“Con los presos no se jode. ATT RR”. Eso fue lo que estamparon, a modo de grafiti, sobre el frente de la escuela 528 Carlos Omnes, en calle Marcos Paz al 6300, casi esquina Campbell, en barrio Belgrano. La pintada fue tapada enseguida, pero sorprende la continuidad de la firma con las dos iniciales en las amenazas que como esta última conocida este sábado, se dirigen al gobernador santafesino Maximiliano Pullaro.
Horas antes, misivas similares hechas con pintura en aerosol en una escuela de Rouillón y White y en el centro de Salud de Teniente Agneta al 1400. Igual texto y rúbrica en las tres. La RR, sin embargo, irrumpió como dato de la crónica policial hace una semana. Fue al cabo de la detención de los tres adolescentes que arrojaron una botella con combustible a un colectivo de la línea 143 en bulevar Rondeau al 300, en la zona norte, la madrugada del 6 de enero. El más grande de los chicos, identificado como Agustín H., de 18 años, guardaba en su mochila dos textos con la rúbrica de la doble R. Los otros dos son menores de edad (16 y 13 años). Los tres declararon que viven en un “orfanato” administrado por una organización social en el macrocentro rosarino.
Ese primer mensaje, sin embargo, no estaba dirigido a Pullaro sino al ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni. Y mencionaba a los penales provinciales de Piñero y Coronda. Junto a los papeles, en la mochila del chico de 18 años había una botella plástica con combustible y otra de vidrio vacía.
Si bien no hay certezas sobre a quién o qué remite la sigla RR, una de las líneas de investigación apunta a Francisco Riquelme, detenido en la cárcel federal de Marcos Paz a quien el fiscal Franco Carbone vinculó con una serie de atentados mafiosos perpetrados en diciembre último. En ellos, se utilizaron armas de fuego y se habían reclutado soldaditos muy jóvenes como ejecutores.
A Riquelme, además, el contenido de un celular secuestrado tras un tiroteo entre policías y dos muchachos en moto en las avenidas Génova y Provincias Unidas lo relaciona con otros atentados: al banco Macro de Ovidio Lagos y Saavedra, al hospital de emergencias Heca y a la comisaría 19ª.
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