Mientras Ushuaia amanecía ayer cubierta de blanco a raíz de una nevada veraniega con temperaturas entre 1 y 2 grados, en el Litoral y en el norte del país los termómetros continuaban marcando cifras agobiantes que recién cederán cuando comience 2014 si se atiende a lo que pronostica el Servicio Meteorológico Nacional. En Rosario, las marcas de ayer habían cedido con respecto a la víspera –a las 18 el termómetro de Fisherton marcaba 29,9 grados– pero las mínimas no: a las 5 fue el menor registro de la jornada y fue de 22 grados. Y pese a que durante toda la mañana parecía inminente la llegada de la lluvia –que podía traer al menos algo de alivio– de nuevo la tormenta pareció esfumarse: para la tarde sólo habían caído 2 milímetros de agua. En ese marco, el pronóstico oficial ya dio aviso que el brindis por el Año Nuevo será sofocante, aunque en comparación con lo que viene ocurriendo en las últimas dos semanas podría parecer hasta “fresco”: una máxima de 32 grados.
La sensación de que las tormentas se diluyen es cierta: según se informó ayer el fenómeno extremo se debe a un “bloqueo atmosférico” que no permite que la masa de aire frío del sur se mezcle con la masa de aire cálido del resto del país. “Es como un cinturón que al no dejar que circulen las masas de aire de distintas temperaturas, impide el intercambio atmosférico”, sostuvo José Luis Stella, climatólogo del SMN. El experto aclaró que “es poco habitual que dure tanto tiempo” el fenómeno y anticipó que cederá recién ente el 1º y el 2 de enero.
“El fenómeno hace que en una misma zona se esté continuamente bajo la influencia de la misma masa de aire. En este caso en el centro del país está afectado por una masa de aire cálido y seco que se mantiene como estancada”, describió. Paradójicamente, añadió que se trata de una situación que se repite hacia el sur, pero con clima absolutamente inverso.
Como ejemplo apareció Ushuhaia: “Registró una nevada, pero el fenómeno no es extraño ya que la ciudad experimenta este tipo de eventos en pleno verano; tal como ocurrió en diciembre de 2005, cuando hubo cuatro días de nevadas”, recordó el climatólogo.
Para el especialista, “el bloqueo se romperá recién después de fin de año y por ese motivo se prevén tormentas fuertes, granizo y un marcado descenso de temperatura en el centro y norte del país”.
En Buenos Aires y en Rosario el bloqueo hizo que se registraran en diciembre dos olas de calor: la primera de cuatro días –del 17 al 20 y la segunda de cinco días– después de un día que registró un descenso de temperatura –del 22 de diciembre hasta ayer–.
“Buenos Aires va a vivir este año uno de los tres diciembre más cálidos desde que se tenga registro, desde 1906, en más de 100 años. Ayer la máxima trepó a 39 grados; en 1995 fue de 40,5; y en 1949, de 39,3 grados”, informó el Servicio Meteorológico. Y lo mismo vale para Rosario.
Con este panorama, continúa vigente el alerta rojo para la ciudad de Buenos Aires y alrededores y para Rosario.
Históricamente, de las olas de calor más persistentes registradas, abarcando amplias zonas del país, se pueden citar a las ocurridas durante diciembre de 1971, marzo de 1980 y febrero de 1987.