Algunas estaciones de servicio de Rosario dejaron de aceptar tarjetas de crédito como medio de pago de combustibles y otros productos porque las administradoras de los plásticos les abonan al cabo de un mes, plazo en el cual, en este contexto, suelen producirse aumentos en las naftas que así terminan cobrando a precio desactualizado. Pero, además, les quitan un porcentaje significativo en concepto de comisiones y descargo de impuestos. Los dueños de las expendedoras explicaron que el escaso margen de rentabilidad de su sector –entre el 2,5 y el 3 por ciento neto–les impide seguir con esa modalidad.
“La venta con tarjeta de crédito se cobra hoy a los 28 días corridos y con importantes descuentos debido a la carga impositiva por los depósitos y los impuestos al débito y crédito bancario que las administradoras cargan sobre las estaciones. Los empresarios están trabajando con un esfuerzo muy importante”, explicó Daniel Giribone, titular de la Cámara de Estaciones de Servicios, Garages y Afines de Rosario (Cesgar) ante la consulta de El Ciudadano.
Las estaciones que ya no comercializan con tarjetas de crédito son entre 6 y 7, entre las cuales hay independientes y ligadas a una marca petrolera. Son pocas en relación con las 98 asentadas en la ciudad (126 en todo el departamento Rosario), pero desde el sector avisan que pueden sumarse otras si persisten las actuales condiciones económicas.
Las únicas expendedoras que trabajan con mayor holgura son las de la empresa estatal YPF. La petrolera, que tiene la mayor participación del mercado, firmó un convenio con los gerenciadores de las tarjetas de crédito por el cual les liquidan las ventas a los estacioneros en 48 horas y no descargan los costos tributarios de esas transacciones.
La decisión de suspender la comercialización con tarjeta de crédito es independiente de la cámara del sector. Responde a cada empresario. “Si uno cobra una venta a casi un mes y en el medio tiene dos aumentos de combustibles y todos los descuentos, es muy complicado volver a reponer ….. ”, justifica Giribone y explica que cada situación es particular por los costos fijos que afronta cada comercio y su volumen de ventas.
El titular de Cesgar recordó que los reclamos sobre los costos de las ventas financiadas no son nuevos. Dijo que tuvieron reuniones con autoridades del Banco Central, con el ex secretario de Comercio (Miguel Braun, antes de los cambios en el Gabinete y el desdoblamiento del área) y con el actual ministro de Producción, Dante Sisca. Sin embargo, se quejó, nunca pudieron sentarse con los emisores de las tarjetas, donde está centrado el conflicto.
Argentina es el único país que tiene este problema a la hora de vender con el plástico, lamentó el empresario. Cesgar realizó un relevamiento que incluyó varios países de América latina (Chile, Brasil, Colombia, Costa Rica) y en todos los aranceles y plazos de pago son menores. “Es una cuestión que no la podemos modificar y no veo solución a corto plazo”, expresó su pesimismo.
A los costos propios de las tarjetas, finalizó Giribone, los estacioneros le suman la parte que les toca por las dificultades económicas nacionales. Insistió en el escenario de caída en las ventas en todo el país –y en Rosario en particular– por un abanico de razones que remiten al contexto recesivo y los altos precios de los combustibles. Lo anterior, como en otros rubros, agregó, modifica los hábitos de consumo: hay un traspaso notorio de los clientes desde los productos premium a los estándar.