A más de 6 meses de haber asumido Javier Milei la presidencia del país, el Conicet y el conjunto del sistema Científico y Tecnológico Nacional se encuentran sufriendo consecuencias devastadoras. Consideramos imperativo que, desde los diferentes ámbitos de la Nación, se denuncie claramente el progresivo vaciamiento de nuestras capacidades científicas, ya que compromete seriamente el futuro de nuestro país.
Este vaciamiento se expresa dramáticamente en dos aspectos: el creciente éxodo de personal altamente calificado y la parálisis de proyectos de investigación en curso.
Desde la asunción del nuevo gobierno no se ha concretado ingreso alguno a las Carreras de Investigador Científico (CIC) y Personal de Apoyo (CPA) en el Conicet. Esta situación se agrava aún más, al haberse suspendido o limitado mecanismos empleados tradicionalmente a fin de retener candidatos que, habiendo sido seleccionados mediante concursos públicos rigurosos, aguardan su alta efectiva.
El número de becas doctorales y posdoctorales del Conicet ha sufrido una dramática reducción, al compararla con los ingresos en años previos. De las 1300 becas doctorales comprometidas en el concurso 2023, solo se efectivizaría un número cercano a 900, lo que implica un recorte superior al 30%. Se estima, por otra parte, que solo se otorgarán 500 becas posdoctorales en el presente año, un número sustancialmente menor respecto de las 800 becas otorgadas en el año 2023.
Ha sido despedido el 15 % de personal administrativo que revestía bajo las pautas del artículo 9 de la Ley Nº 25.164, algunos de ellos con más de 10 años de antigüedad en el organismo. Ellos cumplían funciones críticas y esenciales en el Conicet. Estos despidos se suman los dispuestos en los ámbitos de la actual Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología, la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, el Inti, y otros organismos que integran el sector Científico y Tecnológico Nacional. Cabe destacar por otra parte que, finalizando los contratos de los empleados que revisten bajo las pautas del artículo 9 el día 30 de junio, resulta de una crueldad francamente manifiesta el hecho de que los afectados no hayan recibido al momento de la expiración de los contratos confirmación alguna respecto de su continuidad laboral.
El ajuste ha golpeado por igual a diferentes sectores del sistema Científico y Tecnológico Nacional. El reciente cierre de dependencias en el Inti y la parálisis de proyectos emblemáticos en la CNEA como el Carem y el RA-10, así lo ilustra.
La Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (ex Ministerio) ha ejecutado al día de hoy menos del 5% de su presupuesto anual, presupuesto que por otra parte no ha sufrido actualización alguna pese a una inflación interanual cercana al 300%. Los programas “Construir Ciencia” y “Equipar Ciencia” han sido paralizados, como también el conjunto de proyectos de colaboración internacional que se encontraban ya en marcha.
La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, cuya función es brindar soporte a los proyectos de investigación, se encuentra virtualmente paralizada. No se ha constituido el Directorio. No han sido liberados los fondos de los proyectos presentados en el año 2022, ya evaluados en todas sus instancias. La ejecución de fondos para proyectos de investigación y desarrollo (PICT) vigentes no se realiza en tiempo y forma. Además, los montos no han sido actualizados luego de la devaluación de diciembre, minando sustancialmente su poder de compra. Por otra parte, no hay garantía alguna de contar con los fondos para los proyectos que actualmente se están presentando, correspondientes a la convocatoria 2023/2024.
Los salarios del sector, históricamente depreciados, han perdido entre el 25 y 35% de su poder adquisitivo en los últimos 6 meses.
Ante el escenario desolador que vive nuestro sector, los/las jóvenes profesionales del país comienzan a no optar por desarrollar carreras científicas en Argentina. Emigran (masivamente) a otros países u optan por otros caminos laborales. Así lo han demostrado las últimas presentaciones a las diferentes convocatorias (becas doctorales, posdoctorales, ingresos a la Carrera del Investigador Científico), donde se observó una disminución mayor al 30% en el número de postulaciones. La importante pérdida de recursos humanos en los últimos meses debilita a nuestro Sistema Científico, amenazando el futuro desarrollo económico, social y tecnológico de Argentina en su conjunto. Es una situación alarmante que será muy difícil de revertir, como lo demuestra nuestra propia historia.
Hacemos un llamamiento urgente a todo el Pueblo Argentino para que se una en la defensa de un futuro próspero y sostenible para nuestra Nación, ya que sin Ciencia y Tecnología no hay futuro para ningún sector de nuestra sociedad. Hemos advertido en forma reiterada a las autoridades del sector respecto de esta situación, quienes deben concretar acciones urgentes a fin de revertirla. Mientras tanto, nuestro compromiso se mantiene y mantendrá cada vez más firme, en la defensa de un futuro para nuestra Patria.