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Decile chau al pan duro: el truco casero para que esté siempre crocante y fresco

Para los argentinos el pan es algo fundamental, por eso, no podía faltar el truco casero para cuidarlo y no perderlo. Pero si ya se endureció: ¿podés hacer un rescate? Claro que sí; y con el queso, también

El pan es algo casi fundamental en las comidas de los argentinos, sobre todo los domingos de pastas en familia o en un asado, para el famoso y siempre rico choripán.

Pero muchas veces ese pan que compramos fresco en la panadería temprano, cuando llega la hora de comer está esponjoso y feo. Nos pasa a todos.

Para muchos la clave es ponerlo a calentar en el horno, en la parrilla o en una sartén, pero no, eso le quita sabor según marcan muchos expertos.

 

El truco casero para mantener el pan siempre fresco

 

Cuando vamos a la panadería bien temprano para asegurarnos nuestro pan solemos dejarlo en las bolsas plásticas que nos dan. Primer error.

El segundo error está en quiénes sacan el pan de las bolsas de plástico para dejarlos a la intemperie, en lugares por lo general húmedos.

¿Qué hay que hacer? En vez de conservar el pan en las bolsas plásticas o de papel, lo que tenés que hacer es recurrir a las bolsas de tela, probalo que no falla.

Una vez que guardes tus panes en estas bolsas de tela, llévalo a un lugar seco y a temperatura ambiente, no a la heladera. No falla.

 

Pasó el tiempo y quedó azul o se endureció: ¿y?

 

Si ya el pan con levadura cumplió su ciclo, depende de cómo lo hayas guardado. Lo más probable es que pasen dos cosas: una, se «honguea». Dos, está como un adoquín. Pero, ¿quién dijo que todo está perdido?

Cuando el pan queda mucho tiempo en una bolsa impermeable es probable que le aflore un hongo: se trata del rhizopus stolonifer, y en realidad es otra cosa. Un moho.

El rhizpus es considerado un moho inofensivo, y se le suele llamar «moho negro del pan», según refiere la enciclopedia en línea Wikipedia.  Pero aunque las más de las veces sea inocuo, también puede causar alergias en personas que no se han tratado sus afecciones. Así que lo que conviene es cortarle las partes con hongos. Y aprovechar el resto: una cocción al vapor devuelve al pan a sus condiciones frescas, y permanece así por otro período de tiempo que, según las condiciones de humedad y temperatura ambiente, puede ser de varios días. Es, por tanto, diferente a la «recuperación» que se suele hacer en hornos a microondas, que devuelven la blandura al pan, pero sólo por algunos minutos, y después queda más duro que antes.

El segundo uso es simple: un rallador, mecánico o manual, convierte a la pieza dura en pan rallado, que se puede condimentar (por ejemplo con un provenzal de ajo y perejil picados) y usarse como rebozador de carne de vaca, pollo y cerdo; cualquiera de las anteriores como carne picada, o pescado.

 

Ya que estamos, pan y queso

 

Otro uso de las bolsas de tela que permiten conservar el pan, es con los quesos de pasta dura. Está claro que comprar un queso por horm, por ejemplo un sardo fresco, permite acceder a un precio que es mucho más barato por kilo que comprarlo en trozos. Ahí va bien, pero, ¿qué hacés con un queso entero?

Y otra vez hay dos alternativas. La primera es rallarlo y ponerlo en bolsitas herméticas, y de ahí al freezer. Se puede conservar así por largo tiempo y, cada vez que necesités queso rallado, usás una de las porciones que guardaste.

Pero, ¿querés seguir usándolo de a pedazos? No hay problema: usás una bolsita de tela. La ponés abajo de la canilla, la humedecés bien, y guardás el trozo de queso en la parte más baja de tu heladera, encima de las verduras y frutas, o entre ellas, donde hay menos frío, el suficiente para conservar alimentos sin enfriarlos demasiado. Depende, otra vez, de las condiciones ambientales, pero podés conservar tus quesos de rallar por largo tiempo así.

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