Casi siempre la salida de un entrenador y la llegada de uno nuevo traen aires de cambio, que renuevan el ambiente y en muchos casos, mejoran las cosas. Pero nada de esto sucedió en Central y la explicación podría ser bastante simple: si el nuevo DT no cambia mucho, es difícil que por inercia las cosas se modifiquen. Por eso, cuando se fue el Kily González y llegó Leandro Somoza, la esperanza de los hinchas se centró en ver otra idea de juego, otros jugadores. Casi nada fue así. Excepto el resultado: derrota 1-0 ante Aldosivi en Mar del Plata, para cortar una buena racha en la Feliz, que ahora, como el presente auriazul se puso “infeliz”.
Central juega mal, no tiene ideas para tratar de lastimar al rival y cada partido que pasa es un suplicio para futbolistas y más que nada para los hinchas. A los 12 minutos del duelo ante el Tiburón, Báez volvió a cometer un penal insólito para estos tiempos de VAR, tras arrojarse de atrás y tocar al colombiano Mosquera cuando este entraba al área. Un par de minutos después, Cauteruccio lo cambió por gol con un certero remate en una foto que Servio ni cerca estuvo de salir.
En “llegadas”, el Canalla tuvo apenas un remate de Gamba que encontró una buena respuesta del arquero Devecchi y nada más del en la etapa inicial. En el complemento apenas pareció que los dirigidos por Somoza podrían mostrar algo distinto, pero salvo algún desborde de Blanco por izquierda con un centro envenenado o algunas pinceladas del Pupi Ferreyra por el mismo sector, no hubo nada que no se viera en los partidos anteriores. Fue a los ponchazos y con centros, sin ideas ni orden.
Lanús está a la vuelta de la esquina y Central deberá dar un cambio rotundo en su juego si quiere volverse de su visita al Sur con un buen resultado…y que no sea último de todos en la tabla.
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