Fruto del trabajo de años realizado por Raúl Comelli, investigador del Conicet en el Instituto de Investigaciones en Catálisis y Petroquímica “Ing, José Miguel Parrera” (Conicet–UNL), un proyecto para la transformación de recursos renovables en compuestos químicos con valor agregado y/o uso energético, en entorno de biorrefinería, ha logrado el patentamiento en diversos países y la construcción de una planta piloto que pronto será puesta en funcionamiento.
Actualmente, se está terminando la construcción de la planta piloto que se instalará en la provincia de San Luis y que permitirá obtener 100 toneladas por año (tn/año) de propilenglicol, un compuesto utilizado en industrias de alimentos, cosmética y medicina, que aún no se produce en la Argentina.
Este emprendimiento, además de ofrecer ventajas ambientales (por transformar materias primas renovables), permite valorizar un subproducto de la producción del biodiesel, la glicerina o glicerol, con destacables perspectivas económicas.
Aprovechar la oportunidad brindada por la industria del biodiesel
Raúl Comelli, responsable de esta importante iniciativa, explica que el desarrollo aplica el concepto de biorrefinería, estructura que permite integrar procesos de conversión de biomasa para obtener combustibles, energía y productos químicos.
El desarrollo busca aprovechar la oportunidad brindada por la industria del biodiesel, muy importante en la Provincia de Santa Fe, la que genera alrededor de un 10 por ciento de glicerina o glicerol como subproducto. Esto representa grandes volúmenes, tal como registra el relevamiento de 2021, con 313.800 toneladas de glicerol para la capacidad instalada en la zona del Gran Rosario.
En este contexto productivo, se viene trabajando desde el año 2007 para valorizar el glicerol, particularmente en pos del interés por el propilenglicol, cuyo proceso de obtención en escala laboratorio generó resultados originales que ya fueron patentados.
Para llevar adelante este proyecto se consideraron principalmente cuatro aspectos claves: 1) dar con una alternativa concreta para la oferta creciente de glicerol (avizorando que si aumenta la producción de biodiesel terminará siendo un residuo), 2) utilizar materia prima renovable, 3) desarrollar nuevos usos y/o formulaciones con compuestos de origen verde con la consiguiente ventaja competitiva, y 4) agregar valor en origen, produciendo en la Argentina para ahorrar las divisas que suponen importar 12 mil tn/año de propilenglicol y 80 mil tn/año de etilenglicol (según estimaciones de consumo del 2018).
Perspectivas potenciadas por el volumen de producción de Santa Fe
Este proyecto requirió de la conformación de un Consorcio Asociativo Público-Privado integrado por Conicet y la Universidad Nacional del Litoral (UNL), como actores de I+D, y Varteco Química Puntana S.A. como actor del sector productivo demandante de propilenglicol, pero interesado también en participar en el futuro escalado del proceso a nivel industrial.
El desarrollo demandó cinco años y una inversión de más de 22 millones de pesos –de los cuales el 57 por ciento fue financiado por el Fondo Argentino Sectorial de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (AGENCIA I + D + i), dependiente del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación–; culminando en diversas patentes y en la construcción de la planta piloto.
A las perspectivas señaladas, que se potencian por la dimensión del volumen de producción de Santa Fe, se suma el respaldo financiero obtenido, el interés de autoridades locales y la concordancia con políticas nacionales que avalan el proyecto “Glicoles: Diseño, construcción, montaje y puesta en marcha de Planta piloto para producir 100 toneladas de propilenglicol renovable por año, a partir de glicerol, versátil para producir etilenglicol, validando los resultados de laboratorio y permitiendo su posterior escala comercial”.
Condiciones ventajosas para agregar valor en origen, satisfacer demanda interna y generar cupo para exportar
Este desarrollo, que requirió de la cooperación entre investigadores, tecnólogos y empresarios, fructificó en la concreción de la Planta Piloto –construida por una empresa santafesina radicada en Monte Vera–, que fue concebida en armonía con el ambiente para ser montada en la planta industrial que posee Varteco Química Puntana en la Provincia de San Luis.
Al respecto, el Gerente de Proyectos de la empresa, Diego García Touza, afirma que: “La empresa tiene su visión sobre la química de compuestos verdes pero además asume el compromiso, siendo testimonio de ello el reconocimiento a los Pioneros del Programa BioPreferred (BioPreferred Program Pioneer), por ser una de las primeras quinientas empresas registrantes de la etiqueta BioPreferred, de la USDA”.
Los nichos específicos para la exportación de productos verdes obtenidos a partir de fuentes renovables, la ausencia de producción nacional de ambos glicoles y la capacidad de producción de biodiesel en Argentina (de los cuales Santa Fe produce más del 80 por ciento), son datos concretos que transforman a este desarrollo tecnológico logrado localmente en una excelente oportunidad productiva para el país.
Además, como señala Comelli, “desde el punto de vista estratégico nacional, Argentina es referente internacional como productor-exportador de soja y de biodiesel, siendo el glicerol el subproducto del proceso de este biocombustible y representando el 10 por ciento del producto total, por lo que se dispondría de aproximadamente 390.000 tn/año. En el país existen cinco plantas que procesan y purifican la glicerina, la cual mayoritariamente se exporta.
Considerando los glicoles –ni propilenglicol ni etilenglicol se producen en el país– por lo que la demanda interna se resuelve importando, cuando, en paralelo, nosotros disponemos de la materia prima, estando así en condiciones ventajosas para agregar el valor en origen, satisfacer nuestra propia demanda y generar un cupo para exportar”.
Enlazar la inversión con la innovación
Este desarrollo de tecnología nacional ya obtuvo las patentes en Brasil, USA, países de Europa como Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y Bélgica y en Argentina, donde el Conicet y la UNL lo han licenciado a la empresa Varteco Química Puntana, demostrando, según Raúl Comelli, “lo que es posible generar desde el sector de I+D en interacción con los actores productivos que han participado y acompañado el desarrollo”.
El proyecto “Glicoles”, basado en la tecnología desarrollada en Incape, reúne un conjunto virtuoso de elementos que coinciden con las claves de la política productiva nacional expresadas en el Ciclo sobre Transición Energética: “Enlazar la inversión con la innovación, convertir pesos en dólares al reducir importaciones y aumentar exportaciones y hacer que los tecnólogos sean artífices de la transformación de la industria para que Argentina no sea solo un país de energía, sino también de productos”.