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Del horno al diluvio

Ayer se vivió una jornada agobiante en que la sensación térmica superó los 40 grados.

Todo elemento que ayudara ayer a combatir la alta temperatura era válido. “¡Qué calor insoportable!”, fue una de las frases más pronunciadas en la víspera. Y no era para menos: en las primeras horas de la tarde la sensación térmica llegó a los 43 grados, lo que hacía casi imposible caminar bajo el sol.

Quienes pudieron optaron por refrescarse en la zona de la costa. Tanto la Rambla Catalunya, como el balneario La Florida, fueron los lugares elegidos, pero a ellos se sumaron los clubes, tanto los de la costa como todos aquellos que contaran con piletas, desde Provincial, Gimnasia y Esgrima o Newell’s en el parque de la Independencia a los diseminados por toda la ciudad, como El Tala o Echesortu, por citar apenas a dos. También estuvieron colmados los diversos polideportivos municipales que cuentan con piletas como el Balneario del Saladillo o Cristalería.

Pero los que debían trabajar tuvieron que ponerle el pecho al calor. Los que se desempeñan en oficinas pudieron recurrir al aire acondicionado o a los ventiladores de techo, pero los que lo hacen en otros ambientes o al aire libre fueron los que más sufrieron la alta temperatura.

Sobre el mediodía de ayer el Servicio Meteorológico Nacional emitió un alerta que prevenía sobre “tormentas, que pueden estar acompañadas de fuertes ráfagas de viento, en forma localizada, abundante caída de agua y ocasional de granizo” y el alivio llegó finalmente pasadas las 21, cuando una fuerte lluvia se desató sobre la región.

El pronóstico adelantaba para la tarde y noche de hoy nubosidad variable; nuevamente inestable para mañana en horario matutino y para el viernes, nubosidad variable.

La alta demanda produjo numerosos inconvenientes en el suministro eléctrico, que la EPE trató de atender con sus cuadrillas en distintos sectores de la ciudad.

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