“En Uruguay le decimos hacer piecito. Cuando uno era bajo y no podía saltar el muro, le hacían piecito. Tenemos que tener un Estado fuerte para que el individuo pueda gozar de la libertad”. Con metáfora oriental, el presidente uruguayo Luis Lacalle Pou, que lejos está de ser de izquerda, expresó una idea radicalmente opuesta a la de su colega argentino, Javier Milei, sobre la razón de ser de las políticas públicas aún en un paradigma de derecha. Introdujo el factor humano que el autodefinido anarco capitalista no contempla en su discurso. Fue este miércoles, durante la cena de la Fundación Libertad en la que hablaron ambos mandatarios frente a los referentes más liberales del círculo rojo.
“No todos podemos disfrutar de la libertad. Acá seguramente casi todos se vayan en auto, duerman calentitos, los hijos estudien, mañana tienen laburo y tienen salud decente. Ahora, qué difícil gozar de la libertad individual si se vive en un rancho, si no se tiene acceso a una salud, si mis hijos no estudian y por ende no tienen una luz al final del camino para esforzarse”, interpeló Lacalle Pou a los comensales que lo escuchaban. Es que es el jefe de un Estado al que no considera, como su par argentino, una «organización criminal».
Abogado de 50 años y líder del Partido Nacional, Lacalle Pou no se corrió a la «izquierda», pero incluyó la dimensión social en lel paradigma conservador. Aclaró que “un Estado fuerte” no supone “un Estado grande”, sino “instituciones fuertes” con independencia de poderes y “una democracia fuerte”. Y, en otro contrapunto con el libertario, afirmó que “sin partidos políticos la democracia es más riesgosa”. La reacción fue de aplausos.
«Tiene que haber una democracia fuerte y, no es muy popular lo que voy a decir, pero se la debemos en Uruguay a los partidos políticos. Sin ellos, la democracia es más riesgosa”, sostuvo Lacalle Pou antes de que Milei la emprendiera, en una suerte de stand up, contra quienes cuestionan el rumbo de su gestión apelando a sus ya clásicas agresiones y metáforas poco felices para un jefe del Estado, como la de «pedo de buzo» para referirse a un hipotético despegue de la actividad económica hacia «fin de año». Para el uruguayo, hay que “ser firme con las ideas y suave con las personas”. Otro contrapunto.