Los amantes del rock nacional no querrán perderse lo que acontecerá esta noche en el Petit Salón de Plataforma Lavardén (Sarmiento y Mendoza). A las 20, se realizará allí una nueva edición del ciclo La hora del vinilo, el espacio de conferencias que comanda Juan Cruz Revello quien, en vivo, entrevistará al periodista y escritor Mariano del Mazo que hablará sobre Patricio Rey y Sus Redonditos de Ricota. Fuimos reyes, su más reciente lanzamiento editorial junto al escritor Pablo Perantuono. Quienes no puedan asistir podrán seguirlo en directo a través de www.plataformalavarden.gob.ar. Asimismo, el viernes a las 19, en El Diablito (Maipú 622), se realizará otra presentación pública del libro, encuentro que contará con la visita de Del Mazo y será coordinado por el periodista local Ezequiel Gatto. Ambos encuentros serán con entrada libre y gratuita.
“Cuando salió a la calle Gulp!, el primer disco de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, sus seguidores constituían una cofradía iluminada. Poco después ocurriría la transformación que los convertiría en una banda de estadios. En esta mutación brutal late un misterio similar al que rodeó al grupo y el origen de este libro: la reconstrucción imposible de una épica y una época que aporta datos y anécdotas nunca antes reveladas sobre la mayor leyenda del rock argentino”, se puede leer en la contratapa de la obra publicada por editorial Planeta.
Para tratar de descifrar el enigmático funcionamiento de “un artefacto cultural extraordinario, hecho de pasión y negocio, y dueño del mayor pogo del mundo”, los autores recurrieron a un centenar de entrevistas “a los protagonistas y sus cómplices”.
“Las fuentes aportaron luz en la bruma”, escriben los autores en el prólogo. Es que Del Mazo y Perantuono se sirvieron de un centenar de testimonios para dar cuenta de ese “agujero negro en la historia del rock argentino”.
Si bien partieron de fuentes muy cercanas, desde Skay Beilinson y la Negra Poli hasta el tipo que se paraba en las boleterías con la lista de invitados pasando por Rocambole, Willy Crook, Enrique Symns, Lito Vitale, Daniel Melero, Mario Pergolini, Carmen “Poli Castro” y muchos otros, no contaron con el Indio Solari. “Brilló por su ausencia… Fue una amable máquina de decir que no”, cuentan en el prólogo.
“La revista Cerdos y Peces fue una sociedad con la banda; de algún modo se nutrían ideológicamente: eran parte de una escena de la cultura argentina muy específica. La amistad entre (Enrique) Symms y el Indio se rompe después del caso Walter Bulacio, porque se enoja por el tratamiento que la da la revista al hecho. Los finales de los 80 fueron la época más relacionada con cierto romanticismo de la banda: en los 90 se pone todo más espeso, porque viene el éxito masivo”, repasó Mariano del Mazo en diálogo con El Ciudadano.
—El Indio y Skay no fueron fáciles en el contacto con periodistas. Vos, que les hiciste muchas notas, ¿lograste a través de ellas un vínculo personal?
—Recuerdo que en el 83 hice un curso de neoperiodismo y en un trabajo práctico se me ocurrió entrevistar a los Redonditos. Se lo comenté a Symms, que era mi profesor, y me pasó el teléfono de la Negra Poli. De repente me encontré tomando fernet con Skay, Poli y el Indio, en la casa de ellos de Almagro. ¡Fue algo tan simple! Después entré en los años 90 a Clarín y seguimos haciendo notas. Digamos que mi mayor vínculo fue con Skay y Poli. Aunque en las notas de los Redondos, el 90 por ciento hablaba el Indio y el resto Skay. Las notas con el Indio siempre fueron respetuosas, una o dos horas y con tema libre, siempre muy interesantes. Aunque mi vínculo afectivo fue con Poli y Skay.
—¿Qué devolución te hicieron los músicos del libro?
—No manifestaron mucho entusiasmo porque no les gusta que les andes revisando las vidas. Ellos tienen una cultura de los años hippies en los que no estaba muy expuesto el tema de contar lo privado, pero ellos me conocen y saben que soy un periodista más o menos serio. Hay cosas que la Negra y Skay me contaron en alguna madrugada en el bar Imaginación y no las puse porque no lo hicieron en el marco del libro, es una regla periodística. Yo, cuando quería saber algo, los llamaba específicamente.
—Dos momentos importantes del libro fueron el caso Walter Bulacio y la violencia de los conciertos de River que terminó con un muerto…
—Son dos casos distintos. A Bulacio le tocó ser como el soldado Omar Carrasco de algunas cuestiones; fue un emblema de los abusos policiales que siempre acompañaron al rock argentino. Los Redonditos, que siempre fueron muy buenos para comunicar, con el caso Bulacio no pudieron comunicarlo, y quedaron como responsables de algo en lo que no tenían nada que ver. Fue afuera del concierto, en un episodio del muchacho con un comisario (después condenado). La de los 80 y los 90 fueron dos bandas distintas. Fue una violencia muy marcada, por los índices de desempleo y desocupación de la era menemista, con bolsones de jóvenes que estaban en la lona y ellos vieron en el Indio y en la banda un punto de referencia, casi un símbolo político de credibilidad, honestidad y principios. Ese momento que vivía el país determinó muchos hechos de violencia, y un tipo se puso a atacar a quienes estaban en el césped del concierto de River, y la gente empezó a defenderse. El tipo es retirado herido y después muere. El show estuvo suspendido 25 minutos. Una de las razones por las que se separaron fue porque todo era gigante; ya no era como cuando Poli ponía música clásica para tranquilizar a la gente: ahora todo era áspero. Los últimos discos de los Redonditos eran muy complejos para tocar en vivo y cada show era un desafío sobre cómo afrontar la masividad y la violencia social que se hacía evidente en los conciertos. Fue una bola que fue creciendo y derivó en la separación.
Tríada fundamental
Fuimos reyes parte de una “admiración sedimentada durante décadas que permitió la distancia necesaria para la descripción y el análisis del viaje de la tríada fundacional: el Indio Solari, Skay Belinson y Poli Castro”, se lee en la contratapa del libro que lleva las firmas de Mariano del Mazo y Pablo Perantuono. Y, a modo de ejemplo, se expresa: “Como en una película salpicada por malentendidos, pasan por estas páginas los sótanos de la Capital, la marginalidad de Aldo Bonzi, una limusina surcando las calles de Nueva York, la clandestinidad y las drogas, el secuestro del padre de Skay a cargo de una facción del ERP, Luis Alberto Spinetta y Pappo”.