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De los nuevos trabajos, un millón son de cooperativas

Así lo afirma una agencia de noticias ligada a Télam. El sector produce el 10 por ciento del producto bruto.

Cooperativas, mutuales, asociaciones de productores, ese conjunto heterogéneo de entidades económicas formadas por la unión de personas más que por aportes de capital y que suele rotularse como economía social y solidaria, ya sostiene más de un millón de empleos en la Argentina. Así lo señala un informe basado en declaraciones oficiales realizado por la agencia de noticias Ansol, especializada en brindar información sobre la actualidad de la economía social y solidaria del país que dirigen Patricio Suárez Área y Eduardo Amorín, y que en septiembre pasado firmó un acuerdo de cooperación con la agencia estatal de noticias Télam.

De acuerdo al informe de Ansol, la Argentina, donde la economía social produce hoy el 10 por ciento del producto bruto interno, se ha puesto a la vanguardia en el continente y en el mundo en esta área.

Desde 2001 hasta hoy, un poco para revertir la difícil situación económica, otro poco porque este sector representa una bocanada de aire fresco para un sistema productivo golpeado por las recetas neoliberales, la economía social ha sabido consolidarse como uno de los factores de mayor crecimiento económico. Ante el VI Congreso Federal de la Economía Social, la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Alicia Kirchner, destacó que “genera un millón de puestos de trabajo, 600.000 de manera directa e indirecta con las cooperativas y mutuales tradicionales, y los restantes 450.000 con emprendedores sociales”.

“Estamos hablando de que, de los cinco millones de puestos de trabajo que se han creado en la Argentina, un millón de ellos provienen del sector”, aseguró la funcionaria.

En un país con una fuerte tradición agropecuaria, el asociativismo se presentó además como una alternativa real y rentable para los productores del campo. De todo lo que allí se produce, el 22 por ciento está en manos de cooperativas agropecuarias de primero y segundo grado, precisa el trabajo de Ansol.

Al cooperativizarse, los productores suman fuerzas para obtener mejores valores en el mercado y financiamiento para la compra de insumos y fertilizantes. Su importancia en el modelo actual quedó plasmada en la reunión de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner con las autoridades de Coninagro el pasado 17 de octubre.

En las áreas urbanas también están presentes las llamadas empresas recuperadas, un sector que en la Argentina se ha fortalecido más allá de ser una respuesta inmediata ante la pérdida de fuentes de trabajo por la quiebra del sistema neoliberal.

Según el programa Facultad Abierta, de la Universidad de Buenos Aires, suman más de 200 y sostienen casi 10.000 puestos de trabajo en todo el país. Si se suman las empresas que se originan con la figura asociativa, hay unas 16.000 en todo el país.

Estas cooperativas dan trabajo a 400.000 personas, entre las cuales unas 40.000 ya están organizadas en federaciones y nucleadas en la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT).

Además, hay unos 5.500 trabajadores asociados en cooperativas que ejecutan obra pública en 127 localidades de todo el país.

Reciben materiales y asistencia técnica y jurídica a través de la CNCT y cobran directamente por el Banco Credicoop.

En este sentido, una gran parte del crecimiento de este tipo de empresas se debe al impulso recibido desde 2003 por el gobierno, al crear los programas Argentina Trabaja y las cooperativas llamadas 2038 y 3026, facilitando su promoción en el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social, del Ministerio de Desarrollo Social.

Según datos de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), las 300 cooperativas más importantes del planeta igualan en producción al PBI de la décima economía mundial.

Como síntesis de la situación histórica del cooperativismo, que en 2012 celebrará oficialmente su Año Internacional declarado por la ONU, el secretario de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (Cooperar), Ricardo López, subrayó: “El modelo de lucro, de concentración de capital, basado en la renta financiera, está teniendo muchas dificultades en todo el mundo. Aparece la necesidad de otra economía. Es probable que aún no haya una conciencia global sobre que el sector cooperativo puede ser esta alternativa. Pero estamos cada vez más cerca”.

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