drogas. Rosario, destacan los autores del libro, responde tanto a esa calificación de “narco” –que ellos remarcan es una problemática de todo el país– como a la calificación de ser una ciudad abierta a las posibilidades y nuevos movimientos. Sucede con el movimiento LGBT, con las perspectivas sobre el aborto y también con las perspectivas de droga. Por eso, consideran, no es casual que el primer libro sobre marihuana se edite en la ciudad. Ni tampoco casual que ese libro se haya presentado en la sede de la Universidad Nacional de Rosario.

Papel de cáñamo

“Este es un libro sobre cannabis y política de drogas. Hace mucho que militamos el tema y reconocemos su estigmatización social. Poder presentar la primera edición en la UNR es un orgullo y el fruto del verdadero contenido del libro y el trabajo serio que realizamos. Dos autores cursamos en la universidad local y somos producto de la enseñanza pública”, explicó Ignacio Canabal, presidente de Arec y coautor del escrito.

Este libro es la síntesis del conocimiento que reunió Arec desde su fundación en 2006 –no como Asociación, sino como grupo militante– y una herramienta de difusión en vistas de una futura y nueva ley de drogas. “La problemática del narcotráfico está en todo el país, no sólo en Rosario. La legislación de drogas que rige ha fracasado, tanto para el consumo como para la oferta. Hay más consumidores, más droga, mejor calidad y mejor precio. El libro es un complemento para pensar una nueva política de drogas: buscamos dar herramientas para que jueces y legisladores den un paso hacia una nueva ley”, detalló Canabal.

La primera edición de “Marihuana en Argentina” tiene una tirada de 500 ejemplares. Se esperan, sin embargo, nuevas ediciones ampliadas. Más de la mitad de estos libros se va a repartir gratuitamente a jueces, fiscales y legisladores. El resto se venderá en la próxima marcha por la legalización de la marihuana (ver aparte) y se distribuirá en librerías locales. Se estima que el precio será de unos 50 pesos, con lo que se costeará la edición.

Política, medicina e industria

“Marihuana en Argentina” tiene cinco capítulos y tres ejes principales: historia y política, cannabis medicinal y uso industrial del cáñamo. Cuatro personas participaron de su redacción: el presidente de Arec, Ignacio Canabal; el secretario de Arec, Pablo Ascolani; el ingeniero agrónomo Diego Bertone, y el californiano Chris Conrad, experto en la temática y reconocido como tal por diferentes organismos internacionales y la Corte norteamericana.

El libro aspira, como ya se mencionó, a un cambio en el paradigma en las políticas de drogas en la región y el mundo, lo que, según señalan sus capítulos, implica estrategias más eficientes, seguras y humanas. “El cannabis es un compuesto psicoactivo susceptible de abuso, pero con un potencial de adicción y de daño psico-bio-social incomparablemente menor que el producido por el alcohol y el tabaco. Es un imperativo cambiar las leyes regulatorias para evitar el enorme daño social producto de la prohibición de drogas que sobre todo impacta en los sectores más desprotegidos, corrompe fuerzas punitivas y gobiernos, y no es efectiva en disminuir tráfico y consumo”, puede leerse entre las páginas del libro.

Para los militantes y autores, regular la producción y consumo de cannabis colaboraría en evitar los nichos de corrupción en las instituciones y se podría disponer de amplio financiamiento para la inversión social, inversión en disminución del consumo, prevención, tratamientos, además de ser una manera efectiva para que el Estado pueda abordar al consumidor problemático, contenerlo, hacerlo visible y posibilitar su integración. “La regulación dificultaría el acceso a los grupos vulnerables, es hoy más fácil para un adolescente conseguir cocaína o marihuana que morfina u otras drogas reguladas. El mercado negro no distingue ni protege a las poblaciones especiales, un acceso correctamente regulado sí”, señalan en su material. Cabe señalar su perspectiva: la prohibición es contraproducente con la función de mantener las drogas fuera del alcance de los grupos de riesgo que el narcotráfico no distingue ni protege.

“La marihuana se diferencia de otras drogas ilegales en que es posible cultivarla y lograr abastecer el consumo propio, permitiéndole al usuario no recurrir al mercado negro para acceder a la sustancia. Recomendamos el direccionamiento de la fuerza pública hacia organizaciones criminales. Frente a determinada extensión de cultivo sospechosa en un inmueble, se debe realizar una investigación robusta que obtenga pruebas de su destino en el circuito del crimen organizado antes de emitir una orden de allanamiento. De lo contrario, estamos incurriendo en un dispendio de los recursos escasos y necesarios para sus verdaderos objetivos, el combate al crimen organizado, además de beneficiar indirectamente al mercado negro y vulnerar derechos consagrados en la Constitución Nacional y diversos tratados de derechos humanos a los que nuestro país suscribe”, concluyen los autores en su libro.

El sábado 3, por 4 razones

El próximo sábado 3 de mayo se realizará una nueva edición de la ya tradicional movilización por una nueva ley de drogas que, entre otras cosas, despenalice la tenencia para consumo personal. La “marcha por la marihuana” concentrará a las 14 en la plaza San Martín (Dorrego y Córdoba) y culminará en el Monumento a la Bandera. Las consignas son cuatro:

– la regulación del cultivo del Cannabis como medio para desfinanciar al narcotráfico.

– la formalización de las Asociaciones Cannábicas y los Clubes de Cultivo.

– el reconocimiento de usos terapéuticos e industriales del cannabis.

– una nueva ley de drogas más justa, compasiva y eficaz.

Porros de soja

«Mientras haya consumo va a haber venta. Aquel que cree que por eliminar los búnkers va a terminar con la comercialización, se equivoca. No hay que ser hipócrita”, describió con inobjetable sinceridad el gobernador Antonio Bonfatti al salir del remate del primer lote de soja en la Bolsa de Comercio. En ese marco, el mandatario no descartó impulsar un sistema como el que se aprobó en el Parlamento de Uruguay, y que se pondrá en marcha en septiembre en el país oriental, permitiendo autocultivo y compra de hasta 40 gramos por persona, en una histórica medida que pasa “del prohibicionismo a un mercado regulado por el Estado”. En la Argentina ya pasaron dos años desde que, en marzo de 2012, el senador Aníbal Fernández presentara un proyecto para despenalizar la marihuana.

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