Nada cambia. Casi como en una pesadilla que se repite en cada salida del Gigante, Central volvió a decepcionar y cayó 2-1 ante Argentinos, cuarto partido del año como visitante, apenas un punto conseguido.
Encontrar explicaciones no parece sencillo, no es una cuestión de nombres, ni de esquemas. Y en La Paternal tampoco hubo problema de postura, al menos en el inicio. Ni siquiera alcanzó con ir en ventaja. Otra vez hubo derrota. Una oportunidad desaprovechada para quedar bien alto en la tabla.
Central tuvo otra actitud fuera del Gigante. A diferencia de los partidos ante Independiente, Banfield y Defensa, el equipo de Diego Cocca se plantó con otra actitud, más adelante y sin darle comodidad al rival cuando tenía el balón, con mucha atención a la hora de marcar.
Una vez que estabilizó el partido, empezó a pensar en lastimar, con Federico Martínez como conductor, con criterio a la hora de jugar y buscar socios.
El gol no tardó en llegar. Fue una salida rápida de un córner que encontró una peinada en el camino de Martínez, y la aparición goleadora de Marco Ruben, algo adelantado, pero no perceptible para el asistente ni para Penel. Sin VAR, a sacar del medio.
Lejos de conformarse con el gol, el Canalla insistió. Argen-tinos se notó aturdido, sor-prendido por la actitud canalla. Y los de Cocca empezaron a sumar chances de gol. Primero hubo una pared a puro potrero de Rius con Damián Martínez, quien remató a las manos de Chávez. Luego la picardía de Pereyra sacó un zapatazo de media cancha que casi se fue apenas desviado, a centímetros de ser un golazo.
A la media hora, Central se detuvo. En realidad retrocedió. Un poco por el impulso del local, otra por algo de conformismo. Y pagó con el empate el pecado de acercarse demasiado al arco de Ledesma.
El empate llegó por arriba, con un pelotazo a modo de centro cruzado de Torrén, que encontró dormido a Damián Martínez, con alguna duda a Ledesma, y muy firme para cabecear a Quintana. A empezar de nuevo.
De ahí en más el Bicho fue más incisivo, y obligó a Marco Ruben a despejar una pelota de gol sobre la línea tras cabezazo de Silva, y Batallini también complicó con dos remates. Otro partido.
En la segunda parte al Canalla le costó entrar en partido. Y volvió a mostrar dos zonas muy débiles, el sector de Damián Martínez, y los envíos aéreos.
Hauche apareció tan solo en el área tras un centro que se enredó con la pelota cuando estaba de cara a Ledesma. Martínez ni le vio la chapa.
Y al rato, tras un córner, hubo un rebote y Fausto Vera calzó la pelota con potencia para vulnerar a Ledesma. Lo dio vuelta el Bicho, a un Central que ya era más parecido al de los otros partidos fuera de casa.
De ahí en más el partido entró en modo potrero. Cocca mandó todo lo ofensivo que tenía a la cancha y se expuso defensivamente. Matar o morir. A Central le faltó claridad, y Argentinos dilapidó varias contras. Y el final fue la misma imagen de siempre cuando Central sale del Gigante: un equipo desconocido que no puede sumar.