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Dejó hemipléjico a su ex compañero de calabozo

Dos detenidos en la subcomisaría 21ª se habían trompeado por temas de leprosos y canallas, y uno juró venganza: ya ambos en libertad, baleó a su ex compañero de celda frente a un quiosco. La víctima quedó hemipléjica (no volverá a caminar) y en Tribunales identificó a su atacante por una extraña leyenda tatuada en el brazo. El juez a cargo imputó al acusado y lo puso otra vez tras las rejas.

“No tengo miedo a morir, tengo miedo a ser olvidado”. Esa leyenda tatuada en el brazo fue uno de los datos que brindó la víctima para identificar al victimario. Jonatan G. quedó hemipléjico y con graves secuelas. Un ex compañero de celda le disparó en la cabeza y a traición cuando lo encontró circunstancialmente en la calle, relató. Una rivalidad futbolística fue el motivo del enojo de un tal Corondita, que le prometió balas. Un año después se encontraron en un quiosco y tras un saludo cordial le disparó desde atrás, refirió el fiscal, que lo acusó por tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación. El sospechoso prefirió no hablar.

La noche del 20 de febrero de 2016 Jonatan estaba en casa de su madre. También su hermana, su sobrino y su cuñado Miguel. Con éste, casi a la medianoche, se fueron a un quiosco, en Mosconi y Avellaneda. Tomaban cerveza cuando pasó una moto, que dio la vuelta. El cuñado contó que manejaba un pibe, que se bajó. De acompañante iba una chica embarazada, que subió la moto a la vereda y esperó, Corondita se acercó a Jonatan. Lo saludó y charlaron cerca de Miguel, dijo el fiscal Miguel Moreno.

La charla terminó y Jonatan se dio vuelta para saludar a un conocido. Kevin A. hizo unos pasos hacia la moto y se dio vuelta. Sacó un arma con tambor y le disparó en la cabeza, dijo Miguel. Corondita subió a la moto y la mujer aceleró. Miguel cargó a su cuñado al auto en que habían llegado. En el camino al hospital se cruzó con un móvil y le hizo señas. Los policías le abrieron paso hasta llegar al Heca. Jonatan estuvo un mes y medio internado en terapia intensiva y le quedaron secuelas graves: el disparo le produjo pérdida de masa encefálica y no podrá volver a caminar, dijo Moreno.

Jonatan está en rehabilitación en su casa, perdió la movilidad de la mano derecha, el olfato y al principio no podía hablar. Se comunicaba mediante la escritura y debieron hacerle una traqueotomía, dijo su mamá. Cuando Jonatan se recuperó, declaró en Fiscalía. Con Corondita se conocían desde 2015 cuando coincidieron en el penal de la subcomisaría 21°. Allí tuvieron una pelea a las piñas por Newell’s y Central. Entonces Jonatan pidió el traslado. Fue derivado a la comisaría 18ª y a los pocos días llegó Corondita. Pero allí solo se pelearon de palabra. En esa oportunidad Corondita le prometió: “Te voy a pegar un balazo”.

Cuando se encontraron en el quiosco Jonatan pensó que todo había quedado atrás: Corondita lo saludó y charlaron pero al darle la espalda sintió el tiro. Jonatan dijo que su agresor se llama Kevin A., que tiene un tatuaje en el antebrazo con la frase: “No tengo miedo a morir, tengo miedo a ser olvidado”, lo que fue confirmado por el forense, dijo el fiscal.

La defensora oficial Delia Pascuali se esforzó en lograr una morigeración a la prisión preventiva pedida por el fiscal pero el juez Juan Andrés Donnola no hizo lugar. Para el magistrado la peligrosidad procesal existe, la víctima es muy ubicable y vulnerable. Así, dictó la medida cautelar por el plazo de ley. Es decir dos años con posibilidad de revisión en dos meses.

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