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De lo sacralizado a lo popular

Por Luciana Sosa.- Esta semana se presentó el libro “Miradas sobre los museos de Rosario. Pasado, presente y futuro”, en el que un equipo de investigadores analizó la realidad de cada uno con la idea de trazar estrategias para atraer visitantes.

Los museos de la ciudad ya tienen su propia publicación: se trata del libro Miradas sobre los museos de Rosario. Pasado, presente y futuro que se presentó de mano de su equipo de investigación. La producción, coordinada por la docente e investigadora de la Universidad Nacional de Rosario Marisa Guisasola, indaga sobre el mismo concepto de museo en la ciudad, y muestra las distintas visiones a lo largo de la historia y a lo ancho de las distintas disciplinas, coordinando un trabajo realizado por un grupo de voluntarios provenientes de carreras disímiles, como comunicación, psicología, filosofía, arquitectura y bellas artes. El resultado del trabajo se presentó esta semana en la Fundación Litoral –entidad que impulsó la obra– y el próximo paso será distribuirlo en forma gratuita en el ámbito educativo.

Según explicó Guisasola, la idea surgió a través de un trabajo institucional de cara a un nuevo museo, el Museo de la Democracia, para, a su vez, reflexionar sobre la actualidad de todos los museos de la ciudad. El equipo de investigación se completó con Sofía Espejo, Ileana Glavinskas, Sofía de Frutos, Virginia Sotti, Pablo Dolenec, Lucas Massuco, Pablo Frassón y Gonzalo Martorell.

“El grupo estuvo compuesto por voluntarios investigadores, integrantes de distintas disciplinas que aportaron una visión desde planos diferentes, lo cual hizo mucho más enriquecido al trabajo, donde se buscó el estudio de la historia teórica, pero también el análisis social y comunicacional entre el arte, los artistas y el público”, consideró la investigadora.

“Es importantísimo destacar que desde la Fundación surgió la idea de crear un departamento de investigaciones, lo cual permite una producción heterogénea en materia de conceptos, que acepta y se acerca a las críticas y que puede servir para el planteo de políticas públicas”, dijo la coordinadora del proyecto.

La docente hizo hincapié en el contenido: a lo largo del libro se podrá ver el análisis entre las distintas relaciones existentes entre el arte, el museo y el ciudadano común. “A lo largo de la investigación nos nutrimos con la historia y propuesta de los distintos museos del mundo, porque la mayoría de los integrantes del equipo estábamos fuera del grupo de entendidos del arte, lo cual, a diferencia de lo pensado, terminó siendo sumamente enriquecedor, aprendimos mucho y sobre las bases de las grandes propuestas artísticas en el mundo podemos pensar en un sistema de trabajo para con nuestros museos, con pocos recursos, pero utilizando, explotando la creatividad”, dijo la especialista.

Sobre esto, Guisasola remarcó que en la actualidad “hay muy poca gente” que visita los museos, y la mayor parte de quienes sí lo hacen –más allá de exhibiciones puntuales, más promocionadas– se vuelca a las de ciencias naturales, historia, objetos cotidianos antiguos. No así con el arte. “La gran mayoría de quienes asisten son entendidos en la materia, y esto se reduce a un grupo pequeño de personas”, remarca.

Frente a ello, la coordinadora del trabajo propone acciones concretas. “Si invitamos a la ciudadanía a ingresar a los museos, van a tener una experiencia sumamente grata. Pero para ello hay que invitarlos”, dice. “Por ejemplo –agrega–además de recibir bajo la puerta la factura del gas o la publicidad de la pizzería nueva del barrio, podríamos también recibir la invitación a un museo”.

Asimismo, compartió las miradas opuestas respecto del concepto de museo en la misma geografía, incluida la temática:  “En el Museo Provincial Julio Marc, el concepto es de preservación de las piezas. Muchas de ellas son muy antiguas y con el paso del tiempo y el poco cuidado que tuvieron en su momento, hasta llegar al museo, se fueron deteriorando. En cambio, en el Museo de la Ciudad hay una pequeña muestra con valijas pedagógicas que invita a la participación”.

Cómo abrir los museos, cómo pensar estrategias de comunicación que no lleguen sólo a “entendidos”, sino que den paso al interés y la educación, con recorridos itinerarios y relacionarlos con los lugares que los rodean, como el parque Independencia en el caso del Juan B. Castagnino o la costanera junto al Museo de Arte Contemporáneo, es el desafío que propone Guisasola. “Hay que abrir esos sitios sacramentales”, enfatizó.

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