Lo que en la actualidad conocemos como Sala Lavardén, un espacio dependiente del Ministerio de Cultura de la provincia de Santa fe, emplazado en el emblemático edifico de Mendoza y Sarmiento tiene mucha historia que nace desde antes que se construyera el edificio tal como hoy se puede apreciar en el centro rosarino.
El nombre de la Sala es en homenaje a Manuel José de Lavardén, dramaturgo, abogado y periodista nacido en 1754 en la ciudad de Buenos Aires, cuyas obras más conocidas fueron “Siripo” y más tarde “Oda al Paraná”. Nombre que tuvo dos veces, ya que en medio de la historia sufrió cambios en la denominación.
El historiador rosarino Eduardo Guida Bria contó a El Ciudadano que, hasta septiembre de 1923, la Federación Agraria Argentina ocupó una propiedad que utilizó durante varios años alquilándola.
La comisión de la entidad, decidió en una reunión comprar el solar y construir un nuevo edificio más grande y funcional. En 1925, en la esquina de Sarmiento y Mendoza, se colocaba así la piedra fundamental para la construcción del edificio de la Federación Agraria Argentina, bajo el proyecto del arquitecto Juan Bautista Durand y la ejecución supervisada por los arquitectos Carlos Isella y Rafael Candia.
Esta institución tenía como objetivo fomentar el cooperativismo y el mutualismo rural, además de difundir de la enseñanza y las técnicas agrícolas.
Afrancesado en su fachada e interiores, distinguido por las pinturas murales de Alfredo Guido, alma del campo en la ciudad cosmopolita, abrió sus puertas el 3 de marzo de 1927. El docente e historiador detalló que el edificio, cuya superficie totaliza 1.242 metros cuadrados, cuenta con seis pisos y dos subsuelos. Su costo de construcción fue de 1.600.000 pesos de entonces.
El Museo Agrícola, ubicado en la planta baja, estaba destinado a enseñar la producción rural. El hotel, en los niveles cuarto, quinto y sexto, se pensó para hospedar a los agricultores en sus viajes a la ciudad de Rosario. En el segundo piso se encontraban los salones para la presidencia, el consejo directivo, la secretaría, la tesorería, laboratorios y biblioteca. Al acto inaugural concurrieron autoridades nacionales, provinciales y municipales y representantes de otras provincias.
La magnífica sala teatral que forma parte del predio se llamó inicialmente “Sala Rosario”.
La crisis mundial de 1929 impactó en la FAA, que debió transferir –como forma de pago de sus deudas– el dominio del edificio al Estado federal, que le otorgó la posesión al Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación.
En 1944, el edificio fue cedido para su uso al Estado provincial y se instalaron allí oficinas administrativas del Poder Ejecutivo santafesino. Durante toda la década del 30 y hasta mediados de la década siguiente, la sala teatral estuvo inutilizada, convirtiéndose en un depósito.
En 1949, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, el director teatral rosarino Esteban Pavón gestionó ante las autoridades el uso artístico del inutilizado salón. Tres años después, con la consolidación de la plaza teatral rosarina, los artistas del grupo “Teatro de Arte de Rosario” decidieron nombrar al lugar como “Sala Evita”.
Desde septiembre de 1955, tras el golpe de Estado que derrocó al gobierno constitucional y provocó el exilio de Perón, las autoridades de la dictadura cívico militar dispusieron el cese de actividades a la agrupación Teatro Arte Rosario. El año siguiente, entró en vigencia el decreto ley 4.161 por el cual se prohibía mencionar los nombres de Juan y Eva Perón, y dejó de llamarse “Sala Evita”. Las actividades culturales fueron suspendidas y, nuevamente, el espacio se convirtió en un depósito, alejado de toda actividad cultural.
En 1964, la Dirección General de Cultura de la provincia de Santa Fe inició gestiones ante el Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación para utilizar la sala con fines artísticos y, en febrero de 1965 el Estado provincial firmó un convenio con la Nación por el cual se cedía el uso de la sala bajo el nombre de “Manuel José de Lavardén”.
La sala recuperó su primer nombre oficial, “Sala Evita”, en 1973, pero una vez más, a partir del golpe de Estado de 1976, se volvió a prohibir que los nombres de Juan y Eva Perón fueran parte de la nomenclatura de edificios públicos, y la sala volvió a llamarse “Manuel José de Lavardén”.
Con el retorno de la democracia, a fines de 1983, la sala comenzó a ser sede de eventos artísticos. Desde 1991 comenzó a gestionarse en el Congreso de la Nación la transferencia definitiva del edificio al gobierno de la provincia de Santa Fe, y en 1994, se sancionó la ley que cedería definitivamente el dominio del inmueble a la provincia, donde se instalaron oficinas administrativas.
Desde 2008, el edificio comenzó a ser recuperado por el Ministerio de Innovación y Cultura del Gobierno de Santa Fe y hoy, ha recuperado el esplendor de sus orígenes sumado a la riqueza, valor patrimonial y cultural de sus casi un siglo de trayectoria.
En 2012, el complejo fue destinado a ser un Centro Cultural integral, y se reinauguró bajo el nombre de “Plataforma Lavardén”, utilizando todos sus espacios –salvo los pisos 3 y 4– con el objetivo de transformarlos en ámbitos de creación, producción e innovación de bienes y expresiones culturales locales.
La diosa Ceres y la arquitectura
Guida Brida relata que en la fachada del edificio se destacan esculturas que lo coronan pertenecientes a Ceres, diosa de la cosecha y la agricultura. El edificio fue previsto en un principio como sede de la Federación Agraria Argentina, luego sede del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación y posteriormente Delegación Local de la Cartera de Agricultura, Ganadería, Industria y Comercio de la Provincia.
Entre 1950 y 1951 el escultor Carlos Biscione realizó el alto relieve de la fachada para el museo agrícola y exposición del Ministerio de Agricultura.
El poeta José Pedroni durante su gestión como Director General de Cultura de la Provincia la recuperó en el año 1964. El cielorraso fue decorado con motivos clásicos europeos y americanos por el prestigioso artista Alfredo Guido.
Mujeres votan por primera vez
Una foto inmortaliza el momento de la Larga fila de damas en la puerta del Lavardén en Mendoza y Sarmiento en 1949 para el empadronarse, luego que el gobierno sancionara la ley para que las mujeres puedan votar en septiembre de 1947. Guida Brida explicó que 68 años después la bola de la lámpara que está por Sarmiento sigue faltando.
Actores vocacionales en la Sala Lavardén
Corría el año 1951 y el teatro del Ministerio de Agricultura de la Nación, de Mendoza y Sarmiento, se realizó el acto de entrega de los premios que la Asociación Teatral y Cultural Rosarina otorgaba a los actores vocaciones de la ciudad.
El premio se le otorgó a la primera actriz Beatriz Vilamajó. El galardón a primer actor fue concedió a Ramón Anello; y el premio revelación a Raúl Prieto.