Lo que en los últimos días se manejaba, se empezó a confirmar en las horas previas y sobre el pucho se terminó de decidir: Leonardo Senatore podía volver a vestir la casaca de Gimnasia, su club. Tras un pedido y la posterior autorización por parte de la Unión Argentina, y luego de muchas idas y vueltas en la dirigencia del Litoral, discusiones y una votación cerradísima entre las autoridades del torneo, el octavo que se desempaña para Los Pumas y Jaguares fue autorizado para jugar contra Jockey.
Después de todo lo vivido, Senatore contó cómo vivió la previa, con qué competencia se encontró, la polémica que se generó entorno a su inclusión y todo lo que representó volver a vestir la casaca del Mensana en el Parque Independencia, su segunda casa.
—¿Qué sensaciones tuviste al volver a pisar el césped de La Bombonerita?
—Feliz a pesar del resultado, te mentiría si digo que estoy triste. Obviamente que a todos nos gusta ganar, pero me puso muy contento el partido que se dio y por volver a jugar para Gimnasia, con estos chicos que dejan la vida por la camiseta, volver a sentir lo que es mi club, la gente, mi familia, fue realmente esa situación que yo quería volver a sentir.
—¿Cómo sentiste el partido a nivel físico, en cuanto al juego tras tantos años de ausencia?
—Muy bien, creo que no influyó para nada un profesional y gracias a Dios pudimos disfrutar todos de eso, dejar las miserias de lado y darnos cuenta de que el rugby tiene que avanzar, que me tocó a mí, a Gimnasia, el día de mañana le puede tocar a Jockey, a Duendes o a Old Resian como ya ha ocurrido en otros momentos. Creo que si todos queremos avanzar, entramos en el Rugby Championship, en el Súper Rugby, por lo que debemos acompañar ese movimiento. Hoy en día no modifica en nada un profesional en un equipo de quince y quedó demostrado con el resultado final.
—¿Cómo es jugar con todo el entorno familiar disfrutando del “patio de tu casa”?
—Hay un montón de cosas, por ejemplo el día del partido me fui temprano a dejar a mi hijo Vicente en el cumpleaños del nene de Willie Blanco, nuestro entrenador, un amigo. Después ambos abandonamos los festejos para ir al club a disfrutar del partido. Eso resume todo lo que esto significa. Lo vi a César Blanco, que se está recuperando de un ACV, que siempre lo van a visitar los amigos de rugby y esas son las cosas que no tenemos que dejar de sentir. No porque sea profesional van a cambiar esos momentos, nunca lo harán.
—Luchaste por la posibilidad de jugar y ganar rodaje, ¿cómo terminaste?
—Muerto, muy cansado. Hacía, creo, que desde el 2014 que no jugaba ochenta minutos en un partido y además tenía un estrés porque al pensar que no jugaba, hice el físico el jueves por la mañana en Buenos Aires, ese mismo día a las cuatro de la tarde me avisaron que podía jugar por lo que empecé a hacer los trámites. Después el viernes saltó el tema de que no podían jugar los profesionales, tuve discusiones, algunos argumentos bastante fuertes, quizás bastante angustiantes pero por suerte todos pudieron recapacitar e hicieron lo que tanto yo como muchos otros, creen que es correcto. Por ese trajín también me afectó y terminé todo acalambrado.
—¿Disfrutaste todo lo vivido en la tarde del sábado?
—Sí, muchísimo. Lo hice en cada ataque, cada decisión, en todo. Estoy muy contento, felicito a la gente de Jockey y a Alberto (Di Bernardo) que sigue demostrando que es un fuera de serie. Creo que se jugó un partido espectacular, todos los que estaban tanto adentro como afuera lo vivieron así. Quizás no fue nuestro mejor partido, desde lo táctico o lo estratégico, había muchos condimentos que modificaron esta semana por mi inclusión. Yo le agradezco al club porque sé que indirectamente por ahí afectó el funcionamiento del equipo, pero les doy gracias por la entrega del grupo, que haber jugado con ellos fue espectacular.