El ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, aseguró que tras la estatización de la petrolera YPF «quizás en seis o siete años estemos en valores de producción que nos puedan llevar al autoabastecimiento». Sin embargo aclaró que no se tratará del «autoabastecimiento de los 90, donde sobraba la energía porque no había trabajo».
De Vido sostuvo que el gobierno puso a disposición de las industrias el gas y por eso es que actualmente es necesario importar. «Argentina importó el gas y lo puso al servicio de sus industriales. Ese proceso de importación de gas y gasoil generó un desfasaje de la balanza comercial que la Presidenta lo marcó y usó como uno de los fundamentos de la ley de autoabastecimiento de hidrocarburos».
Sin embargo, el funcionario destacó que ese déficit de diez millones se modificará en el mediano plazo. «Si a la Argentina le va bien, ese gas de Bolivia, los 27 millones, los vamos a necesitar» pero no será para siempre ya que «la idea es autoabastecernos, llevarlo a cero», aclaró.
En el marco de la gira por China para conseguir inversores para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, el ministro de Planificación Federal aseguró que «fracasó» la estrategia de la empresa española Repsol y los medios hegemónicos argentinos de pretender «bloquear» la posibilidad de que la recuperada YPF concrete alianzas estratégicas de desarrollo con otras petroleras del mundo.
De Vido sostuvo que «hay mucha curiosidad en el sector de hidrocarburos por ver cómo se desarrolla esta etapa de YPF», y subrayó que «cuando uno explica que la empresa de bandera era la primera en violentar que el país estuviera abastecido, lo entienden», en alusión a la decisión de expropiar el 51 por ciento de las acciones en manos de Repsol, a causa de la pronunciada caída en la producción de hidrocarburos.
El funcionario afirmó que la compañía española Repsol «intentó bloquear los acuerdos» que la petrolera YPF promovió en el último tiempo para concretar inversiones internacionales.
«El intento de Repsol de bloquear el avance de acuerdos de la empresa nacionalizada YPF con el mundo del petróleo fracasó», aseguró el funcionario en el marco de en una entrevista realizada por Télam.
El presidente y CEO de YPF, Miguel Galuccio, realizó durante las últimas dos semanas una gira por Estados Unidos y Europa en procura de firmar convenios con inversionistas para el desarrollo de proyectos energéticos en el país.
Galuccio mostró un «gran entusiasmo» por el resultado del viaje, en el que se entrevistó con representantes de 70 empresas, entidades bancarias y fondos de pensión.
Al respecto, De Vido opinó que si YPF se convierte en una compañía «bastión en el desarrollo, las demás van a seguirla inevitablemente. Y las que no estén dispuestas a ello porque no les es negocio, venderán su empresa o verán qué hacen», sostuvo.
El ministro argentino también encaró una serie de reuniones en Brasil, China y Rusia para conseguir financiamiento y firmar acuerdos con autoridades de gobierno y empresas.
A los viajes que De Vido y Galuccio realizaron para impulsar el progreso de YPF se sumaron las reuniones que el jueves pasado tuvo en la ciudad estadounidense de Nueva York la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, con el magnate multimillonario George Soros y el presidente de la pretrolera Exxon, Rex Tillerson.
«La reunión que tuvo la Presidenta (Cristina Fernández de Kirchner) en Nueva York con Exxon habla a las claras que el intento de bloquear las posibilidades de YPF de avanzar en conversaciones con empresas de otros países fracasó», afirmó el ministro durante una entrevista mantenida con la prensa argentina que cubre su visita a China y Rusia.
Cabe destacar que De Vido lleva adelante una gira internacional a la búsqueda de inversores para la construcción de las represas Presidente Néstor Kirchner y Gobernador Jorge Cepernic, en Santa Cruz.
La obras demandará una inversión de 21.000 millones de pesos. La gira internacional de presentación ya abarcó a Brasil y China y actualmente el ministro De Vido se encuentra en Moscú, la capital rusa.
YPF es controlada por el Estado argentino desde la expropiación en abril de la mayoría accionaria que estaba en poder de la española Repsol.